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Salud 3 de julio de 2016

Ya es una epidemia el consumo de heroína entre los jóvenes estadounidenses

Al menos 78 estadounidenses mueren cada día a causa de sobredosis de opiáceos. En 2014 más de 28.000 personas perdieron la vida por esta razón.

El consumo de fármacos y opiáceos en los Estados Unidos se incrementó de manera sustancial en los últimos años, convirtiéndose de nuevo en un problema que impacta de manera dramática entre los jóvenes, afirman los especialistas.

Al menos 78 estadounidenses mueren cada día a causa de sobredosis de opiáceos, que incluyen los medicamentos recetados para el dolor y la heroína, y en 2014 -el último año del que se tienen datos oficiales- más de 28.000 personas perdieron la vida por esta razón, de acuerdo con cifras de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

El consumo de opiáceos en los Estados Unidos alcanza ya el grado de “epidemia” y “ha tomado” sobre todo a la generación de los “millennials”, es decir aquellos jóvenes nacidos en las dos últimas décadas del siglo pasado, dijo hoy a EFE el director asistente del centro de rehabilitación Ocean Breeze Recovery, en Pompano Beach (Florida), Marc Romano.

“He visto un enorme incremento de abuso de opiáceos en jóvenes”, indicó Romano en referencia a esas sustancias extraídas de la cápsula del opio, al tiempo que señaló que las cifras oficiales respecto al abuso de estos medicamentos de prescripción médica “son alarmantes”.

Las muertes por el uso inapropiado de opioides, tanto de los prescritos como de los obtenidos de forma ilícita, se cuadruplicó entre 1999 y 2014, de acuerdo con cifras de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

La investigación encontró que entre 2012 y 2013 casi 10 millones de adultos en el país (4,1 por ciento del total de la población adulta) usó medicamentos opioides como OxyContin y Vicodin de una forma contraria a la prescrita, una cifra superior al 1,8 por ciento registrado entre 2001 y 2002.

Romano señaló que muchos de los pacientes que atiende “empiezan de manera recreacional en la secundaria” a tomar esas drogas y luego desarrollan una adicción, que trae como consecuencia la pérdida de trabajo o de los estudios, además de cambios de ánimo, irritabilidad, sueño profundo o problemas con familiares y amigos, entre otros.

El especialista hizo énfasis en el caso de los jóvenes “millennials”, que “tienden a fumar más marihuana y beber más alcohol, y combinar eso con opiáceos”, lo que incrementa el riesgo de sobredosis.