COMODORO RIVADAVIA (E).- No hubo chance para Peñarol. Gimnasia demostró por qué es un gran candidato al título. Por momentos, fue un violín. Y se impuso con claridad por 101 a 84 por una nueva fecha de la Liga Nacional de Básquetbol. El conjunto de Hernández, contra todo pronóstico, igual mantuvo el segundo lugar gracias a la inesperada caída que sufrió San Lorenzo como local ante Instituto de Córdoba.
Los tiros abiertos de Carlos Sandes fueron la llave del dominio de Gimnasia en el primer cuarto del partido. El conjunto local impuso una ofensiva mejor balanceada. Con presencia en el poste por el lado de Clancy. Y apoyada por el tiro abierto de todos los demás. Sandes, escapando de la custodia de Gutiérrez, anotó dos “bombas” claves para despegar de un Peñarol que se sostenía con el gol de Brussino y Brown.
La tendencia para los patagónicos, de todos modos, se acentuó en el segundo parcial. Una notable conducción de De los Santos rompió la defensa marplatense por todos lados. El base penetraba y descargaba y, a su influjo, todos conseguían tiros exteriores con tiempo y espacio. Fue un show de triples de los de Gonzalo García la primera mitad del cuarto. Y, a falta de cinco minutos, ya ganaban 42-23.
Sin embargo, el entrenador local hizo descansar a De los Santos. Luchino administró la pelota correctamente, pero ni de cerca fue lo incisivo que su predecesor.
Peñarol aprovechó. Se puso en juego con las corajeadas de Sahdi, con algunos tiros oportunos de Tony Young y, sobre todo, aprovechando las “caídas” de Acuña hacia el canasto local. De este modo, el equipo marplatense ganó 19-4 la última mitad del segundo parcial y se fue al descanso largo en juego.
Las esperanzas “milrayitas”, de todos modos, duraron hasta el regreso de De los Santos, quien “destrozó” a Figueroa en su duelo personal. Entre él (2) y Aguerre (1) anotaron tres triples de salida en los dos minutos iniciales que despegaron otra vez a Gimnasia en el marcador. Después, fue una clínica de básquetbol. Pase y pase hasta encontrar a un tirador. O pase y pase hasta encontrar un corte de Clancy por la línea final. Peñarol fue impotente para frenar a esta máquina de jugar. Gimnasia, que ganó el parcial por un increíble 36-14, decidió el partido en ese lapso.
Peñarol, con la rotación otra vez en cancha, y con el pibe Juan Ignacio Marcos jugando buena cantidad de minutos, maquilló la derrota en el cuarto final. Pero no pudo remontar la cuesta. Ya había sufrido dosis demasiado fuertes del mejor Gimnasia. El “1” de la Conferencia Sur está en buenas manos.