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Deportes 8 de abril de 2018

Alvarado continúa, la leyenda también

Eliminó por penales a San Jorge de Tucumán. Hizo méritos para ganar en los noventa. Pero, como a comienzos de la década del '90, recurrió a Rago para imponerse en la definición con remates desde los once metros.

por Sebastián Arana

Funcionó por ráfagas. Pero generó cantidad y calidad de oportunidades para ganar en los noventa y clasificar a la próxima instancia. No lo logró y tuvo que sufrir en los penales. Y entonces lo salvó Rago, el hijo del gran “Pancho”, el continuador de la estirpe de muy buenos arqueros. Alvarado se impuso, en definitiva, 4-2 en la definición con remates desde los once metros y ahora cruzará con Chaco For Ever en la tercera fase de la Reválida del Torneo Federal A de fútbol.

Después de un prematuro susto -a los 2’ Rago intentó salir jugando con los pies, Morales le robó el balón en la puerta del área, pero en su intento de definir por arriba del arquero se la entregó “mansita” a las manos-, Alvarado tuvo un cuarto de hora promisorio, con muchas llegadas, explotando y marcando diferencias por la banda izquierda.

A los 4′ picó Molina por ese sector, cedió a Albarracín, quien amagó internarse en el área y, en definitiva, habilitó a Litre en la medialuna. Pero el fuerte remate del pigüense fue controlado con esfuerzo por Carrizo. Tres minutos más tarde, otro disparo de Litre de media distancia pasó cerca.

La llegada más clara, no obstante, ocurrió a los 9’. Un formidable pase de Erviti a espaldas de Montiglio -frágil custodio por la derecha de una última línea de tres defensores- dejó a Molina cara a cara con Carrizo. Pero el mediocampista, indeciso, demoró y terminó rematando de zurda al cuerpo del arquero.

Pese al desnivel marcado por izquierda, el sector derecho fue el más transitado por Alvarado. Por ahí a los 16′ generó una chance muy buena: combinaron Lucero y Urquiza, el marcador de punta sacó un centro pasado, Molina lo bajó de cabeza por el segundo palo, Erviti remató de primera y salvó el cuerpo de un defensor.

Ese dominio del elenco local, sin embargo, se fue diluyendo. San Jorge comenzó a discutir un poco más el sector central. Y Alvarado dejó de recorrer las bandas. Casi no avanzó más por izquierda, por dónde se le habían presentado más facilidades. El partido ingresó en una especie de nebulosa.

Sin embargo, hacia el final de la primera parte, las marcas se relajaron y el sector central pasó a ser una zona de tránsito fácil. San Jorge se animó y tuvo una chance clara en una réplica que manejó Vega y definió Zambrana. Pero la espalda de Gastón Martínez se interpuso providencialmente al remate del delantero.

Con los tucumanos volcados al ataque, Alvarado volvió a llegar con mucho peligro de contraataque. Erviti, lúcido en la primera parte, fue el protagonista de dos chances claras. En la primera, tras una contra manejada por Lucero, remató de media distancia y se encontró con una buena respuesta de Carrizo. Y en la segunda, desbordó por izquierda y sacó un notable centro con el revés del pie derecho. La cabeza de Almada se interpuso justo a la entrada vacía de Lucero a rematarlo.

Con Lucero tirado sobre la izquierda, en el comienzo del complemento Alvarado intentó recuperar la profundidad perdida. El ex Independiente de Neuquén generó dos llegadas profundas por ese sector. Un desborde hasta el fondo que terminó en un centro atrás que Erviti no pudo conectar y una llegada franca que tapó magistralmente Carrizo. Y en la contra Rago, saliendo a treinta metros del arco, le tapó un mano a mano a Morales.

Pero Lucero se lesionó a los nueve minutos y Alvarado acusó un buen rato la adversidad. Para colmo de males, Erviti, estacionado sobre la izquierda, dejó de participar en el juego. Y Corbalán, entrenador de los visitantes, puso a Guardia, un defensor, como lateral derecho, y sacó a Vega, un delantero, para solucionar el déficit defensivo que tuvo por ese sector. Lo hizo a medias. Un rato.

Hacia la media hora Molina volvió a marcar las diferencias y Ceballos, sustituto de Erviti, entró bien. Alvarado fue profundo una vez más en la recta final. Pero Carrizo, figura indiscutible de los noventa minutos, le tapó dos mano a mano a “Trapito” y al propio Molina. Además de cortar todos los centros que cayeron sobre su área. Así el partido terminó en empate y en la inmerecida angustia de los penales.

Entonces reapareció el espíritu de Pancho. El mismo apellido, otro continuador de la estirpe. El “1” se quedó con el penal de Ontivero y firmó la permanencia de los suyos en el torneo. El sueño de Alvarado sigue. La leyenda del arquero también.

La síntesis

Alvarado 0 (4)
Juan Francisco Rago (8); Emanuel Urquiza (5), Paulucci (5), Gastón Martínez (6) y Mantia (5); Gonzalo Lucero (6), Palisi (6), Walter Erviti (6) y Francisco Molina (6); Marcos Litre (6) y Wilson Albarracín (4). DT: Mauricio Giganti.

San Jorge (Tucumán) 0 (2)
Nicolás Carrizo (8); Franco Zambrano (5), Fabio Pereyra (5) y Albaro Jiménez (6); Montiglio (5), Alejandro Pérez (5), Soraire (6) y Alejandro Almada (5); Claudio Vega (5), Juan José Morales (6) y Zambrana (5). DT: Hugo Corbalán.

Cambios: en el segundo tiempo, 9′ Riera (5) por Lucero, 14′ Guardia (5) por Vega, 26′ Ceballos por Erviti, 32′ Gautier por Albarracín, 33′ Ontivero por Morales y 39′ Emanuel Cuevas por Almada.

Definición por penales: para Alvarado convirtieron Ceballos, Riera, Molina y Mantia; para San Jorge lo hicieron Soraire y Montiglio, Zambrana desvió su remate y Rago detuvo el de Ontivero.

Cancha: Estadio José María Minella (muy buena).
Arbitro: Nahuel Viñas (5), de la Liga de Alcorta.