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La Ciudad 22 de mayo de 2016

La cesárea incrementa 4 veces el riesgo de muerte materna

En Argentina siguen en aumento los nacimientos por cesárea, una práctica que se realiza en forma rutinaria y que en el 21% de los casos se complica.

Por Luciana Mateo
Corresponsal en La Plata
[email protected]

Una embarazada tiene 4 veces más posibilidades de morir durante una cesárea que en un parto vaginal.
Así y todo, en Argentina se realizan 225 mil cesáreas por año; se calcula que al menos 150 mil están de más.
Los números alarman pero no sorprenden: en las últimas 4 décadas la cesárea, una práctica que puede salvar la vida de una mujer o un bebé en peligro, se ha vuelto una forma habitual de nacer pese a que acarrea numerosos riesgos cuando se indica innecesariamente.
En el trabajo “Mortalidad materna, abortos y cesáreas: tres interpelaciones demoradas”, Mario Borini y Luis Migueles aseguran que “hay bibliografía que informa un riesgo de muerte por cesárea de casi 1 cada 2.500, contra algo menos de 1 cada 10 mil en el parto vaginal. O sea 4 veces mayor”.
“La cesárea se considera una cirugía mayor, porque expone al peritoneo y a otros órganos que son ajenos al riesgo de la propia intervención”, dicen en el informe publicado por el Instituto de Estudios sobre Estado y Participación (IDEP-ATE), y citan un trabajo que asegura que “el 21% de las cesáreas se complican”.
Los autores, además, se preguntan: “¿Cómo calcular el exceso de cesáreas? Si la recomendación es de un 10% de cesáreas en el total de partos, los 750 mil partos de Argentina requerirán unas 75 mil cesáreas, pero hay 225 mil”.
“Hay que evitar unas 150 mil cesáreas”, concluyen.

No hay registro

Según el estudio, en el año 2013 de las 245 muertes maternas registradas, 154 se produjeron luego de una cesárea y las restantes 91 después de un parto vaginal.
“En el trabajo mostramos que hay una muerte por encima de lo esperable pero es difícil captarla porque en el registro de defunción no cabe la muerte por cesárea”, explica a LA CAPITAL Mario Borini, médico sanitarista y docente.
Entonces queda registrado, por ejemplo, que la causa fue una ?atonía uterina?, pero nada se sabe de las intervenciones médicas -incluida la realización de una cesárea- que pudieron tener que ver en el desencadenamiento de la muerte de la mujer.
En el estudio aseguran que en nuestro país la tasa de cesárea es del 30% en el sector público y del 60% en el privado, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los nacimientos mediante esta técnica no deberían representar más del 15% en cada población.

¿Quién se beneficia?

Contra la idea extendida de que los obstetras prefieren realizar una cesárea porque cobrarían más que en un parto normal, en el informe de IDEP-ATE los autores argumentan que en Argentina “los médicos perciben el mismo honorario”, cualquiera sea la vía de nacimiento.
“Al médico lo único que le ahorra la cesárea es tiempo, que igual no es desdeñable, ya que una cesárea se ?resuelve? en 40 minutos”, asegura Borini.
“En otros países, como Estados Unidos, la cesárea se paga 2 veces y medio lo que se paga el parto por vía vaginal, pero en Argentina, pretendiendo no estimular la cesárea, se paga igual”, agrega.
Borini apunta más bien a los beneficios que reciben los sanatorios privados, “que facturan el doble que por un parto vaginal”.
“El beneficio es muy alto para los efectores sanatoriales porque si el parto es por vía vaginal la mujer tiene muy poca internación y eso genera muy pocos gastos adicionales, además de que no se usa el quirófano”, señala el profesional.
Y añade: “Una cosa es facturar la estadía y otra cosa es facturar estadía más gastos de honorarios quirúrgicos, anestésicos y por consumo de medicamentos”.
Desde la Federación de Clínicas, Sanatorios, Hospitales y Otros Establecimientos de la provincia de Buenos Aires (Fecliba), indican por el contrario que “para no incentivar las cesáreas, las obras sociales generalmente pagan a los sanatorios lo mismo que en un parto natural” y agregan que “cuando hay diferencias en los costos, éstas no son grandes”.
Las autoridades de Fecliba citan como ejemplo el caso de IOMA, que paga a las clínicas privadas 15.412 pesos cualquiera sea la vía de nacimiento, y de la obra social de escribanos que abona 13.703 pesos por un parto vaginal y 17.313 por una cesárea.
“Estos montos incluyen internación, medicación y anestesia, entre otros gastos, pero no contemplan los honorarios médicos, estimados entre un 35 y un 40% más”, cuentan.