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Cultura 7 de mayo de 2024

Darío Zeta y Soledad Barruti: “Necesitamos recuperar a Dios, y ese dios es Dionisio”

Este viernes se presentarán en Mar del Plata Darío Zeta y Soledad Barruti con su espectáculo Recital de Mitos, historias de resistencia. La cita será a las 20 en el teatro Radio City.

El Recital de Mitos es un espectáculos protagonizado por Soledad Barruti y Darío Zeta que lleva al escenario historias bíblicas y de la mitología griega. Una ocasión para repensar la actualidad a través de ese pacto íntimo y también ancestral entre quien cuenta una historia y quien la oye. Dionisio, la caverna de Platón, Lilith y el Minotauro son algunas de las historias con las que Darío y Soledad prometen conmover a los espectadores.

-¿Cómo surgió la idea de armar el Recital de Mitos?

Soledad Barruti: -Después de cuatro años de trabajar juntos haciendo distintas presentaciones, quisimos hacer un cambio de ciento ochenta grados en lo que estábamos proponiendo. Esta es una época en donde hace falta crear nuevos caminos y para emprender esa búsqueda es necesario volver al cuerpo, encender la imaginación, pensar sin reñir ni retorcernos la mente, acudir a un pensamiento vivo. En estas historias originarias encontramos esa oportunidad. Son relatos sin dueño y que tal vez no conocés pero están ahí nomás, acompañando a esta civilización hace tantos años -miles de años algunas de ellas-. Personalmente son historias que a los dos nos interesan desde que éramos chiquitos y cuando empezamos a pensar en esto -hacer algo completamente nuevo- fue casi una emergencia natural: emergieron las historias y las ganas de contarlas, de reencontrarnos en esos lugares originarios y a la vez completamente nuevos.

-¿Qué vamos a ver y escuchar en el espectáculo?

Darío Z: – El espectáculo es un recital clásico, donde vamos relatando uno a uno, una serie de mitos que, como canciones, van proponiendo diferentes temáticas, temperaturas, emociones. Nos dividimos con Sole el repertorio y así vamos narrando mitos griegos y bíblicos que buscan recuperar algo de nuestra condición originaria. Es increíble que relatos tan ancestrales todavía nos interpelen tanto en nuestra realidad cotidiana. Por ejemplo, la alegoria de la caverna de Platón parece escrita para nuestro tiempo virtual; la historia del Minotauro nos conecta con la sensacion de no pertenecer a ningun lugar; conocer la represión de los ritos dionisíacos es una forma de replantearnos por dónde pasan las resistencias.

-¿Qué importancia tienen los mitos en la vida actual? ¿Nos dan una enseñanza tipo moraleja?

S.B.: -Estas historias tienen la potencia de reencantar nuestro mundo. Reencantarlo dándonos nuevas herramientas, dándonos ideas que ni sabíamos que teníamos; son todas historias que pueden ser usadas para leer la política, para leer nuestras emociones, para leer nuestros vínculos, para leer problemas en el amor. Las historias son espacios de libertad y en esa libertad -la verdadera- no hay moralejas exactamente, lo que hay es la posibilidad de abrirte un camino nuevo, inesperado, en el que de repente escuchás algo con esa entrega mágica que tiene el escuchar una historia con el encanto con el que la escuchabas cuando eras un niño, volver a tu casa y sentir que algo se modificó y que ese algo que se modificó es algo que solamente vos vas a saber. Pero lo que sea que tiene que ser sucede: a todos se nos modifica inevitablemente algo después de escucharlas.

-¿Cuáles son sus mitos preferidos?

