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Policiales 6 de diciembre de 2017

Con la declaración de una de las víctimas, comenzó el juicio al violador céntrico

Claudio Valente afronta un juicio que le supondrá, casi con seguridad, una pena virtualmente perpetua. Le podrían aplicar 50 años de prisión por los abusos sexuales, robos y privación de libertad que le incriminan.

El edificio de Tribunales está ubicado en la esquina de Brown y Tucumán.

El juicio oral y público contra Claudio Valente, el depravado sexual que violó a varias mujeres entre marzo y abril de 2014 en la zona céntrica de la ciudad, comenzó ayer en los Tribunales de Mar del Plata.

El fiscal Oscar Deniro explicó los lineamientos de la acusación que incluye seis abusos sexuales, robos calificados y privación ilegal de la libertad. Esta múltiple imputación fue respaldada por los abogados de las cinco mujeres, una de las cuales fue violada en dos ocasiones por Valente.

Los jueces Facundo Gómez Urso, Aldo Carnevale y Juan Galarreta organizaron el debate que continuará este miércoles y aceptaron la supresión de varios testigos, lo que permitirá acortar la cantidad de audiencias previstas inicialmente.

Valente, un individuo que ya contaba con antecedentes por agresiones sexuales antes del año 2014, estuvo presente en el inicio de la jornada pero luego fue retirado. Esto ocurrió después de que la defensora oficial indicara que no iba a discutir la materialidad de la autoría, pero sí los artículos 40 y 41 del Código Procesal que mencionan la inimputabilidad y responsabilidad del imputado.

Luego, y debido a que una resolución del año 2006 sostiene que los testimonios tomados durante la instrucción y que no contaron entonces con la presencia de la defensa se tienen que repetir en el juicio, declaró la primera de las víctimas.

“El relato fue tremendo y no es necesario hacer público aquello por lo que pasaron estas mujeres”, expresó una fuente judicial consultada por LA CAPITAL.

Mañana miércoles el juicio proseguirá con el análisis de nuevos testimonios de víctimas de Valente y las audiencias se retomarán la semana venidera.

Los hechos

El caso del violador céntrico estremeció a la ciudad entre fines de marzo y fines de abril del año 2014 y su gran impacto obedeció no sólo a la naturaleza aberrante de los hechos sino a que se desplegó una cacería para hallarlo.

A medida que se conocían más y más violaciones, una psicosis se adueñó de muchas personas a raíz de una distracción de los investigadores que hicieron trascender un dibujo con el dictado de rostro del violador. Ese retrato, solamente orientativo, se divulgó por redes sociales y hubo situaciones tensas con personas de una fisonomía similar En verdad ese dibujo sólo señalaba un tipo de sujeto masculino, no una proximidad con las características faciales.

El primero de los hechos denunciados ocurrió a la 1.20 del 24 de marzo de 2014, en la vereda de la calle 20 de Septiembre al 2600 donde una joven que descendía de su vehículo marca Chevrolet modelo Celta fue interceptada por Valente. Mediante amenazas el violador la obligó a ingresar nuevamente al rodado y la condujo a la zona de Malvinas y 25 de Mayo, donde abusó sexualmente de la mujer tras suministrarle una pastilla de color blanca.

El siguiente episodio se produjo el jueves 17 de abril del año 2014 y en esa ocasión Valente interceptó a dos jóvenes de 22 y 24 años en Gascón entre Santa Fe y Santiago del Estero. Las dos mujeres iban a subir a su automóvil también marca Chevrolet, y él las llevó hasta la zona del Alfar.

Ya en las playas públicas del sur hizo caminar a ambas jóvenes y, al igual que en el caso anterior, las amenazó con una navaja y con un supuesto gas pimienta. También las obligó a tomar una pastilla tranquilizante, aunque una de las mujeres pudo escupirla.

Valente penetró en dos ocasiones a una de ellas y manoseó a la otra para excitarse. Antes de irse les robó el automóvil que luego abandonó en la zona céntrica.

El lunes 22 de abril de 2014 abordó a otras dos jóvenes estudiantes de la Universidad Fasta en Avellaneda y Jujuy. Repitiendo la mecánica de los hechos anteriores las amenazó con un cuchillo y tomó el volante del automóvil al que las mujeres estaban a punto de ingresar cuando las había interceptado.

Bajo amenazas las llevó hasta la zona costera cercana a la entrada del barrio San Patricio donde les robó las pertenencias y las obligó a subir nuevamente al automóvil. Luego ultrajó a ambas y mientras alternaba las amenazaba de muerte. Valente utilizó el automóvil Volkswagen Gol para darse a la fuga.

La captura

El 5 de febrero de 2014 Valente había dejado la cárcel con el beneficio de la libertad asistida otorgada por el Juzgado Nacional de Ejecución Penal 1, por hallarse en el tramo final de una pena de 11 años y 8 meses de prisión que un tribunal porteño le había impuesto por los delitos de “privación ilegal de la libertad y robo”.

Cumplía esa condena en un instituto correccional de La Pampa y tras fijar domicilio en Lanús, donde vivía su padre, recibió la orden para volver a la calle. En febrero Valente violó a una joven en Buenos Aires y luego llegó a Mar del Plata donde permaneció dos meses. Fue detenido el mismo 22 de abril por la noche, cuando perpetró su último y aberrante hecho. En la zona de Corrientes y Brown policías de civil lo atraparon cuando intentó escapar tras ser identificado como el presunto autor cuya fisonomía ya circulaba entre la fuerzas de seguridad y las redes sociales.

Al ser detenido se le encontraron a Valente pastillas de clonazepam y las llaves del Volkswagen Gol. En un primer momento dijo llamarse Claudio Alberto Gómez e incluso firmó con esa identidad las distintas actas. Pero los fiscales Fernando Berlingeri y Mariano Moyano, que habían unificado sus causas, lograron desenmascararlo.

Las pruebas incriminatorias fueron decisivas, tanto las que se hallaron en el hostel en el que se alojaba -perfumes, bijouterie y otros objetos de las víctimas- como las que quedaron impregnadas en el cuerpo del delito: los ADN fueron todos positivos.

Por si fuera poco ello, Valente también fue reconocido en rueda de presos por algunas de la víctimas que soportaron esa traumática diligencia.

El plexo probatorio fue suficiente para elevar a juicio y en el mes de junio de 2014 se hizo la solicitud. Distintas dilaciones hicieron que el debate no se celebrara hasta la jornada ayer.