Para Carlos Pagni, Mar del Plata es mucho más que una ciudad de formación: es una clave para entender al país. “Es una reducción a escala de la historia social argentina”, afirma, citando el trabajo de Elisa Pastoriza y Juan Carlos Torres.

“Un balneario aristocrático que se miraba en el espejo de Biarritz, que luego se populariza con el peronismo y que, desde los años 70, refleja el gran quiebre argentino: la desigualdad. Los ricos se van a Pinamar o Punta del Este y la sociedad queda fracturada. Todo eso se ve en Mar del Plata”, resume.

Pagni llegó a la ciudad a los 14 años y vivió aquí hasta los 29. “Era una ciudad con algo que hoy escasea: tiempo. Vacía en invierno, pero con toda la oferta cultural del verano. Teatro, bibliotecas, cine, vida intelectual. Vivir esa etapa ahí fue invalorable. Yo no sería quien soy si hubiera pasado esos años en Buenos Aires”.

Entre los personajes que lo marcaron aparece el cura Pascual Bonfigli, rector del colegio Don Bosco. “Fue determinante en mi vida. Muy severo, divertido en su severidad y extraordinariamente italianizante”, recuerda.

De allí nace una de sus marcas más conocidas: llamar a Daniel Scioli como “Yoli”. “Bonfigli hablaba perfectamente italiano y me marcó. Murió hace poco, ya muy anciano, en Bernal. Lamento no haber podido ir a verlo. Pero esas influencias quedan para siempre”, concluyó.