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Provincia 9 de mayo de 2019

Aprobaron la licencia del presidente de la Cámara baja

A pedido suyo, Manuel Mosca fue licenciado por sus pares para que la justicia pueda expedirse sobre la denuncia en su contra. Su suspensión al cargo no se tratará a menos que un juez así lo solicite

Manuel Mosca.

En una sesión casi intrascendente y hecha a la medida del pedido del presidente de la Cámara baja bonaerense, los diputados de la provincia votaron positivamente la licencia de Manuel Mosca, quien la solicitó para “que la justicia pueda expedirse” sobre la denuncia que pesa sobre su persona, según argumentó el marplatense Maximiliano Abad, titular del bloque oficialista en Diputados.

En su lugar juró María Soledad Dibeto, quien ocupará la banca del licenciado en el recinto de avenida 53 durante los 60 días que dure el permiso concedido por sus pares, que elevarán a la Comisión de Asuntos Constitucionales un pedido, para que evalúe los hechos que involucran al diputado y así expedirse de manera veloz en el caso en el que la justicia solicite la suspensión del mismo, quitándole la inmunidad que le otorga el artículo 97 de la Carta Magna Provincial.

De esta forma, lo que se votó es el otorgamiento una licencia extraordinaria (que cesará a los 60 días o con su presencia en el recinto al momento de una sesión) y no un desafuero, ya que la figura como tal no existe y para que los diputados decidan la suspensión de un par, no puede ser por pedido del mismo, sino a solicitud de un juez y “una vez examinado el mérito del sumario”.

Tras la aprobación del período de licencia solicitado por Manuel Mosca, tomaron la palabra legisladores de diferentes bancadas como el diputado de La Matanza que representa desde su banca al Frente de izquierda de los trabajadores, Guillermo Kane, quien remarcó que Manuel Mosca no debió haber tomado una licencia si su intención era la de dejar trabajar a la justicia, sino que la Cámara en su conjunto debió votar su suspensión al cargo hasta que la justicia se expida sobre su responsabilidad.

En el mismo sendero de pensamiento, la legisladora de Unidad Ciudadana, Susana González señaló sin pelos en la lengua que ’estoy cansada de que nos quieran medir la moral, porque en esta Cámara se habla mucho de moral con la bragueta abierta’.

Ofuscada por la forma en que se le estaba dando tratamiento al tema, González remarcó que “los fueros son derechos irrenunciables” e indicó que “las instituciones están para respetarse y hay que defender la institucionalidad del estado de derecho”.

Para finalizar y dejar muy en claro su posición, la oriunda de Ensenada resaltó que “la licencia le corresponde solo por el hecho de ser diputado de esta Cámara”.

El último en referirse al tema fue el marplatense Maximiliano Abad, quien valoró la actitud del presidente de la Cámara de “apartarse provisoriamente para que la justicia pueda expedirse” no sin antes subrayar que “Mosca no ha dudado ni un solo segundo en poner la institucionalidad de la Cámara por sobre su persona”.

Con la licencia confirmada, la Cámara tendrá como nueva titular a la diputada de Pigüé, Marisol Merquel. del bloque del PJ Unidad y Renovación, algo que puede cambiar el rumbo que Cambiemos tenía pensado para Diputados en el camino hacia las elecciones de 2019.  

Hasta el momento en toda la historia de la legislatura bonaerense sólo se votó un suspensión (desafuero) y fue en 1937, cuando la discusión entre un conservador y un radical terminó a sangre y fuego con la vida del primero.

El único en la historia

La historia del “único” desafuero de la Legislatura bonaerense, comenzó a las tres de la tarde de un 15 de diciembre, pero hace ya 82 años, cuando el hall que une los recintos de ambas Cámaras, se llenó de pólvora y sangre.

Cuentan las crónicas de la época, que un poco educado encuentro entre dos diputados, el radical Mario Bessone y el conservador Fortunato Chiappara (h), terminaría con la muerte de este último a causa del plomo que antes se encontraba en el cargador del revólver del primero.

Ese crimen imprevisto, sangriento y espectacular, marcaría un hito en la legislatura bonaerense, con el desafuero de Bessone que un año más tarde sería condenado a tres años de prisión por el asesinato de Chiappara, aunque con el beneficio de la libertad condicional, otorgado quizás por su condición de médico, quizás por haber sido legislador o quizás por haber esgrimido en su defensa que creyó que su víctima extraería un arma de entre sus ropas.

Horas después del homicidio y con la presencia de 50 diputados de la mayoría conservadora, se procedió a desaforar al legislador, que entonces sí pudo ser interrogado y detenido formalmente. Pero como la actividad legislativa lo exigía, la muerte de un camarista no detuvo la labor en los recintos y al día siguiente se sancionó el Presupuesto provincial.



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