S.B.: -Yo creo que necesitamos recuperar a un Dios urgentemente en esta sociedad y ese Dios es Dionisio. Dionisio es el dios del rapto, del desenfreno, el dios que te dice “no tenés que elegir, podés ser todo a la vez. No tenés que buscar una utilidad a la vida, la vida no es útil, a la vida hay que gozarla”. Ese Dios nos falta. El otro día veía el show de Madonna en Río y escuchaba con toda esa gente, millones disfrutando en la playa de esa fiesta gratuita, de esa canción que dice: “la música es lo que junta a las personas. Al burgués y al rebelde”. Esa fiesta, ese desenfreno, esa libertad amorosa, bella, sexual, salvaje: eso es lo que necesitamos recuperar. Entonces amo contar ese mito, amo contar a Dionisio, amo invocarlo en el teatro que es su hogar, y ver cómo con su historia las personas empiezan a encenderse con esas ideas urgentes. Porque lo que contamos cuando cuando aparece Dionisio es esta lucha entre la libertad verdadera y la necesidad de oprimirla y creo que nada es más urgente en este momento que eso: salir de esa trampa en donde nos vendieron por libertad algo que es cualquier cosa y recuperar la libertad que nos falta.

D.Z: – Claramente a mí me encanta explicar y representar el mito de la caverna platónica, algo que vengo haciendo desde los 18 años y cada vez siento que aparecen cosas nuevas. Además es una alegoria que es interpretada de modos muy diferentes. Cada uno lo lleva para la contingencia que esta viviendo en el momento: algunos para pensar el país, otros para reflexionar sobre el mundo que vivimos, pero también sobre alguna crisis amorosa o de vocación. Además es cuando el público participa activamente. Es un momento donde me siento ratificando mi vocación docente.

-¿El espectáculo es para todas las edades?

S.B.:-No creemos que sea un espectáculo para niños, sí para adolescentes, que vienen y la pasan bárbaro. Pero hay algo del lenguaje y de las historias que son muy potentes, algunas muy sexuales qué tal vez haya personas que tienen reparos en que las escuchen niños pequeños y a nosotros también nos parece que hay historias que tienen un contexto y un momento.

-¿Qué opinás de este momento del país?

S.B.: -Hay una frase de Bertol Brecht que me gusta mucho: “En tiempos oscuros ¿habrá canciones? Sí habrá canciones sobre los tiempos oscuros”. Es una época desoladora, es una época mustia, es una época tenebrosa. Necesitamos juntarnos a duelar y renacer, reencontrarnos para imaginar con música, con abrazos, con historias, con fiestas épocas mejores que esta.

-¿Cómo es trabajar en pareja?

D.Z.:-A mí lo que me fascina es seguir aprendiendo del otro. Siempre en los relatos aparece alguna vuelta nueva y nos quedamos escuchándonos como si fuera la primera vez que escuchamos el mito. Los relatos tienen una fuerte carga erótica, en el sentido de provocar el deseo por entendernos más allá de los lugares comunes. Y ese erotismo es también lo que nos une. No es un trabajo más para nosotros sino parte esencial de nuestro vinculo.

-¿Qué mito es el preferido del público?

D.Z.: -Todos los mitos dejan algo. Algunos van más a la emoción y otros van más al humor, pero todos generan un desplazamiento en la forma de pensar las cosas. El público queda muy impactado al inicio del espectáculo con los dos primeros mitos que son la historia de Semele, la diosa de la intensidad y madre de Dionisio, y la historia de Lilith, la primera y rebelde esposa de Adán cuya historia no se conoce mucho…

-¿Qué les devuelve el público que va a ver el espectáculo?

D.Z.: -Mucho deseo de moverse de los lugares fijos, pero también de pasar un buen momento, como si todos estuviéramos alrededor de un fogón o en la cama antes de dormir con la escucha atenta para que nos cuenten cuentos

-¿Notan un alejamiento de la gente hoy de aquello tan atávico que es contarnos historias y entrar en el código de lo mítico legendario?

D.Z.: -Byung Chul Han en “La crisis de la narración” habla justamente de la devaluación del acto de contar historias reemplazado simbólicamente por el frenesi de postear stories que caducan efímeramente. Contar historias y sobre todo mitos supone que hay un final abierto. Una apertura que uno se lleva a su conciencia o a sus sueños o a su cuerpo para que un relato nos siga construyendo.