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Opinión 30 de diciembre de 2017

Comienza 2018, Feliz Año Nuevo: ¿Realidad o deseo?

Por Ricardo Rivas/// Periodista. Vicepresidente de la Unión Sudamericana de Corresponsales (UNAC). Miembro del Instituto de Periodismo Preventivo y Análisis Internacional de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)

No es sencillo ser optimista de cara al 2018, próximo a comenzar. Especialmente, si para intentarlo se hace foco sobre el año que se va. El nuevo período de 12 meses habrá de comenzar con el primero de los cuatro aniversarios que el presidente norteamericano Donald Trump (@POTUS) habrá de cumplir como habitante transitorio de la Casa Blanca sin que, hasta el momento, se logre conocer cuál es su visión del mundo y, en ese contexto, defina el rol de los Estados Unidos en el escenario multipolar que el mandatario parecería se propone ignorar.

A ello se debe agregar, necesariamente, la situación judicial del empresario estadounidense devenido en mandatario, investigado incasablemente por el fiscal especial Robert Mueller en procura de poner algo de luz en la tenebrosa relación que DT y algunos de sus familiares más cercanos parecen haber mantenido con Rusia, lo que permite proyectar –por lo menos en el plano de las hipótesis- que su administración se verá alterada en cada nuevo paso de la pesquisa lo que, seguramente, habrá de motivar más ataques de Trump contra la prensa y más narrativa belicista.

Al otro lado de la Aldea Global, el presidente de China, Xi Jinping, por su parte, procura exhibirse como un defensor a ultranza de la libertad comercial y, desde esa perspectiva, hacia quien quiera verlo, apoya sin descanso a la Organización Mundial de Comercio (OMC), reclama la caída de las barreras arancelarias que “alteran el comportamiento de los mercados”, aboga por la desregulación de mercantil y se proyecta como un libertario, aunque dichas acciones contrasten marcadamente con la vida cotidiana de chinos y chinas que carecen de libertades políticas esenciales, lo que hace que, por ejemplo, la libertad de expresión, la de prensa, la religiosa, las manifestaciones públicas se transformen en estándares democráticos desconocidos en el Gigante Asiático.

En ese aspecto y como dato poco alentador, el mandatario, poco antes de finalizar el 2017, introdujo cambios constitucionales relevantes al punto que “su pensamiento” –como no sucedía desde los lejanos tiempos de Mao en el Siglo pasado- fue incorporado a la Constitución de China y decidió no hacer pública la fecha en que finalizará su mandato.

Por si algún otro dato que podría ser decodificado como autoritario faltaba, el presidente Xi, además de liderar con mano de hierro su pais, el Partido Comunista Chino (PCCh) y el Ejército Rojo, a pocas horas de finalizar 2017, asumió –por decreto- que la totalidad de las fuerzas de seguridad queden bajo su exclusivo mando.

Desde el 1 de enero de 2018, las tropas de élite –por Ley “vigilantes del sistema comunista”- dejarán de aceptar “órdenes del consejo Estado” lo que implica que el control de todo, lo tendrá el Partido Comunista Chino que conduce Xi.

También en Asia, el premier coreano, Kim Jong-un –comandante de una dictadura familiar de larga data- con capacidad nuclear y un arsenal de armas de destrucción masiva de dimensiones desconocidas para la sociedad global pero con alardeado potencial para alcanzar a los Estados Unidos con ellas- tensionará aún más aquella región y al mundo, como consecuencia de las bravuconadas cruzadas entre el joven oriental y el más que septuagenario inquilino de la Casa Blanca que reiteradamente amenaza destruir “con fuego” el territorio coreano.

Asimismo, nada permite imaginar que el presidente ruso, Vladimir Putin dejará de intervenir en Oriente Medio y que Siria será uno de sus objetivos más valiosos para su estrategia que-como una suerte constante en la historia de Rusia, desde el Zar Pedro II (1715-1730) procura extender su poder e influencia hacia el mundo todo.

Oriente Medio –derrotado militarmente el ISIS- se sacude una vez más y es preocupación global, luego de la decisión del Donald Trump de trasladar la embajada de los Estados Unidos a Jerusalén –ciudad Santa para las tres religiones monoteístas escritas, como lo son el Islamismo, el Judaísmo y el Catolicismo- da por tierra con los Acuerdos de Paz alcanzados en Oslo, desde la perspectiva de un territorio dos Estados.

