Alvarado ante San Martín de Tucumán: dos antecedentes en su época más gloriosa
Los equipos que jugarán el domingo en el inicio de la Primera Nacional sólo se enfrentaron oficialmente en el antiguo torneo Nacional 1978. Los tucumanos se impusieron 4-1 y 4-2.
Raúl Roldán (en el piso) convierte tras el rebote del arquero Jorge Riolfo. Renato Quinto Russo celebra el gol tucumano en el desaparecido estadio San Martín. Fue 4-2 para el visitante en el Nacional 1978.
Sólo los más memoriosos de quienes peinan canas recuerdan que Alvarado ya enfrentó dos veces a San Martín de Tucumán. Fue en su época más gloriosa, cuando tuvo el privilegio de disputar el Torneo Nacional 1978, en la única participación en la máxima categoría del fútbol argentino.
El club de Jara y Peña se consagró campeón de la Liga Marplatense por primera vez en 1977, de la mano del entrenador Edeverto Artero. Como entonces la ciudad había obtenido una plaza fija en los “viejos” Nacionales, pasó sin escalas a competir con los mejores equipos del país.
Recaló en la Zona D, con dos de los “grandes” del país como River Plate -fue subcampeón de Independiente- y San Lorenzo de Almagro. Contra este último obtuvo el triunfo más resonante de su historia, ya que lo goleó 5-0 en el Viejo Gasómetro, el 6 de diciembre de 1978. Pero antes, contra San Martín de Tucumán, los goles en cantidad los recibió en su arco.
El 19 de noviembre de 1978 chocaron por primera vez en el historial, en el estadio La Ciudadela, que poco tiempo atrás había ampliado su capacidad de 17 mil a 23.500 espectadores. Alvarado llegaba con 3 puntos (una victoria, un empate y dos derrotas) y San Martín había acumulado 4 unidades (un triunfo, dos empates y una caída).
La diferencia en la cancha fue mucho más abultada. El local se impuso bajo una lluvia torrencial 4 a 1 con tres goles del mendocino Benito Emilio Valencia, quien al año siguiente colgó los botines. Para Alvarado descontó Julio “el Paisano” Alvarez. Mientras que cerró la goleada para San Martín otra de las figuras de la noche: Raúl de la Cruz Chaparro.
“Chaparrito”, campeón en San Lorenzo y que después jugó en River, fue internacional con la Selección Argentina en el amistoso ante Checoslovaquia en el estadio Mundialista de Mar del Plata, el 9 de marzo de 1982. “Si tuviera quince centímetros más sería mejor que Maradona”, declaró por entonces el entrenador César Luis Menotti.
En casa, la misma historia
El choque de la segunda ronda entre Alvarado y los tucumanos se jugó el 13 de diciembre de 1978 en el estadio General San Martín. Al partido arribaron con los mismos puntos, nueve, con un récord de 3 victorias, 3 empates y 5 caídas por lado. Pero nuevamente el conjunto tucumano resultó superior en el mano a mano y venció 4 a 2.
Ahora, al menos, el primer tiempo tuvo cierta paridad. Pero nuevamente Valencia lo destrabó antes del entretiempo. El delantero le hizo al conjunto marplatense 4 de sus 8 tantos en el torneo. Eusebio J. Roldán, Luis Ignacio y Luis Carregado marcaron los otros goles visitantes. Enrique Alaniz y Jorge Maldonado -máximo anotador de Alvarado en el torneo, con 6- convirtieron en el equipo dirigido por Artero. Maldonado, fallecido el año pasado, disputó también los Nacionales de 1977 y 1985 con Círculo Deportivo de Otamendi, donde se convirtió en ídolo.
Al término de esa fecha, con dos partidos por jugar de la fase de grupos más las tres instancias de play-offs, Sergio Fortunato era, con 13 goles, uno de los dos máximos anotadores del certamen. Días atrás, el 6 de diciembre, había tenido su día de gloria con los cinco tantos que le hizo a Juventud Antoniana, en la goleada 6-1 de Estudiantes de La Plata. El marplatense compartía ese privilegio con Norberto Outes, de Independiente, y un gol menos ostentaba José Omar Reinaldi, de Talleres.
Fortunato no sumó más (Estudiantes tuvo una floja campaña y no clasificó) y finalmente “la Pepona” Reinaldi (Talleres fue semifinalista) hizo el mejor registro, con 16.
Alvarado cerró su única experiencia en la máxima categoría con 3 triunfos, 4 empates y 7 derrotas. Fue séptimo del grupo, sólo delante de San Lorenzo. Contra el “santo” tucumano, no se llevó los mejores recuerdos.
