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Gastronomía 29 de mayo de 2018

Una opción para incorporar kale en nuestra alimentación

Tortilla de kale y provoleta de búfala.

por Leo Jaciuk
[email protected]

El kale, o col crespa, rizada o portuguesa es un vegetal muy nutritivo que, desde hace unos años, también irrumpió como un ingrediente de moda, sobre todo en cuanto a preparaciones saludables.

Si bien se trata de un cultivo típico y que se practica mayoritariamente en Alemania y el norte de Europa, en los últimos tiempos se está desarrollando también en la zona y se consigue en algunas verdulerías de Mar del Plata.

Es una verdura de invierno, por lo que estamos casi llegando a su temporada de esplendor y por acción de los mecanismos metabólicos propios de la planta, con el tiempo frío y, sobre todo las heladas, su sabor es más dulce.

Claro, el kale tiene cada 100 gramos 49 calorías, 38 mg de sodio, 491 mg de potasio, 9 g de hidratos de carbono, 4,3 g de proteínas, 120 mg de vitamina C, 150 mg de calcio, 1,5 mg de hierro y 47 mg de magnesio. También tiene altos contenidos de vitamina A, betacarotenos y fibra.

Para incorporar esta verdura en alguna de las comidas semanales, estuve probando esta opción, en tortilla que queda muy rica. También pueden aplicarla en jugos verdes y ensaladas (cortadas en juliana muy fina).

Tortilla de kale y provoleta de búfala

Ingredientes

300 gramos de kale (col rizada)

10 dientes de ajos

6 huevos

1 pizca de sal

1 cucharadita de aceite

100 gramos de queso provoleta de búfala o el que más les guste

Preparación

Limpiar el kale y cocinar 4 minutos en agua caliente. Retirar, dejar templar, picar y reservar.

En una sartén pequeña saltear los ajos tiernos cortados al tamaño deseado con poco aceite. Retirar y reservar.

Poner una sartén sobre fuego lento.

Mientras, batir bien los huevos en un bol e incorporar el kale cortado y los ajos.

Agregar una pizca de sal, mezclar todos los ingredientes y verter la mitad de la mezcla en la sartén para cocinar la tortilla. Luego incorporar el queso en rodajas y completar con el resto de la mezcla.

Controlar que la tortilla no se pegue y, llegado el momento, darle la vuelta y cocinar bien del otro lado.

Colocar la tortilla en una fuente para servir y dejarla en reposo hasta alcanzar la temperatura deseada.