En la región iberoamericana, una nueva etapa parece emerger. El repliegue electoral de los progresismos contrasta marcadamente con los últimos 25 años.

Los cambios en el poder en Paraguay, Brasil, Argentina, Perú, Ecuador, más recientemente Chile y que –según coincidentes encuestas- podría verificarse en Uruguay en los meses venideros, dan cuenta la existencia de conglomerados sociales que apuestan a las alternancias que, en cada país transcurren con sus características culturales y políticas, se desarrollan dentro de los marcos democráticos occidentales.

Las llamadas “nuevas derechas”, con “preocupaciones sociales” inimaginables un puñado de años atrás, sorprenden a los analistas. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el pasado 28 de diciembre, dio a conocer sendos comunicados oficiales en los que “saluda la aprobación del Plan Nacional de DDHH” en Chile y Argentina (http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2017/219.asp)

Venezuela –con las más recientes decisiones políticas del presidente Nicolás Maduro- se encamina en el año que se inicia hacia un esquema de poder en el que el autoritarismo y el irrespeto de las libertades individuales parecerían consolidarse; al igual que –con distintos matices, gravedad e intensidades- se registran en Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú –en donde recientemente el presidente Pedro Pablo Kuczynski indultó al ex mandatario Alberto Fujimori (28/07/1990 – 22/11/2000) condenado judicialmente por delitos contra la humanidad cometidos durante aquel mandato- son motivo de preocupación en la CIDH. ( http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados.asp)

Desafortunadamente, los nacionalismos, también emergen como enormes amenazas. Xenofobia, racismo, discriminación, rechazos y ataques a los desplazados que huyen de guerras y violencias de todo tipo: nuevas formas de explotación, de esclavitud, de trata; narcocriminalidad; ataques a la libertad de expresión y de prensa (https://rsf.org/es/clasificacion), asesinatos de periodistas, de comunicadores, de colaboradores y trabajadores de medios, de ciudadanos en red (https://rsf.org/es); impunidad; falta de Justicia; hambrunas; inequidad…

Pero, con el inicio del nuevo año, una serie de efemérides permiten imaginar también que –si los líderes, los organismos multilaterales, los actores públicos globales y la sociedad civil lo deciden, impulsan y desarrollan- también será posible un proceso de reflexión transnacional vigoroso.

Se cumplirán 250 años de la primera edición de “El Espíritu de las Leyes”, en 1748, obra cumbre del filósofo y ensayista Charles Lois de Secondat, Barón de Montesquieu (https://es.wikipedia.org/wiki/Montesquieu), en la que perfila y fundamenta la teoría de la separación e independencia de los poderes del Estado.

Desde aquel Mayo Francés del ’68 (https://sobrehistoria.com/el-mayo-frances-del-68/), que con consignas inolvidables como “¡La imaginación al poder!”, “¡Seamos realistas, pidamos lo imposible!” o, ¡Tomemos el cielo por asalto!, habrá transcurrido en 2018 medio siglo.

El estudiante anarquista Daniel Con-Bendit, por estos años Eurodiputado, ecologista y reformista –y, por aquellos tiepmos libertarios conocido como “Daniel, El Rojo” (https://es.wikipedia.org/wiki/Daniel_Cohn-Bendit)- en medio de las tumultuosas revueltas callejeras protagonizadas por estudiantes y obreros franceses, ingresó del brazo del sociólogo Alain Touraine (https://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/touraine.htm), en 1968 profesor en la Universidad de Nanterre, junto con el filósofo Paul Ricoeur  (https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/ricoeur.htm) y el politólogo René Rémond (https://es.wikipedia.org/wiki/Ren%C3%A9_R%C3%A9mond), en la Universidad de París – La Sorbona  (http://www.espagnol.paris-sorbonne.fr/?lang=es),  para exigir más libertades.

Asimismo, el 10 de diciembre de 2018, habrán de recordarse los 70 años desde que se conoció en 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos (http://unesdoc.unesco.org/images/0017/001790/179018m.pdf)

Momentos relevantes de la historia de la humanidad. Tal vez, una buena oportunidad para re-pensar la política que no es otra cosa que el debate de lo público. De aquellos temas que –aunque en no pocas oportunidades se pierda de vista- son los que importan a la humanidad porque afectan a la humanidad.

Quizás, haya quienes logren construir la idea de asumir conceptualmente la libertad como un asunto posible porque en cada instante, seguramente, se puede ser más libre.