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Cultura 30 de agosto de 2025

Dr. Chinaski: “Argentina es un neurótico joven con esperanza”

El psicoanalista y divulgador pasó por Mar del Plata y dejó un diagnóstico filoso y poético sobre el país: contradicciones, plasticidad libidinal y una necesidad urgente de volver al encuentro. La política, la ansiedad, los amigos, los rituales perdidos y una mesa chica con Maradona, Freud y Evita.

Dr. Chinaski es psicoanalista y divulgador.

“Argentina es un neurótico joven: inconsecuente, contradictorio, pero con una plasticidad libidinal que da esperanza”. Así define Javier, más conocido como el Dr. Chinaski, al país que recorre con su charla “¿Por qué Freud era peronista?”, una propuesta tan provocadora como luminosa que cruza psicoanálisis, política y humor.

Antes de presentarse en el Radio City de Mar del Plata, el analista visitó el programa Mesa Chica, el streaming LA CAPITAL y Canal 8 donde desplegó su mirada aguda sobre los síntomas –y las potencias– de la sociedad argentina actual.

“Hay quienes dicen que somos un país adolescente, como decía Marco Denevi en “La República de Trapalanda”. Yo lo tomo en serio. Porque en esa adolescencia hay algo hermoso: la posibilidad de cambio. En Europa parece que todo está definido. Acá, todo puede reinventarse”.

La propuesta de Chinaski no es ni académica ni dogmática. Es performática, pensante y popular. “Yo no vengo a explicar planes económicos ni a militar un ismo. Vengo a freudianizar y peronizar el mundo, sí, pero desde la alegría del pensamiento y el encuentro”, explica. Para él, Freud y el peronismo coinciden en algo esencial: “La salida no es individual. Somos bolsas de fobia, histeria y obsesiones. No nos salvamos solos. Necesitamos al otro para hacernos historia”.

Aunque evita encasillar fenómenos políticos en categorías clínicas, no esquiva el análisis: “Llamar ‘síntoma’ a Milei es generoso, porque el síntoma, en psicoanálisis, es algo que nos permite vivir. Esto es más bien un signo de época: discursos del odio, segregación, y políticas contra el pueblo”.

Chinaski.

Chinaski.

Sin rituales, sin palabras

Uno de los momentos más potentes de la charla fue su reflexión sobre la falta de palabras. “Hoy la gente llega al consultorio sin tema. Antes traían un sueño, un recuerdo, una pregunta. Ahora traen silencio. Hay una pobreza simbólica brutal. Ya ni velamos a nuestros muertos con tiempo. 45 minutos de velorio y a seguir laburando”.

“Todo indica que los telefonitos vinieron para quedarse y, con ellos, el simulacro del encuentro”.

Chinaski señala que la ansiedad es la gran patología actual: “Es el rechazo al deseo. Es querer satisfacción inmediata, sin pasar por el otro, sin rodeo. Es más parecida a una adicción que a un síntoma”.

¿Hay salida? ¿Hay lugar para el ritual humano, el cara a cara, el abrazo sin Wi-Fi? Chinaski quiere creer que sí, pero es escéptico. “Vos sos un romántico –le dice al conductor–. Yo también. Pero todo indica que los telefonitos vinieron para quedarse, y con ellos, el simulacro del encuentro. Ojalá podamos dar batalla para defender lo verdaderamente humano: la comunidad sin comunicación digital”.

Y agrega con su estilo sarcástico: “Ya me sacaste la jubilación, ahora me querés sacar el estado de ánimo. No nos roben también la alegría del encuentro”.

Consultado por su público, responde con ironía: “Los de 20 no me dan bola. Están muy pegados a los viejos. A los 60, en cambio, llega la juventud: aparece el coraje para inventarse, para separarse, para cambiar”.

Su crítica también apunta a ciertas lógicas universitarias: “A veces, en la facultad van a morir los discursos. Te hacen creer que no vas a poder ser psicoanalista si no leés Freud en alemán y Lacan en francés. A veces, la calle es más generosa que la academia. Pero ojo: ni la calle ni la facultad enseñan por sí solas. Se aprende por confianza en otro humano”.

Al final del programa, el clásico juego de la “Mesa Chica”: ¿a quién invitaría Chinaski a un asado? La lista se volvió multitudinaria: Dolina, Maradona, Charly García, Freud, Perón y Evita. “Y a Cristina por videollamada”, agrega. “Porque esto es un asado popular, y la alegría también lo es”.