Reclaman medidas urgentes para acceder a una alimentación de calidad
Fue uno de los principales planteos durante el II Congreso de Políticas Alimentarias en Argentina, que finalizó este sábado en el Gran Hotel Provincial. Especialistas advirtieron sobre los efectos de la malnutrición en las primeras edades y exigieron el cumplimiento de la Ley de Etiquetado Frontal.
Con más de 200 participantes en dos jornadas a puro debate, este sábado finalizó el II Congreso de Políticas Alimentarias en Argentina, encuentro que reunió en el Gran Hotel Provincial a referentes de la salud, la academia y de la sociedad civil para debatir sobre el acceso al alimento de calidad en forma más justa y sostenible.
El evento fue organizado por la Fundación Sanar, bajo el lema “Alimentación adecuada desde un enfoque de derechos y curso de vida”. El objetivo central fue plantear un desafío urgente: en nuestro país, millones de personas aún ven vulnerado su derecho a acceder a alimentos suficientes, nutritivos y de calidad.
“En este segundo congreso, hicimos un paralelismo sobre lo que ocurrió entre 2023 y 2025 con nuestra alimentación y con las políticas alimentarias: qué estamos viviendo, qué estamos comiendo, a qué estamos accediendo, cómo eso influye en la salud de las personas y, sobre todo, en aquellas en estado de vulnerabilidad”, aseguró Belén Núñez, presidenta de la Fundación Sanar, en diálogo con LA CAPITAL.
La especialista indicó que, en el último tiempo, hubo “muchos retrocesos” normativos que hicieron que las políticas alimentarias empiecen a estar más “flexibilizadas o paralizadas”. Frente a este escenario, una problemática en ascenso es la aparición de enfermedades “de adultos” entre niños y adolescentes.
“Nuestro país está desactualizado con respecto a las encuestas de nutrición y salud. Lo que tenemos es de prepandemia y ahí ya estábamos en un estado alarmante, con 7 de cada 10 adultos que tenían algún nivel de sobrepeso u obesidad. O 1 de cada 4 niños con sobrepeso u obesidad. A esto se suma el aumento de enfermedades crónicas no transmisibles, como diabetes, hipertensión, hígado graso, enfermedades cardiovasculares o cáncer, que se están viendo en las infancias”, explicó Núñez.
Ante las políticas públicas actuales y el contexto económico, muchas personas restringen la calidad de las comidas y también la cantidad. “Tenemos una malnutrición por carencia, porque se termina accediendo al alimento refinado, al famoso ultraprocesado, que es el que más nutrientes críticos tiene y te termina enfermando”, advirtió la presidenta de Fundación Sanar.

“Las políticas públicas deben tener esto en agenda. Hay que tomar decisiones. No podemos retroceder ante una situación que está agravándose. Focalizamos, sobre todo, en los chicos, porque les hipotecamos el futuro si los seguimos alimentando como ahora”, sostuvo Núñez.
De cara al futuro inmediato, la licenciada en nutrición planteó como prioridad implementar la Ley de Etiquetado Frontal en su totalidad. “Es integral, abarca todo lo que son los octógonos para atraer la información al consumidor. Pero, a su vez, trabaja otras cuestiones importantes”, detalló.
Por caso, un artículo establece que en las escuelas “no pueden darse, ni comercializarse, ni otorgarse productos que tengan excesos de nutrientes críticos”. Esto permitiría que los niños no accedan a esos alimentos donde pasan “la mayor parte de sus horas de vida”.
Otro eje tiene que ver con la educación nutricional, clave para generar “hábitos saludables”. Además, la ley cuenta con un artículo dedicado a las compras públicas. “Es sumamente importante, porque regula todo aquello que el Estado otorga en programas sociales y comedores para que no sean productos con sellos (exceso de calorías o grasas saturadas, por ejemplo). Y eso hoy no se está cumpliendo”, añadió la especialista.
Por último, Núñez trazó un balance positivo sobre las dos jornadas de debate, que tuvieron una gran convocatoria. “Estamos sorprendidos con la cantidad de gente que vino. Más allá de las mesas de trabajo, paneles y exposiciones, se fueron tejiendo redes, lo que dio una sensación de comunidad. Nos vamos con una luz de esperanza, sabiendo que el cambio es posible”, concluyó.
