El detenido por el asesinato de Jesús Alberto San Millán, uno de los dos crímenes que se cometieron en Mar del Plata durante el lunes de Navidad, se negó a declarar y continuará alojado en la Unidad Penal 44 de Batán.

Este martes, Fabián Acosta (30) fue trasladado desde la cárcel de Batán hasta Tribunales (Tucumán y Almirante Brown) donde primero se reunió con representantes de la Defensoría Oficial, para analizar su situación y la imputación homicidio en su contra.

Luego, por recomendación de su defensa oficial, Acosta se negó a declarar ante el fiscal Leandro Arévalo y optó por guardar silencio y no decir ninguna palabra de lo ocurrido el lunes 25 de diciembre en William Morris y Lanzilota, donde San Millán fue asesinado de dos balazos.

Ante esta situación, el imputado de homicidio seguirá detenido en la Unidad Penal 44 de Batán, mientras el fiscal Arévalo avanza en la investigación.

San Millán, que contaba con antecedentes penales por usurpación lesiones e infracción a la Ley 10.081,  había sido baleado el lunes 25 de diciembre a la mañana en William Morris y Lanzilota tras una discusión entre dos grupos de personas. En ese contexto fue que San Millán recibió dos disparos: uno en el pecho y otro en el abdomen que le provocaron la muerte.

Tras una serie de averiguaciones, el nombre de Acosta se repitió en la boca de testigos, por lo que el fiscal Arévalo solicitó a la Justicia de Garantías la orden de detención. Esa misma tarde, policías de la comisaría quinta dieron con el sospechoso, tras hallar su automóvil marca Fiat Siena en Lanzilota y la Avenida Fortunato de la Plaza.

El otro crimen en navidad sin detenidos

El 25 de diciembre, además del crimen de San Millán, fue asesinado Jonatan Cuelli (31), quien fue hallado por la policía apuñalado en el barrio José Hernández.

Cuelli fue trasladado de urgencia al Hospital Interzonal, donde finalmente falleció. Al ser identificado, se comprobó que Cuelli era un delincuente reincidente, con antecedentes por robo doblemente agravado por el uso de arma, tentativa de robo calificado, infracción a la Ley 23.737, robo agravado en grado de tentativa, lesiones leves, resistencia a la autoridad y desobediencia.

Por el crimen, que también investiga el fiscal Arévalo, no hay sospechosos identificados y cuenta con la participación del personal de la Dirección Departamental de Investigaciones.