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El Mundo 15 de enero de 2022

EEUU y la UE coordinan su respuesta a Rusia, tras una intensa semana de conversaciones

Los altos diplomáticos aseguraron que Bruselas y Washington "tienen la intención de continuar las consultas intensivas sobre estos y otros temas, presentando un frente transatlántico fuerte, claro y unido".

Josep Borrell, encargado para Política Exterior de la Unión Europea (UE), y el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken.

El alto representante para Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, y el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, examinaron por teléfono el estado de las negociaciones con Rusia sobre la cuestión de Ucrania y la seguridad de Europa, luego de realizarse esta semana tres reuniones entre las partes.

“La estrecha coordinación entre la UE y Estados Unidos sobre los últimos acontecimientos relacionados con Rusia y Ucrania continúa al nivel más alto”, manifestó el Servicio Europeo de Acción Exterior en una nota publicada al término de la conversación telefónica.

Los altos diplomáticos aseguraron que Bruselas y Washington “tienen la intención de continuar las consultas intensivas sobre estos y otros temas, presentando un frente transatlántico fuerte, claro y unido”, agregó.

Al mismo tiempo, expresaron su disposición al diálogo con Rusia, pero “no en detrimento de la libertad, la soberanía, la independencia de los miembros de la comunidad transatlántica y sus socios”.

“Fue un placer hablar con Josep Borell para coordinar aún más la respuesta de Estados Unidos y la UE al profundamente preocupante aumento militar de Rusia cerca de la frontera con Ucrania”, tuiteó, por su parte, el propio Blinken.

El llamado entre ambos diplomáticos se produjo tras una semana de intensas conversaciones celebradas en Europa para bajar las crecientes tensiones con Rusia, aunque las reuniones de los últimos días coincidieron con algunos cruces diplomáticos de tono amenazante.

El lunes pasado se realizó en Ginebra una reunión entre enviados rusos y estadounidenses, el miércoles tuvo lugar en Bruselas un encuentro del Consejo OTAN-Rusia y el jueves se reunió en Viena el Consejo Permanente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), uno de los pocos lugares de intercambio en el que participan tanto Washington como Moscú.

La maratón diplomática pretendía reducir las tensiones desatadas a fines de 2021 cuando Rusia comenzó a movilizar a decenas de miles de tropas en su frontera con Ucrania, lo que motivó llamados de Estados Unidos y la OTAN y reclamos de que fueran retiradas ante el temor a una invasión rusa de ese país europeo.

Sin embargo, el Kremlin negó rotundamente esas intenciones y acusó a la alianza militar atlántica de desarrollar actividades hostiles cerca de su territorio, que podrían incluir el emplazamiento de sistemas de defensa, y reclamó garantías para que la OTAN no siga expandiéndose hacia sus fronteras.

Rusia rechaza cualquier nueva adhesión a la alianza militar atlántica de los países del antiguo bloque soviético, especialmente Ucrania, al argumentar que si eso se concretara su territorio quedaría rodeado de enemigos y eso abriría la puerta a que la OTAN despliegue misiles que podrían llegar a Moscú en cuestión de minutos.

Pese a las expectativas, las conversaciones de esta semana dejaron en claro posiciones tan divergentes que hacen casi imposible imaginar una pronta solución a niveles de desconfianza y tensión con pocos precedentes desde la caída de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría.