Un joven de 25 años fue detenido este lunes en el barrio Santa Rita acusado de haber participado en una violenta entradera junto a otros tres delincuentes, y de pertenecer a una banda que se dedica a marcar casas para luego robarlas.

El operativo fue realizado por personal de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) , en el marco de una causa por robo agravado en poblado y en banda y encubrimiento, con intervención del fiscal Mariano Moyano.

El acusado había sido fue sorprendido por los policías en una vivienda ubicada en Hernandarias al 8000, donde además secuestraron cinco pares de zapatillas robadas, un teléfono celular de una de las víctimas y un handy que se presume era utilizado como inhibidor de alarmas domiciliarias.

La investigación comenzó el pasado 21 de mayo, luego de que cuatro personas denunciaran un robo en su casa de Italia al 2800, en jurisdicción de la comisaría cuarta. Según relataron, tres hombres ingresaron tras forzar una ventana y la puerta, los ataron, y durante más de dos horas revisaron el lugar y se llevaron dinero y zapatillas, sin ejercer violencia física ni utilizar armas de fuego.

Durante el asalto, uno de los delincuentes se comunicó por teléfono con un cuarto cómplice, a quien le consultaba si “estaba todo tranquilo afuera”, lo que da cuenta de que la banda actuaba con roles definidos y de manera organizada.

Gracias al análisis de las antenas de telefonía celular, los investigadores pudieron determinar que uno de los teléfonos robados estaba siendo usado con una nueva línea, lo que permitió solicitar una intervención telefónica. Durante un mes de escuchas, identificaron al nuevo usuario del equipo, y lo vincularon con una organización delictiva integrada por al menos cuatro personas que marcaba casas para luego ir a “trabajar”, como le decían a los robos.

El ahora detenido ya tenía una condena por otro hecho de características similares. El 3 de abril de 2024, en una casa de Hipólito Yrigoyen al 3200, mientras una pareja dormía, tres delincuentes ingresaron de madrugada, rompieron un ventanal, redujeron al dueño de casa y a su esposa, los ataron con cables y se llevaron una importante cantidad de bienes: 15.000 euros, electrodomésticos, notebooks, celulares, relojes, alhajas y hasta armas de fuego.

Por ese hecho, el joven fue condenado a un año y seis meses de prisión, y se encontraba actualmente bajo el régimen de patronato de liberados. Pese a ello, según la investigación, habría vuelto a delinquir con la misma modalidad.