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Policiales 20 de agosto de 2022

Cae un narcotraficante prófugo con 2 kilos de cocaína y 1 millón de pesos

Fue durante un operativo de la DDI en la zona sur de la ciudad. Carlos Daniel Barrientos (43) había evadido a la Justicia por casi 6 años. Está implicado en la mega causa "Lavado Total".

Barrientos estaba prófugo por la megacausa Lavado Total.

Carlos Daniel Barrientos (43) supo evadir a la Justicia durante casi 6 años, desde que en el marco de la mega causa “Lavado Total” habían identificado que un auto de su propiedad tenía cuatro kilos de cocaína en su interior, y finalmente cayó el viernes a la tarde en la zona sur de la ciudad mientras iba en auto con dos kilos de cocaína y un millón de pesos.

El Juzgado Federal N° 3, a cargo de Santiago Inchausti, había ordenado la captura de Barrientos el 22 de septiembre de 2016 y, luego de que la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) lo detuviera el viernes a la tarde quedó a su disposición para ser indagado.

Personal de la DDI tenía la información de que un prófugo de la Justicia se escondía en la zona sur de la ciudad y que el viernes a la tarde se iba a trasladar en una camioneta, por lo que realizaron un discreto operativo de vigilancia.

Al identificar la camioneta, la policía se acercó para interceptarlo, pero Barrientos aceleró e intentó escapar, lo que originó una persecución de la que participaron los vehículos de la DDI y patrulleros de diferentes comisarías.

Finalmente, al llegar a Talcahuano y la calle 35 la policía cortó todo escape posible y Barrientos no tuvo más alternativa que frenar la marcha. Junto a él iba un joven de 19 años, quien tenía entre sus pertenencias diversos envoltorios de cocaína.

Barrientos fue identificado y la DDI comprobó que el pedido de captura en su contra seguía vigente. Al llamar al juzgado, los policías fueron autorizados a revisar el auto, por si existía algún de secuestro de algún tipo.

Mientras revisaban el auto, la policía descubrió que en uno de los paneles habían ocultos dos “ladrillos” de cocaína, que pesaban un kilo cada uno. Además, incautaron un millón de pesos.

El dinero y los dos kilos de cocaína fueron secuestrados. Además, según trascendió, los “ladrillos” tenían algún tipo de relieve o marca, lo que será peritado en la causa.

Barrientos y el joven que lo acompañaba quedaron detenidos y a disposición del juez Inchausti, que no solo lo indagara por los dos kilos de cocaína recientemente secuestrados sino que también en el marco de la causa “Lavado Total” por la que estaba prófugo.

Lavado Total

Operativo "Lavado Total" en 2016, donde se hallaron 4 kilos de cocaína en un auto de Barrientos.

Operativo “Lavado Total” en 2016, donde se hallaron 4 kilos de cocaína en un auto de Barrientos.

Las investigaciones se habían iniciado en relación a la captura, en febrero de 2013, de Juan Manuel Mariscal, a quien la policía lo sorprendió en la Autovía 2 trasladando 150 kilogramos de cocaína de máxima pureza.

Mariscal fue condenado a 7 años de prisión, pero se inició una investigación en torno a los bienes que poseía y el lavado de activos. En junio de 2014, tras el fallo, evidenciaron que “al imputado se le detectó una estructura económica grande y que se encontraron más de cuarenta vehículos, muchos de ellos de alta gama”.

Ello dio lugar a otra causa que se tramitó ante el juez federal Santiago Inchausti, conocida como “Lavado Total”, en la que se puso foco en la manera en que el narcotráfico podría reinsertar el dinero en el circuito económico formal. Para los investigadores, la maniobra consistía en inyectar dinero en el mercado de la compra y venta de automóviles.

Los administradores de esos activos se habrían contactado con la comunidad zíngara en Mar del Plata, conocida por su actividad en ese rubro.

Esta hipótesis establece los roles y modus operandi de la banda. Plantea, por un lado, la existencia de un grupo liderado por Hugo Alberto “Coco” Esteban y su entorno de la comunidad gitana, que se dedicaría a la compra y venta de rodados. El otro grupo detectado, liderado por Juan Manuel Mariscal y su entorno, se dedicaría al comercio de estupefacientes.

Para los investigadores este negocio de la compra y venta de los automóviles configuraría la relación entre todos los imputados, dado que habría elementos probatorios que darían cuenta del intercambio comercial entre los distintos integrantes de cada grupo sin ningún tipo de registración, facturación o trámite de tributario.

En cuanto a Barrientos, había quedado vinculado en la causa ya que uno de los vehículos secuestrados en el megaoperativo de 2016 estaba registrado a su nombre. Se trataba de un Volkswagen Bora que, tras ser escaneado por la Policía Federal se descubrió que ocultaba cuatro kilogramos de cocaína.

En agosto de 2018 el titular de la Fiscalía Federal N°2 de Mar del Plata, Nicolás Czizik, requirió la elevación a juicio de la causa “Lavado Total”, y pidió que sean enjuiciadas 27 de las personas allí imputadas: 19 acusadas por lavado de activos y ocho por tenencia ilegal de armas.

En la investigación comprobaron al menos 107 maniobras de compra-venta de vehículos, que serían compatibles con el delito de lavado de activos. Justamente esas operaciones de compra-venta informal e irregular habrían servido de medio para convertir dinero de la venta de drogas en autos e intentar dar una apariencia lícita de ese patrimonio, pero que sin embargo no se pudo acreditar el origen lícito del mismo. Las maniobras, según consta en la investigación fiscal, se extendían a otras ciudades del país: tal es el caso de los autos registrados en la provincia de Corrientes, con domicilios inexistentes o inhallables, y que a pesar de ello tenían su asiento físico en Mar del Plata.

En este sentido, el fiscal argumentó: “La transferencia de dinero obtenido de la venta de la droga hacia vehículos automotores, en conjunto con el aprovechamiento de estas actividades pseudo-lícitas (la compra venta de automóviles irregular), permitía a los narcotraficantes no solo asegurar las ganancias en objetos que son más fáciles de resguardar y que no se deprecian tan rápidamente como la moneda, sino además disimular inmediatamente el producto del narcotráfico. Los automóviles servían como cajas de seguridad, y a través de compras y ventas y sobre todo permutas, eran movilizados de un lugar a otros, diversificándose así las operaciones comerciales de los beneficiarios y/o directamente involucrados de la actividad ilícita precedente”.

 



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