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Deportes 24 de septiembre de 2018

Los separa un abismo

Por Vito Amalfitano

Camino a la Bombonera el colega de Página 12, Juan José Panno, se preguntaba y me preguntaba: ¿cuánto vale este Superclásico? . Entre varias conclusiones coincidimos en que el real valor lo dará el futuro cercano.

Desde ya, para la Superliga del fútbol argentino, un torneo devaluado para los grandes que juegan Copas, tiene un valor infinitamente superior que el resto de los partidos. Pongámosle que vale unos 8 puntos…

Pero si se entra a comparar con otras competencias, el porvenir más próximo es el que determinará la importancia verdadera de este Boca – River.

Si Boca ganara la Libertadores, pasará a tener un costo 0. Valor nulo. Y ciertamente Boca puede ganar la Copa, de hecho está más cerca, desde lo material, de llegar a semifinales que el propio River.

Si River ganara la Libertadores, el Superclásico será un adicional, un plus, un extra, para una temporada extraordinaria, que empezó con la victoria en la segunda final de la historia ante el tradicional rival, en Mendoza, por la Recopa, con similar “paliza” táctica a la de este domingo.

Si ninguna de los dos se quedara con el trofeo mayor, este Superclásico mantendrá su valor para la Superliga y su aporte extra para River después de la Recopa.

Si River ganara la Libertadores o no la ganaran ninguno de los dos, de la misma manera este Superclásico dimensionará la hecatombe de un ciclo en Boca. El principio del fin para un cuerpo técnico y la penúltima “bala” para una dirigencia que hizo prácticamente todo mal desde que asumió en 2011.

En suma, el valor queda en suspenso. Pero, mientras tanto, el Boca 0 – River 2, marcó claramente las diferencias que hoy persisten entre una y otra divisa, y que ya habían quedado desnudadas en Mendoza. Sencillamente, que River es un equipo y Boca no. Y a partir de ahí hay que dilucidar la razones desde los nombres propios. Y la primer gran distancia es entre los entrenadores. Porque si bien el jugador es la medida de todas las cosas en el fútbol, al considerar que Boca pudo gastar mucho en estos últimos ciclos y que a Guillermo le trajeron prácticamente todo, también el abismo se ve ahí, desde las elecciones.

Si hoy River tiene la columna vertebral que tiene es por Gallardo. Y en algunos casos eligió jugadores que, para el mercado, eran más baratos que los que prefirieron Guillermo y la dirigencia de Boca. El de Javier Pinola puede ser un caso.

Es decir que si hoy decimos que River tiene equipo y Boca no, no se puede pretender explicarlo únicamente desde jugadores que están o no están a la altura de las circunstancias. Porque en realidad a unos los eligió Gallardo y a otros Guillermo. Con matices en casos particulares en que intervino la dirigencia.

Y después del peso específico jugador por jugador viene la estrategia, la táctica, el plan. Y una vez más en la Bombonera River tuvo uno y Boca no. O si quieren ser más indulgentes con Guillermo, River tuvo un plan eficaz y Boca no.

La del domingo fue una “paliza” táctica del River de Gallardo por sobre el Boca de Guillermo aunque respetables colegas opinen que esto es una exageración. Repasar las imágenes del partido, y sobretodo de los primeros veinte minutos, que comenzaron a definir todo, remarcan este abismo, y esta victoria del plan del DT de River. Palacio junto a Borré para ahogar a Barrios y toda salida posible de Boca por el medio, Pratto sobre un extremo, Pity sobre otro para quitarle escape por las bandas a los de La Ribera, aunque también Martínez se liberó para enganchar a partir de ese propio trabajo de Palacio sobre el colombiano. En general, una presión eficaz bien arriba y la correcta ocupación de los espacios para dejar expuesta la confusión de Boca para la gestación, sin Pablo Pérez, y sin Cardona desde el arranque. Y con posiciones y funciones inexplicables de Nández y Almendra.

A todo eso River le agregó contundencia. Dos golazos. Y es verdad que quizá en el balance llegó menos que Boca. Pero siempre supo a que jugar, la idea del entrenador se plasmó una vez más a la perfección. Y cuando las circunstancias le dieron algún resquicio al rival, volvió a tener a Armani.

En pocos días, en el epílogo del año futbolero, se completará el real valor de este Superclásico.

Boca tiene la posibilidad de relativizar ese valor con la Copa. Aunque dejó demasiadas incógnitas sobre como se repondrá tan rápido en lo futbolístico. Solo, a esta altura, se puede esperar que algunas de sus individualidades alcancen un pico tan alto que disimulen la falta de equipo.

River, en cambio, todo lo contrario: es hoy el mejor equipo del fútbol argentino. Pero, por esos atractivos y vicisitudes que tiene este juego, otro buen equipo como Independiente está en condiciones de detener su rumbo exitoso.

 

@vitomundial