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Deportes 19 de enero de 2022

Luca Vildoza: “Mi objetivo está puesto en regresar a la NBA”

Luca Vildoza recarga la batería en Mar del Plata para volver a la alta competencia. El 2021 fue una especie de Montaña Rusa para él y regresó a sus raíces para renovarse y volver a luchar por sus sueños. “Entré en Quilmes y sentí un cariño que hace tiempo no sentía”, le confesó a LA CAPITAL en una charla de NBA, de Selección, de Juegos Olímpicos, de dobles agónicos y de afectos.

Vildoza se saca una selfie con los jugadores de inferiores de Quilmes. "Fue muy especial sentir el cariño que me tienen los chicos", dijo.

Por Sebastián Arana

A Luca Vildoza le ocurrió en 2021 casi todo lo bueno y lo malo que le puede ocurrir a un deportista. Desde llegar a la NBA y jugar unos Juegos Olímpicos hasta sufrir una lesión que le quitó todo lo que más quería. La Montaña Rusa, sin embargo, no lo sacó de su eje y decidió volver a su Mar del Plata, a su Quilmes y a sus afectos para curar las heridas y encontrar la fuerza necesaria para seguir luchando por sus sueños. “Mi objetivo está puesto en regresar a la NBA y necesito estar físicamente bien para demostrar quién soy y lo que valgo”, le dijo a LA CAPITAL un rato después de una de las sesiones de tiro que a diario realiza en su club de toda la vida.

-En España está tu casa, pero elegiste hacer tu recuperación en Mar del Plata, ¿por qué?, ¿necesitabas hacer una recarga tal vez más afectiva de la batería?
-Sin dudas. Al final acá está mi familia. Mis padres están en España, pero acá estoy rodeado de toda la gente que me quiere, de mis amigos, entreno en el club de toda mi vida… Entré en Quilmes y sentí un cariño que hacía tiempo no sentía. Mirá que en Baskonia me quieren eh… Pero el argentino demuestra el cariño de otra manera. Llevaba tres años sin venir a Mar del Plata y extrañaba. Para mí fue importante volver a casa.

La otra cuestión que me decidió venir a hacer la recuperación a Mar del Plata fue el clima. Allá a las cinco de la tarde es de noche, cuando cae el sol ya no dan muchas ganas de salir, menos con el frío que hace en Vitoria en esta época del año. Preferí venir a Mar del Plata, arranco mi día temprano, entreno, voy al fisioterapista, después al gimnasio, tengo la pileta para hacer mis ejercicios de movilidad. No podía haber tomado mejor decisión para recuperarme.

-¿Cómo va ese pie derecho?
-Va bien. Antes de venir a Mar del Plata sentí un par de dolores que eran nuevos, pero ahora mejor. Voy recuperando sensaciones, empecé a cargar el gemelo y el tendón que habían quedado debilitados…Estuve mucho tiempo con la bota y al empezar a mover me dolía casi todo el pie. Pero ahora que empecé con los entrenamientos me siento cada día mejor.

-¿Cuánto tiempo te falta para volver a jugar?
-No lo sé. Todavía no entrené con contacto, espero hacerlo la semana que viene para ver cuáles son las sensaciones. Recuperar el nivel que tenía antes de la lesión llevará tiempo, pero ojalá sea lo más pronto posible. No tengo apuro. Me muero de ganas de entrenar, pero también de estar sano.

-¿Te ves jugando esta misma temporada?
-Sí, todavía falta mucho. Yo me veo jugando, no te digo ahora. Pero yo me veo jugando y en un buen nivel. Me estoy preparando para eso.

-¿Qué ves en tu futuro?, ¿tenés algún indicio de dónde vas a terminar jugando?
-No. Hasta que el pie no esté bien decidimos con mis agentes no hablar de esas cosas. Han llegado rumores, quizás a ellos le llegaron ofertas. Yo no sé nada porque eso fue lo que convine con ellos. Cuando esté sano el pie debatiremos entre todos la decisión a tomar.

