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Policiales 13 de septiembre de 2019

Condenaron a un joven por un brutal asalto a un taxista

Jonathan Gastón Bordenave (25) recibió una pena de 5 años de prisión por haber ahorcado, golpeado y robado a un taxista a la salida de un boliche en mayo del año pasado.

Tribunales Mar del Plata.

Un joven de 25 años fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 a 5 años de prisión por haber ahorcado, golpeado y robado a un taxista a la salida de un boliche en mayo del año pasado.

En un juicio a cargo del juez Facundo Gómez Urso, Jonathan Gastón Bordenave fue condenado por “robo doblemente agravado por el uso de arma y por cometerse en lugar poblado y en banda”.

A pesar de la pena, el juez Gómez Urso, en contra de lo que había solicitado el fiscal Fernando Castro, resolvió que Bordenave cumpliera con la pena excarcelado ya que durante el proceso había mostrado una buena conducta. El joven, para permanecer en libertad, deberá presentarse semanalmente en el Tribunal para firmar una planilla.
El hecho se registró en la madrugada del 12 de mayo de 2018, cuando tres hombres y una mujer tomaron un taxi en Brown y Buenos Aires para ir hasta el barrio Villa Lourdes.

Durante el juicio, el taxista narró que esa madrugada, a las 3.15, se subieron a su taxi un hombre en el asiento de acompañante y otros dos hombres y una mujer en el asiento trasero. Los pasajers, que se notaban alcoholizados, pidieron ir hasta Lanzilota al 1000. Hasta allí, todo lo normal que se puede esperar para una madrugada de sábado.
Durante el viaje, los jóvenes comentaron que habían tenido “problemas” en un boliche de Entre Ríos y Bolivar y mientras divagaban se pasaban una botella de vino.

Al llegar a Lanzilota al 1000, Bordenave, que iba exactamente atrás del taxista, lo tomó fuertemente del cuello y comenzó a ahorcarlo y le dijo: “Quedate tranquilito”.

En esas circunstancias, uno de los otros jóvenes golpeó al taxista con la botella de vino mientras que el otro lo golpeaba en el rostro con sus puños. Mientras, la mujer que los acompañaba bajó del auto y se quedó a un costado.
En poco tiempo el taxista fue brutalmente golpeado y los jóvenes le quitaron 800 pesos en efectivo, una campera y sus anteojos.

La víctima, que no alcanzó si quiera a defenderse, sí pudo reaccionar a tiempo y, mientras era atacada, mantuvo presionado el pulsador de la radio, para que pudieran escuchar y así auxiliarlo.

Personal policial que estaba por la zona escuchó en la radio la situación e inmediatamente fue hasta el lugar y encontró el taxi, el chofer herido, una joven sentada a unos metros y un grupo de tres hombres a unos 100 metros.

El taxista explicó a la policía lo sucedido y los efectivos inmediatamente aprehendieron a la mujer, que estaba embarazada.

Ante esta situación, los jóvenes reaccionaron y comenzaron a arrojar piedras contra el patrullero, el taxi y los policías, para evitar que la mujer que los acompañaba fuera detenida. En esa circunstancia Bordenave se acercó aún más los policías y quiso llevarse a la mujer, pero fue reducido por los uniformados.

Aún sin sus anteojos -ya que se los habían robado-, el taxista se acercó al joven y lo reconoció como el que lo había ahorcado y quien llevaba “la voz cantante”.

Por su parte, los otros dos jóvenes salieron corriendo y se perdieron en la oscuridad de la madrugada del barrio Villa Lourdes.

La autoría del condenado

Para el juez Gómez Urso, la autoría de Bordenave se encuentra suficientemente demostrada a partir del testimonio de la víctima, quien lo reconoció de inmediato cuando fue aprehendido, ya que lo pudo ver de cerca mientras el hombre era sujetado por la policía para ingresarlo al patrullero.

Para el juez, el taxista “brindó una cronología ordenada y coherente, dio cuenta y justificó su condición de víctima, no mostró animosidad alguna en su declaración y fue concordante con las demás pruebas”.

“Reclamarle una precisión al taxista en cuanto a una descripción física de personas que no conocía, cuando estaban todos sentados, de noche, manejando, prestando atención al tránsito, siendo ahorcado, golpeado con una botella y atacado con los puños por tres personas en el interior de un auto, no parece el escenario ideal para ilustrar un retrato detallado de los agresores”, se explicó en la sentencia.

“La defensa transitó por un carril tendiente a desacreditar y a confrontar la declaración oral y pública de la víctima con sus anteriores dichos volcados por escrito, pero no incoporados por lectura”, criticó el juez y agregó: “Un alegato inválido desde todo punto, por haber valorado prueba no disponible en el debate y por especular intentando contaminar al juzgador”.



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