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Policiales 4 de octubre de 2019

Padre e hijo condenados por un crimen a la salida de boliche en Otamendi

La Justicia le impuso este viernes una pena de 11 años de prisión a Jorge Daniel Martínez, como autor del crimen de Carlos Ibarra quien fue apuñalado a la salida del boliche Tequila en esta ciudad rural. Su progenitor, Jorge Ariel Martínez recibió 9 años como partícipe primario.

"Droopy" Martínez y su padre, fueron condenados por el crimen de Carlos Ibarra en Otamendi.

MIRAMAR (Corresponsal).- El Tribunal Oral Criminal 2 de Mar del Plata condenó este viernes a Jorge Daniel Martínez (27) a 11 años de prisión por el homicidio de Carlos Ibarra  (24) ocurrido en abril de 2017, a la salida del bar Tequila, en Comandante Nicanor Otamendi, mientras que su padre, Jorge Ariel Martínez (45), recibió una pena de 9 años al comprobarse que fue partícipe primario del hecho.

La víctima resultó apuñalada durante una reyerta y a pesar que recibió asistencia médica falleció luego en el Hospital Interzonal General de Agudos de Mar del Plata.

 

En su momento, el fiscal Guillermo Nicora solicitó que Jorge “Droopy” Martínez  fuera condenado a 14 años de prisión y su padre a 15 años.

El particular damnificado, representado por el abogado Rubén Fernández, alegó en la misma línea que Nicora, aunque su pedido fue más cercano al máximo previsto por la ley: para el autor condenado por un jurado popular por “homicidio simple”, solicitó 21 años cárcel, mientras que para su padre, como “partícipe necesario”,  23 años.

El hecho

La madrugada del 23 abril de 2017, “Droopy” y un hermano mantuvieron una pelea dentro del boliche Tequila con un grupo en el que se destacaba Ibarra. Tras retirarse del lugar,  Martínez se dirigió a su casa a buscar una cuchilla, avisó de lo que ocurría a su padre y volvió hacia el bar. Jorge Ariel Martínez, por su parte, subió a su camión y también fue hasta el lugar.

En la puerta del local bailable, “Droopy” atacó a Ibarra con un cuchillo y su padre participó aplicando golpes a la víctima con una especie de látigo trenzado o rabenque. Dos puntazos de arma blanca causaron serias lesiones a Ibarra, quien murió días después en el HIGA.

Un jurado popular entendió que el hecho de que el padre de Droopy hubiese ido hasta el lugar e inmovilizado a la víctima con el mencionado rabenque -o al menos haberlo distraído- configura el delito de partícipe necesario del homicidio. Por su parte, en ningún momento hubo dudas de la autoría del crimen por parte de su hijo, quien durante el debate dijo que “sólo había querido cortarlo, no matarlo”.