-Quilmes te hizo un lindo reconocimiento el último lunes en el partido de Liga Argentina, ¿cómo lo viviste?
-Me gustó mucho, fue muy bonito. Necesitaba recargar la energía de esa manera, me hizo sentir bien volver a entrar en el Polideportivo. Tengo todavía muy fresco el recuerdo de mi última temporada en Quilmes, fuimos locales ahí, fue como volver a mi casa… Después fue muy especial sentir el cariño que me tienen los chicos…

LUCA VILDOZA 08

-Tenés muy buena onda con los pibes…
-En realidad, lo mejoré mucho en los últimos años, con la experiencia de vida. Yo, de pibe, era un poco arisco para todas esas cosas, para el contacto con la gente, también con los medios… Pero le fui tomando la mano también a eso, me acostumbré y hoy disfruto saber que un nene quiera una foto conmigo o que le dé un abrazo. Por ahí le das una palmada a un chico en la cabeza y se va a su casa muy contento. Eso es increíble.

-A propósito de esto que contás, tus progresos como jugador son evidentes desde que te fuiste de Mar del Plata. ¿En lo humano te cambió mucho?
-Muchísimo. Me fui de casa a los veintiún años, siendo hijo único. En España tuve que tomar mis responsabilidades, viví mucho solo. Estuve en pareja, tuve problemas maritales, luego volví a tener tiempo para estar solo. Además de ir a entrenar, aparecieron otros trabajitos: sacar a pasear al perro, cocinar, hacer las compras… Nunca había hecho esas cosas, mis padres lo habían hecho por mí. Irme de Mar del Plata me ayudó a crecer, a madurar, creo yo a ser mejor persona y a entender realmente de qué va la vida. Al principio fue difícil, pero me acostumbré…

-Siempre subís fotos con tu perro, ¿quién te lo cuida?
-Mis viejos están en España y se quedó con ellos. De lo contrario, no venía ni loco. Sé que está bien con ellos.

-¿Cómo viste al club y qué te pasa por la cabeza viendo al equipo en Liga Argentina cuando con vos se jugaron dos semifinales de Liga y se vivieron tantas noches lindas?
-Sabemos que a Quilmes siempre le dolió la cuestión de la economía. No fue una mala decisión empezar a reconstruir el club desde una categoría más abajo. Han pintado el “José Martínez”, la cancha de arriba quedó muy bonita y ahí se puede entrenar tranquilamente. Me alegro que el club vuelva a tomar vuelo. Quilmes se merece estar bien. Tiene muchos años de historia, está por cumplir cien. Nunca es bueno ver golpeado a un club, menos si es el tuyo.

-¿Qué sensaciones te provoca hoy la NBA? ¿Orgullo por haber llegado, bronca por no haber quedado o representa un desafío?
-Sigue siendo un desafío para mí. No me voy a conformar con haber llegado. Me dolió mucho quedar afuera y más todavía por una lesión, no por una cuestión basquetbolística. Quiero volver a llegar a la NBA, ojalá se me dé. Veremos si hay algo dentro de las opciones que analizan mis agentes, pero mi objetivo está puesto en regresar a la NBA y jugar como no pude hacerlo en meses pasados.

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-¿Es un mundo tan perfecto como uno puede imaginarlo? ¿Qué cosas te sorprendieron?
-Todo me sorprendió. Era primer nivel, era Nueva York. Todo lo que veía me sorprendía. Desde compartir con súper estrellas como Derrick Rose y Kemba Walker o las vivencias del equipo, aunque por poco tiempo. Ahí vas a tirar al aro y tenés tres o cuatro asistentes que te pasan la pelota nada más que a vos. Más allá del básquet y de la dolencia en el pie, desde otro lado, intenté disfrutar de Nueva York y de mi primera experiencia en Estados Unidos. Me quedó pendiente ver un partido del equipo en el Madison porque tenía que cumplir la cuarentena y me perdí la serie con Atlanta Hawks.

-Pasaron casi cinco meses, ¿qué te dejaron los Juegos Olímpicos?
-Una enseñanza: no hay que ir tan confiado. En realidad, más que confiados, tranquilos por cómo nos había ido en el Mundial anterior. Se notaban las ganas de volver a repetir, pero los otros equipos sabían qué podían esperar de nosotros y estaban más preparados para enfrentarnos. Más allá del básquet, para mí fue una experiencia increíble la de compartir la vida con tantos deportistas de primer nivel en esa especie de mini ciudad. Ver cómo se cuidan y cómo se preparan los demás para una cita olímpica, también ayuda a crecer. Fue muy bonito.

-¿Pensaban, después del gran Mundial 2019, que iban a poder salvar las dificultades de otra manera?
-Sí. No estábamos relajados, pero nos confiamos en esa química que sentimos dos años antes. No la tuvimos y nos encontramos con rivales mejor preparados para enfrentarnos, que nos hicieron mejor scouting. Los que esperábamos tener un buen torneo no lo tuvimos, me incluyo. Son experiencias, enseñan. Estoy seguro que al próximo torneo vamos a ir mejor.

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-Ahora en la Selección hay otro técnico. Tu viejo ganó su única Liga Nacional con Néstor García, seguramente debes haber crecido escuchando sus historias. ¿Qué expectativas te provoca?
-Estoy muy contento de tener a Néstor, mi viejo me contó muchas cosas suyas, muchísimas anécdotas, me habló sobre su manera de tratar al jugador… Estoy expectante por compartir equipo con él. Pudimos tener una charla en Nueva York y no veo la hora de estar en la Selección con Néstor. Todos sabemos lo que es como entrenador y como persona, cómo mejora a los jugadores. Quiero volver a la Selección y demostrar todo lo que no pude en los Juegos Olímpicos.

-¿Hubo también en tu caso una cuestión física que te limitó un poco?
-Sí, sí, se terminó haciendo público más tarde. En mayo o junio empecé con este dolor en el pie. En los Juegos Olímpicos no podía estirar el pie ni doblarlo, ya me dolía mucho. Cuando entraba de suplente, más frío, me costaba mucho. Un jugador deja muchas cosas de lado por llegar a un lugar y yo no quería perderme los Juegos Olímpicos por nada del mundo. Si bien mi rendimiento no fue el mejor, intenté aprovecharlos.

-¿Cómo imaginás una Selección sin Luis Scola?
-Diferente. Él dejó un gran legado, como toda su generación. Facundo Campazzo y Nicolás Laprovíttola lo van a llevar de la mejor manera y los que somos más jóvenes procuraremos seguir aprendiendo de ellos. Representan mucho para nosotros. Ese legado debe continuar.

-En su momento fue muy importante para vos llegar a una semifinal de Liga Nacional con tu club, luego jugaste la final de un Mundial con la Selección y finalmente fuiste campeón de España con un doble tuyo en el último segundo.  ¿Cuál de todas esas imágenes hoy te arranca una sonrisa más grande?
-Son todas diferentes. Las tres fueron increíbles, las tres mejores cosas que me pasaron en mi carrera. Nunca me voy a olvidar de ese quinto partido en cancha de Ferro, de la euforia que sentíamos porque habíamos hecho algo increíble teniendo en cuenta nuestro potencial y el del rival. Llegar a la final de un Mundial habiendo dejado en el camino a dos grandes candidatos como Serbia y Francia fue impresionante. Y ganar la Liga de España con una bandeja mía… Esa sí me saca una sonrisa muy grande.

ACB

-¿Era para vos esa última jugada o salió así?
-En realidad, la jugada de la final de la Liga de España no era para mí. Era un mano a mano con Shengelia, pero lo defendieron bien y al final terminé haciendo una puerta de atrás que nadie esperaba. Esa puerta de atrás sí que no estaba en los planes.

-¿Qué desearías para este 2022?
-Salud física, lo otro vendrá solo. Pero necesito estar bien físicamente para demostrar quién soy y lo que valgo.

-No es la primera lesión contra la que peleas…
-Exactamente. Es un poquito más larga que las anteriores, pero se sale luchando y con la cabeza fría.