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Policiales 6 de noviembre de 2019

Abusó de su hijastra cuando era una niña: ocho años de prisión

El fallo del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de esta ciudad condenó a 8 años de prisión a un hombre que abusó sexualmente de la hija de su pareja. La niña sufrió secuelas psicológicas y de desarrollo sexual que alcanzan al día de hoy.

Tribunales Mar del Plata.

Un hombre de 46 años recibió una pena de 8 años de prisión tras ser declarado responsable del abuso sexual reiterado de su hijastra, a la que sometió durante años al aprovecharse de la ausencia de la madre.

El condenado, cuya identidad debe reservarse para evitar la identificación indirecta de la víctima, quedó expuesto sin poder ejercer defensa alguna luego del contundente relato de la menor ante especialistas en psicología de la niñez.

El fallo fue firmado por los jueces Facundo Gómez Urso, Pablo Viñas y Gustavo Fissore tras la acusación del fiscal Fernando Castro que instruyó la causa.

El estremecedor caso se inició en el 2011 cuando la niña tenía apenas 7 años y se extendió hasta el 2016, siempre con el escenario de la casa del barrio Playa Serena. En ese lugar el abusador convivía con la niña y con la madre de ella, quien era su pareja.

El padecimiento de la niña estuvo rodeado de un contexto de violencia implícito en las amenazas hacia ella y hacia la madre: el condenado aseguraba que prendería fuego la casa si lo denunciaban o si simplemente lo echaban.

Además de abusar de manera física, el padrastro, según el fiscal Castro, obligaba a la pequeña a mirar películas pornográficas lo que confluyó, todo en conjunto, en una desviación de un normal desarrollo. La menor tuvo una precocidad y comportamientos sexuales anacrónicos.

Para los jueces quedó probado que el padrastro aprovechaba que la niña se quedaba sola para atacarla. Esas situaciones se daban con frecuencia ya que la única persona que trabajaba era la madre.

Durante el juicio se estableció que quien detectó técnicamente los primeros síntomas de abuso -la niña le había contado a la madre varias veces pero dejó de hacerlo porque no le daba importancia- fue el licenciado Diego Naddeo, psicólogo del Departamento de Salud Mental municipal. El profesional la recibió en el Centro de Atención al Vecino Sur hasta donde la propia mujer llevó a la pequeña porque según ella “presentaba un cuadro de dificultades de aprendizaje en la escuela, refiriendo que podía ser por una caída de un caballo”.

A Naddeo le llamaron la atención la conducta errática y deshinibida y aspecto descuidado. Tras revisarla halló indicadores de abuso sexual y otras formas de violencia.

En la sentencia, el juez Gómez Urso señaló que “se encuentra demostrada en base a las pruebas y valoraciones expuestas, en tanto el relato de los hechos incluyó, inexorablemente, referencias directas a su persona” que la víctima hizo ante familiares, profesionales y vecinos. Esto últimos además “confirmaron la absoluta disponibilidad para los abusos por parte del imputado, quien era el único que estaba en la casa con la menor, ya que no convivía con ellos ninguna otra persona que no fuera la madre, quien se ausentaba la mayor parte del día”.

Entre los atenuantes se destacaron la ausencia de antecedentes penales del imputado las limitaciones de personalidad y la inteligencia “normal inferior” según una psiquiatra.

En el apartado de agravantes se agregaron el retraso escolar de la víctima producto de los abusos, el pésimo concepto del imputado y las consecuencias psicológicas evidencias en la vida de la menor, quien tuvo que ser apartada del seno materno y reiniciar su vida con su hermana y otra familia.

Si bien el abusador fue condenado, el Tribunal destacó que solo pudo analizar un hecho único sin el agravante de la reiteración de abusos ni el del aprovechamiento de la situación de convivencia porque la fiscalía no presentó ese tipo de acusación. Por eso solo se lo condenó a 8 años de prisión por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante por su duración y por las circunstancias de su realización agravado por ser el autor encargado de la guarda de la víctima.