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Deportes 30 de enero de 2017

A Quilmes lo atropelló un tren

Fue más amplio en el juego que en las cifras. La defensa “tricolor” defeccionó feo una vez más. Otra vez hubo muchos problemas de rebote. Jonathan Maldonado, goleador del partido con 25, metió todo lo que tiró.

Foto Gentileza Carlos De Vita/LaLigaNacional.com.ar

por Sebastián Arana

El 99 a 88 final no reflejó la gran superioridad de Ferro, que llegó a tomar una luz de veinticinco puntos en el cuarto final. El equipo capitalino atropelló a un Quilmes que volvió a ser frágil atrás y le infligió una derrota dura por la Liga Nacional de Básquetbol.

Al hincha “tricolor” le pasaron una película muy parecida a la del último jueves frente a Instituto. Que hasta comenzó con el equipo “tricolor” sin demasiados incovenientes para anotar y sin necesitar el aporte goleador de Luca Vildoza, quien tiró poco y sin eficacia en los dos primeros cuartos.

Parecía alcanzarle a los de Javier Bianchelli con la decisión de Robinson para atacar el aro y el tiro abierto de Clark para asegurar un caudal ofensivo aceptable. Pero pronto se reveló insuficiente para hacerse cargo del control del juego.

Porque, una vez más, Quilmes dio muchas ventajas defensivas, además de ser apabullado en la lucha por el rebote: 2-10 en el primer cuarto y 6-23 a la hora de ir al descanso. Balbi empezó mal con el aro, pero pronto encontraron buenos espacios para ejecutar Maldonado (de todos lados, no falló un tiro en todo el juego), Alessio con su media distancia y Clemente cerca del cristal quilmeño.

Con lo justo, 24-22, Ferro se llevó el cuarto inicial. Nada hacía presagiar el descalabro quilmeño en el segundo. La gran diferencia del partido la produjeron las rotaciones. Poco produjeron los relevos que Bianchelli mandó a la cancha para acompañar a un Vildoza apagado. Mucho, en cambio, aportaron para la causa “verde” dos de los jugadores de refresco de Castiñeira, Lucas Arn y el estadounidense Andrew Feeley, autores cada uno de siete puntos en el parcial.

Quilmes pasó a sufrir mucho para anotar y sus porcentajes de tiro se cayeron a pique. Ferro lo hizo con mucha naturalidad, a partir de las facilidades que tuvieron sus perimetrales para cortar hacia el aro y descargar. Con un pase profundo o con una reversión pelota al perímetro. El resultado fue casi siempre el mismo: la pelota atravesando la red quilmeña.

Ferro se escapó paulatinamente y con un cachetazo de Clemente sobre la chicharra para corregir un envío de Tantos se llevó al descanso una máxima luz de dieciséis puntos: 50-34.

Quien imaginó una reacción anímica o defensiva de Quilmes en el complemento se llevó un flor de chasco. Jamás pudo meterle un palo en la rueda de un rival que, por momentos, jugó a voluntad. Los jugadores de Ferro se cansaron de tomar lanzamientos cómodos al canasto. El equipo de Castiñeira prácticamente liquidó la historia con el pic-nic que se hizo un ex “tricolor”, José Ignacio Alessio, con Iván Basualdo en el arranque del tercer cuarto, cuando le anotó prácticamente un doble detrás de otro.

En cuatro minutos de juego, Ferro ya había quebrado la barrera de los veinte puntos (61-40) y prácticamente sentenciado el partido. Después fue una lucha desigual entre un equipo que jugó con claridad de conceptos -llegó a sacar 25 puntos de luz- y otro que lo hizo todo forzado. Y que no perdió por un margen superior por Enzo Ruiz y porque en los minutos finales encadenó una sucesión de triples ante una defensa más relajada.

Fue un partido triste para Quilmes. Por primera vez en la temporada, cuando más acentuado era el dominio “verde”, se escuchó algún silbido reprobatorio. El resultado dejó al equipo de Javier Bianchelli un paso más lejos de los play-offs. Y muy preocupado con su nivel de juego.