En el fútbol, se sabe, mandan los resultados. Los “proyectos”, las intenciones, tienen vida corta si la pelota no entra en el arco de enfrente. Claro que siempre hay que buscar una línea, trazar un camino, proyectar. Y en todo caso después rezar para que la pelota entre.

Tras la salida de Gastón Coyete la semana pasada, luego de un cortocircuito con un grupo de futbolistas experimentados del plantel, Mariano Charlier se hizo cargo del equipo en forma interina.

El técnico de la cuarta puntera e invicta en el torneo de AFA, que además coordina junto a Diego Villar todo el fútbol juvenil de Aldosivi, tomó el equipo el sábado y el martes se sentó en el banco de suplentes en el empate sin goles como visitante de Atlanta, que cerró la vigésimo octava fecha de la Zona B de la Primera Nacional.

Más allá del punto sumado pese a las numerosas bajas que tuvo el elenco portuense en dicho compromiso, todos en Aldosivi coinciden que el desembarco de Charlier en el plantel profesional trajo paz.

Los jugadores del club, que son numerosos en este plantel profesional, lo conocen precisamente de su paso por inferiores. Pero los más experimentados, inclusive los que tuvieron roces con Coyette, lo respetan. Algunos lo conocen de sus anteriores pasos como interino, donde hacía dupla con Villar. Porque más allá de que “Pipa” era la cara visible, el protagonismo de Charlier en charlas técnicas y demás determinaciones era marcado.

Diversas fuentes consultadas por LA CAPITAL confiaron que el clima de trabajo en estos días es bueno. Y los dirigentes, que tras la inesperada salida de Coyette, se quedaron sin Plan B, a seis fechas del final de temporada y con el equipo todavía sin poder confirmar la permanencia, decidieron parar la pelota.

Es que la intención de la dirigencia en el último año y medio fue potenciar los recursos genuinos del club, completar el plantel con refuerzos que vengan a aportar experiencia a los jóvenes y, en la medida de lo posible, vender jugadores propios para solventar los costos que demanda la estructura del fútbol profesional y también la de mantener seis categorías juveniles compitiendo regularmente en AFA.

Volviendo al arranque de esta nota, esos eran los líneamientos del proyecto claro. Pero puede fallar decía Tusam.

Porque no todos los refuerzos aportaron el salto de calidad esperado, ni los resultados acompañaron. Se armó un plantel con la intención de pelear arriba y el equipo nunca engranó.

La parte de lo proyectado que sí pudo cumplirse es la de tener un equipo con marcada presencia de productos propios. Hubo partidos que convivieron en cancha 8 de los 11 jugadores surgidos en Aldosivi. Y días atrás se vendió el 50% del pase de Tobías Cervera a Rosario Central.

En ese sentido, Charlier parece encajar con la idea dirigencial. Pocos más que él conocen el semillero del club. Coyette también respondía a esa consigna porque si bien no tenía un pasado en Aldosivi es un técnico que suele darle oportunidad y potenciar a los más jovenes. Pero, como se dijo, los resultados no lo acompañaron y parte del plantel tampoco.

Por eso ahora, con cierta calma en el día a día, desde la dirigencia no se ve con malos ojos la continuidad de Charlier. Evitaría tener que traer a un entrenador por seis partidos o que tenga mayor proyección aún cuando buena parte del plantel no estaría en 2024 (varios contratos se terminan en diciembre).

Está claro que es partido a partido. Por aquello de que los resultados mandan. Pero un triunfo el domingo ante Deportivo Madryn en el José María Minella podría prolongar el “interinato” de Charlier, al margen de poner al equipo a mayor resguardo en su intención de no tener que sufrir hasta el final para asegurar la permanencia.

Por lo pronto, para recibir a los patagónicos, Charlier ya tendrá a disposición a Emanuel Iñiguez y Federico Bravo, quienes cumplieron con sanciones disciplinarias. Y también podría estar desde el arranque el goleador Claudio Riaño, que tras dejar atrás un desgarro ya tuvo media hora de fútbol el martes en cancha de Atlanta.

Este viernes la práctica de fútbol podría arrojar mayor luz sobre el posible once para el domingo. Para un partido que tendrá mucho más que tres puntos en juego.