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La Ciudad 6 de junio de 2021

Crítica situación de los salones de fiestas: más de 20 cerraron definitivamente

Algunos buscaron estrategias para reinventarse, pero muchos, sobrepasados por las deudas y sin eventos, se vieron obligados a ponerle fin a sus emprendimientos. Detrás, animadores, sonidistas, fotógrafos, dj's y pymes de catering sufren en consecuencia la pérdida de oportunidades de trabajo.

Mesas vacías, salones apagados y puertas cerradas, reflejo de la crisis que atraviesa el sector.

Por Gonzalo Gobbi | @gonzalogobbi

La crítica situación económica que desde el año pasado arrastra la industria de los eventos desencadenó en el cierre de al menos una veintena de salones de fiestas de la ciudad, que ante la fuerte caída de su actividad laboral se vieron obligados a bajar la persiana de sus emprendimientos definitivamente, mientras algunos buscan reinventarse como pueden para subsistir a la crisis.

Donde había luces, juegos y música, hoy hay puertas cerradas, silencio y carteles de “se vende” o “se alquila” colgados en los frentes oscuros. Algunos pudieron reinventarse y funcionar bajo el protocolo ideado para la gastronomía, mientras que los salones de fiestas infantiles están entre los más afectados.

Varios espacios siguen cerrados a la espera de que “la situación mejore” para volver a organizar eventos, mientras que muchos otros se vieron sobrepasados por las deudas y tomaron la decisión de ponerle fin a sus emprendimientos.

Varios salones vendieron hasta los muebles y pusieron los locales en venta o alquiler.

Varios salones vendieron hasta los muebles y pusieron los locales en venta o alquiler.

En poco más de un año varios aspectos de la vida cambiaron drásticamente. Ni cumpleaños, ni eventos, ni casamientos o divorcios. O al menos muy pocos. Los salones de fiestas están paralizados. Vieron caer en picada su actividad. Pasaron, el año pasado, de reprogramar eventos, a cancelarlos, mientras los que permanecen abiertos vieron reducido al mínimo la demanda y no están permitidos ni en Fase 2 ni en Fase 3.

Detrás, una cadena de responsabilidades. Los salones de eventos emplean -directa o indirectamente- a animadores, cocineros, sonidistas, vestuaristas, camareros, pymes de catering, juegos e inflables, locutores, humoristas, músicos y otros rubros que sufren la consecuencia de los cierres y la pérdida de oportunidades de trabajo.

“No pudimos seguir”

Look Multiespacio, salón ubicado en Constitución 5940, es uno de los más de 20 espacios del rubro que debió cerrar en el último tiempo. “Nos habíamos hecho cargo, lo pusimos en condiciones con una inversión importante, pero apareció la pandemia y no nos fue nada bien. Tuvimos que devolver las señas, no pudimos seguir trabajando y tuvimos que cerrar“, expresó Valeria, emprendedora del lugar.

El tiempo, la inversión y el sacrificio depositados en el salón fueron avasallados por la emergencia sanitaria. “Tomamos la decisión de cerrar y hoy tampoco tenemos trabajo, estamos pasando una mala situación económica y empezamos a vender las cosas del salón. Fue una lástima porque hicimos mucho por el lugar“, comentó.

Look Multiespacio se vio obligado a cerrar sus puertas.

Look Multiespacio se vio obligado a cerrar sus puertas.

La responsable del espacio cuestionó que en todo este tiempo el sector no recibió ayuda económica. No solo muchos debieron seguir afrontando los costos básicos, sino que además no obtuvieron alivios impositivos.

“Muchos somos monotributistas y no hubo ayuda. Los créditos a tasa cero no sirvieron. No se acordaron de los monotributistas y pedimos ayuda. Dios quiera que esto pase pronto. Sabemos que no es culpa de nadie pero esto nos mató a muchos”, contó.

“Tuve que vender todo”

Mega Asterisco es otro de los salones de fiestas que debió cerrar. “Tenía 100.000 pesos de gastos fijos para abrirlo y no pude sostenerlo. Ahora estoy vendiendo hasta los muebles y todo lo que había porque no tengo otra entrada económica”, apuntó Adriana, titular del lugar.

Una de las tantas fiestas infantiles realizadas en Mega Asterisco.

Una de las tantas fiestas infantiles realizadas en Mega Asterisco.

El espacio que funcionó sobre la avenida Constitución al 6350 fue escenario de cientos de fiestas en los últimos años. Adriana compró el fondo de comercio en 2012 y el año pasado, a raíz de la pandemia, se vio obligada a cerrar con la ilusión de poder reabrir este año, pero no fue posible.

“Tengo 56 años, mi madre -que me ayudaba- falleció hace dos meses y decidí empezar a vender las cosas del salón para sobrevivir. Necesito trabajo. No recibí ningún subsidio. Lo que obtengo es por vender, o mejor dicho liquidar, todo lo que tenía”, lamentó e insistió en su necesidad de obtener cualquier tipo de empleo digno.

“Quedamos muy pocos”

Piedra Luna permaneció cerrado durante todo el 2020 y al día de hoy el salón de la avenida Constitución 6832 no ha recibido subsidio alguno. Por ahora, resiste con los pocos eventos -principalmente civiles- que se realizan (cuando la fase lo permite) bajo el mismo protocolo que rige para la gastronomía.

“Quedamos muy pocos salones. La situación está muy complicada para el sector. Después de tanto sacrificio que hacemos da mucha pena tener que cerrar y seguimos luchándola”, expresó Marina, al frente del salón Piedra Luna.

“Solo podemos trabajar al 30%, con gente que se casa y hace el civil, pero no con eventos infantiles”, agregó.

Salón de fiestas Piedra Luna.

Salón de fiestas Piedra Luna.

“Ahora vendo pastas”

Fabián tenía a su cargo dos salones. Uno de ellos, La Chacra, funcionó durante diez años al sur de la ciudad, junto al parque Aquópolis. “La situación se volvió insostenible y tuvimos que cerrarlo”, dijo.

El otro, que funciona junto al Club Cadetes, en San Juan y Garay, fue reconvertido hace poco en un local de pastas.

La Chacra Eventos no pudo resistir a la pandemia y debió cerrar.

La Chacra Eventos no pudo resistir a la pandemia y debió cerrar.

“Al no tener eventos, porque no hay demanda, ahora vendo pastas en el local, para tener al menos un ingreso porque la situación es muy compleja. Han cerrado cerca de 30 salones y detrás hay un montón de gente que no puede trabajar por esta situación“, comentó y se sumó al pedido de que el sector reciba ayuda económica.

“Solo hubo algunos créditos pero nos permitieron patear el problema para adelante. Todavía nos quedan cuotas que no podemos pagar”, agregó.

Animadores: “El trabajo se derrumbó”

Buena parte de los animadores de fiestas vieron reducida al mínimo la demanda de sus servicios debido a la pandemia y, en consecuencia, al cierre de salones que no pudieron resistir.

El actor Martín Viñao se dedica hace unos 20 años al rubro de la animación. Es el encargado de llenar de sonrisas, música, humor y ritmo eventos de todo tipo. Es también padre y alquila una vivienda, que sostenía con su trabajo independiente que hoy está “totalmente paralizado” y “derrumbado”.

Martín Viñao trabaja desde hace 20 años como animador de todo tipo de fiestas.

Martín Viñao trabaja desde hace 20 años como animador de todo tipo de fiestas.

“En este año y medio nuestro rubro quedó completamente afectado. Muchos colegas han tenido que hacer lo que podían para cumplir con las obligaciones. Los salones no pudieron sostenerse, ya que un alquiler es imposible de pagar cuando no tenes ingresos, pero el trabajador no quiere vivir de limosnas del Estado, sino salir adelante a través del trabajo y del sacrificio”, expresó.

El animador lamentó tanto la situación por su actividad como por la realidad de los salones y también por quienes no pueden festejar.

“Las chicas que perdieron sus 15 años hoy están cumpliendo 16. Sus sueños quedaron trucos y en más de una ocasión el salón que tenían contratado ya no existe más”, dijo.

Los animadores “tenemos eventos que habían sido cancelados en su totalidad y hoy es imposible poder ajustar precios por una cuestión de principios, de ética y de solidaridad con quien contrata el servicio”, explicó.

Esto último implica que “cuando se pueda retomar, seguiremos perdiendo dinero”, dijo y por último lamentó: “Más de 20 salones cerraron definitivamente sus puertas, los dueños empezaron a vender sus muebles, sus juegos y sus años de trabajo y sacrificio”.

“El sector es uno de los grandes
olvidados en la ayuda del Estado”

La mayoría de los referentes de la industria de los eventos coincide en que los salones no han recibido “ninguna ayuda” del Estado desde el inicio de la pandemia. El sector emplea a cerca de un millón de personas en todo el país y cientos de familias viven de la actividad en Mar del Plata.

Mariano, encargado del salón de eventos Baccardi, que funciona y resiste en Constitución al 5999, aseguró que desde el año pasado el trabajo se redujo al mínimo y “la demanda se desplomó”.

salon fiesta12

El emprendedor lleva más de 20 años en el rubro, pero “nunca hubo una crisis tan profunda como esta” y cuestionó la “ausencia de ayuda por parte del Estado”.

“Nuestro sector es uno de los grandes olvidados a la hora de recibir ayuda. No hemos sido tenidos en cuenta por la política“, expresó.

En su salón, las mesas están vacías casi todas las noches pero, advirtió, “detrás de cada lugar hay mucha gente que trabaja. Desde los que hacen el catering hasta los que producen los vestidos o animan. Hay una industria muy pujante que atraviesa un momento muy duro“, afirmó.

El responsable del salón insistió en la necesidad de que el Estado disponga ayuda económica o bien alivio impositivo para evitar el cierre de más espacios y contener a los trabajadores “hasta que podamos volver, porque la gente no va a dejar de festejar, hay que aguantar, pero se hace muy cuesta arriba”, completó.