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Cultura 17 de febrero de 2019

Sergio Italo Agliano sigue jugando con las palabras y las canciones

Poeta y cantante, ha publicado "El desierto de los escribas". "El escribir es insistencia", dice a LA CAPITAL Cultura, una frase, casi un lema, que podría definir su extenso trabajo, casi siempre enlazando poesía y canciones.

"Este es un libro que casi se canta entero", dice Agliano.

por Paola Galano

En “El desierto de los escribas”, Sergio Italo Agliano vuelve a pendular entre la canción y la poesía. En definitiva, parece que para él el propósito sea, simplemente o no tan simple, jugar. Sí, jugar con las palabras, con sus significados, con el idioma, con la musicalidad, con los ritmos y al fin descubrir los hijos de ese juego primordial entre el amor y el humor.

Entre tantas etiquetas o recortes que se le podrían atribuir (poeta, cantante, gestor cultural) Agliano se prefiere como alguien ya lo mencionó: un “trabajador en arte”.

Y al fin, ante la pregunta clave de si es el amor el tema de su último poemario, responde que es el deseo lo primero, y a partir de éste, aquel, el amor, será la consecuencia, el efecto de un hacer, de una persistencia.

Reverdecer, tras el desierto

– En tu libro aparece el desierto como idea, varias veces lo mencionas como un espacio que se tiene que transitar, como una especie de territorio árido que antecede al verdor. ¿Coincidís?

– Sí, “el desierto” es la hoja en blanco y lo rescaté de un poema de Graciela Maturo porque coincidía con esa sensación- idea que venía teniendo, como “trabajador en arte” (como denominó Paula Montero -de alguna manera- a mi hacer) y lo rescaté como bandera…atravesar ese desierto es necesario, imperioso, hoy sería: “de les escribas” y también algo que persiste como un blog.

Cada día lo es. Y tenemos revancha. Reverdecer. En el secundario una docente me puso un nueve en una “composición” porque no le encontró significado real a “reverdecer”.

Entonces el escribir es insistencia y el trayecto recorrido a la larga irá dejando frutos.

– Estos textos se leen también como canciones, tienen musicalidad, ¿les pusiste música? ¿Son letras de canciones?

– Sí, prácticamente es casi un “cancionario” de las que vengo tocando últimamente- incluso ya de antes a la idea – este libro casi que se canta entero.

– ¿Qué tiene de diferente una canción de una poesía?

– Me encantan las canciones….son escudos que desde tiempos memoriales nos acompañan a lo largo de nuestras vidas. Por otra parte les baja la pomposidad de “poesía…” Cuando digo: “canciones” dijeron muchas veces: “ah sos músico” No, es otra palabra grande para mí un negado del pentagrama…Hago canciones, son collages, es un juego. Aclaro que a veces una frase puede ser modificada en el paso de escrito a canción por la métrica…pero también en ese juego se puede forzar…romper, estirar o repetir. O viceversa.

Cuando lo escrito es redondo se desliza en cualquier secuencia tonal y así una vieja melodía se trasmuta en otra canción…o en partecitas…un collage de mí. Reparo canciones.

– ¿Por qué aparece el color azul como referencia? Incluso en la tapa del libro está el azul…

– No lo sé…había pensado en el verde para la tapa…me gustan todos los colores, mi preferido es el rojo…pero la idea original de la tapa fue mutando y quedó en manos de Fabián Salamagnón.

El cuerpo puede ser hermoso

– ¿Por qué en tiempos en que se deconstruye y se pone en cuestión el uso de la mujer como objeto elegís una foto del torso desnudo de una mujer como tapa y en el interior del libro?

– Todes nos debemos una deconstrucción…y estamos en ese proceso, nos guste o no. La imagen de tapa y las de interior son de mi amigo y fotógrafo personal, que las hizo…y es en ese devenir de encuentros de un trabajo de ideas y proyectos que siempre y por suerte compartimos en un café donde a veces uno aprende a delegar…a soltar y que sea efectiva la participación de un colega, que ama esa labor-juego-escape de su cotidiana tarea de empleado bancario.

El cuerpo puede ser hermoso más allá de los estándares de belleza imperante que haya que deconstruir.

Hay una foto que no hubiese elegido pero respeté la elección de mi socio artístico. (Ya se convirtió en un chiste que una foto que en mi curación de una muestra suya…yo desechaba fue multipremiada…)

Tuvieron lecturas diversas…Alguien no veía un pecho y lo asoció al cáncer de mamas.

Incluso sufrió la censura de Facebook por denuncias de “contenido sexual explícito”…una foto en blanco y negro desenfocada…donde apenas se pueden adivinar manchas como pezones de unas tetas. Mientras la mención y/o foto de un dictador no es considerada violenta.

– ¿Es el amor el gran tema de tu poemario?

– En mi libro anterior “Cierto Paisaje de Mí”, tu colega Agustín Marangoni percibió en su lectura como tema la palabra: Muerte.

Creo que siempre serán temas vitales…entre las frases que me acompañan una bastante añeja pertenece a Coral Bracho: “El deseo es un creador de realidad… produce y se mueve mediante rizomas.”

Entonces es el deseo más que el amor….y en todo caso el amor es una consecuencia de ese viaje, ese hacer, esa persistencia.



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