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Cultura 29 de mayo de 2018

Eduardo Galeano, entre el fútbol y la vida literaria

por Sebastián Jorgi

La tapa del libro de Eduardo Galeano.

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Con una nota del editor Carlos E. Díaz y un prólogo del periodista Ezequiel Fernández Moores, se ha editado Cerrado por fútbol. El escritor uruguayo Eduardo Galeano, un entusiasta de este deporte desde niño, abarca una especie de friso sociológico sobre el fútbol y otras cuestiones políticas, desde aquel Maracanazo del ’50. El inolvidable campeonato mundial ganado por los charrúas a los brasileños será una suerte de tótem exhibido para toda la historia. Pero el punto de partida será El parto, el nacimiento de un niño en Lanús, dado a luz por doña Tota, que se llamará Diego Armando. Y después detener su memoria en El gol del siglo, que, a no dudarlo más allá de las abrumadoras encuestas, será el famoso gol de Maradona a los ingleses en el mundial del ’86.

Pero la sabiduría del autor de Las venas abiertas de América Latina, puede ir desde Hernán Cortés y la prohibición del fútbol en Chile jugado por los indios en 1647, hasta la íntima guerra del Che Guevara contra su asma y los sucesivos mundiales para recalar en el del 2014.

El prisma no es solamente “futbolero”, sino incisivamente sociopolítico: cae en la volteada Blatter, los genocidios de El Salvador y Honduras en Centroamérica, un equipo ucraniano fusilado por los nazis después de ganar un partido en la Segunda Guerra Mundial. También se alude a Grondona y rescata a Maradona, más allá de sus excentricidades, por decir la verdad y tirarse contra los monopolios y las llamadas mafias. El recuerdo de Obdulio Varela surge una y otra vez, es obvio. Y para los que hemos compartido la generación de los ’60 y ’70, el nombre de Cassius Clay también está en el recuerdo-homenaje de Galeano, a aquel negro que no quiso ir a la guerra a matar vietnamitas.

Y como si todo esto sintéticamente expuesto en la bibliografía fuese poco, se reproduce un reportaje muy interesante que le hizo la revista El Gráfico en 1995, después de la publicación de El fútbol a sol y sombra. Me identifico con muchas opiniones de Galeano, a quien tuve oportunidad de conocer en Montevideo en los ’60, con un grupo de cineastas del Cine Club Universitario y del Cine Club Fax, en un par de reuniones informales en una pizzería del Parque Rodó.

Cerrado por Fútbol, un libro abierto, para que todos los entusiastas del deporte lo gocemos, sumando, claro, otras aristas filosas compartiendo el talento y el prisma crítico de un escritor genuino.



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