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Deportes 19 de noviembre de 2017

Las razones del gran presente de Círculo Deportivo

El equipo de Otamendi clasificó a los cuartos de final del Federal B y también está en esa instancia en el torneo local.

Uno los hace, el otro los evita. El abrazo entre Atlante y Del Curto. Foto gentileza Martín Angelini.

Por Juan Miguel Alvarez

Círculo Deportivo goza de un momento brillante. El equipo de Otamendi, sin grandes recursos, es protagonista del Federal B y el torneo local, instalado en ambos casos en los cuartos de final.

Después de una temporada muy buena en el certamen nacional, está a solo tres pasos del Federal A. Y, por el juego que demostró, tiene derecho a ilusionarse.

La actualidad está relacionada a un proyecto a largo plazo que se inició allá por 2013 y evolucionó progresivamente.

Tras la partida de Damián García, la dirigencia apostó por un entrenador joven, Alexis Matteo, quien llegaba con buenas referencias (en inferiores de Quilmes y Aldosivi y como asistente de Sebastián Pena en San Martín de Tucumán), pero que por primera vez iba a estar al frente de un plantel superior.

Casi once meses después de la elección, nadie duda que fue un gran acierto. “Piky” es conocedor de los jugadores del ámbito local, líder por naturaleza y, sobre todo, puede transmitir valores más allá del fútbol, según quienes compartieron vestuario con él.

Con una buena base, para armar el plantel actual no llegaron refuerzos en cantidad, pero sí los necesarios para mejorar todas las líneas.

El equipo ganó solidez defensiva con la presencia de Santiago Arrachea, bien acompañado por Alejandro Portillo.
Nahuel Roselli es un jugador de otra categoría. No lo había podido demostrar en un torneo inferior como el Federal C con la camiseta de Banfield. Claro que ahora se potenció desde el aspecto físico y está rodeado de otro tipo de jugadores.

Enzo Vértiz marca un desequilibrio natural por habilidad y velocidad, pero con otros compañeros en alto nivel, ya no pesa sobre él toda la responsabilidad ofensiva.

Lo más destacable fue que Matteo exprimió al máximo lo que había en el club. Promovió a Silvio Vedda y estuvo a la altura. Recuperó a Daniel Beguiristain, quien volvió a ser el de sus inicios. Pulió a Matías Leguizamón, un lateral que pasa mucho al ataque pero que necesita terminar bien lo que puede generar con su tranco. Y cuando lo necesitó recurrió a un Gonzalo Quiroga cumplidor.

Diego Hidalgo es el de siempre, un futbolista que se entrega al cien por ciento y muy claro con la pelota.

El equipo también se potenció en las áreas. Del Curto tuvo tapadas importantes en los partidos más cerrados. Y quizá el cambio más radical lo experimentó Matías Atlante, quien pasó de jugar pocos minutos en temporadas anteriores a convertirse en uno de los mejores delanteros de la categoría. Por condiciones propias y por la confianza del DT.

En cada partido, la gente se fue llena del Guillermo Trama. Con buen fútbol, Círculo ganó siete de los nueve partidos como local (empató con Kimberley y El Porvenir). Además, el equipo tiene identidad otamendina, con Portillo, Vedda, Atlante o Pedro Ale.

Todo esto lo hizo sin quitarle importancia al torneo local, lo que no es un dato menor.

La “tercera pata” para el presente del club es la dirigencia. Que sin una gran “billetera” apostó a crecer. Con mucha voluntad y esfuerzo. El que solo se hace por amor a los colores.

Es muy difícil afrontar estos torneos sin apoyo gubernamental, sponsors poderosos y con ingresos módicos por venta de entradas. Subir otra categoría sería multiplicar los gastos. Pero ese será un problema para más adelante.

Hoy nadie le quita la ilusión del ascenso a dirigentes, cuerpo técnico y jugadores. En realidad, a casi todo un pueblo. Pero aunque no se logre, ya nadie podrá borrar todo lo bueno que hizo Círculo. Pase lo que pase en los play-offs, el 2017 fue otro paso adelante. Y uno muy grande.