CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Cultura 28 de febrero de 2019

El Campus Musical de la Armonía, un desafío año a año

Desde hace tres décadas, Santa María de la Armonía es sede de un campus musical. Muchos de los que pasaron por esta experiencia hoy son reconocidas figuras en la música y en el canto.

por Eduardo Balestena

Cada febrero, desde hace casi tres décadas, comienza el Campus Musical de Santa María de la Armonía que, en tan prolongado lapso, ha adquirido una importante gravitación en la vida musical argentina: muchos de quienes pasaron por él son reconocidos solistas, cantantes, directores de orquesta o músicos de distintos organismos, otros son alumnos en distintas etapas de su aprendizaje, pero abocados a ese aprendizaje con toda su atención y sus dotes.

Al comenzar la actividad es como si allí el transcurso del tiempo se detuviera para que sólo reine la música: en las clases, las prácticas, los ensayos y en las conferencias del maestro Jordi Mora, un educador nato y un conocedor extremadamente profundo de todo aquel material con el que trabaja.

Sin embargo, hay un intenso trabajo no siempre visible que posibilita que el campus sea una experiencia intensa en un marco ideal.

En los recesos aparecen, en el gran salón vidriado, termos de café y tortas y budines caseros que amenizan la pausa tras el largo trabajo. Siempre alguna puerta se abre y pasa alguna servidora de la Fundación Cultural Argentina, pendiente de algún detalle que advirtió y que busca atender lo más eficiente y silenciosamente posible. Todas ellas hacen que esta experiencia pueda suceder.

Ya el solo hecho de ver la grilla de actividades y los horarios contemplados para cada asistente según sus posibilidades, da una idea del trabajo que organizar el campus demanda.

La coordinadora de toda esta actividad, lo que de ella se ve y lo que no se ve, es Suky Pérez, una de esas servidoras, que además de la actividad del campus, también tiene a su cargo los aspectos prácticos del Proyecto Creciendo en Armonía, algo que de por sí le demanda organizar una larga serie de actividades, con docentes, alumnos y la atención de instrumentos.

A lo largo del tiempo hemos podido conversar mucho con ella, quien en nuestro último diálogo se refirió a distintos aspectos de la actividad que ella y las otras servidora llevan a cabo.

E.B.: El campus ha logrado una gravitación importante en el ámbito de la música a lo largo de casi tres décadas y moviliza una cantidad considerable de personas.

¿Desde cuánto tiempo antes comienza esta organización y cuáles son los desafíos mayores y en quiénes recae este trabajo?
-SP. La Fundación Cultural Argentina junto con la Institución Servidoras llevamos a cabo la organización del Campus. Cada año entre agosto-septiembre se planifican las líneas a trabajar, somos varios los implicados en las distintas tareas de la organización.

— Además del campus y del curso de dirección de orquesta hay muchas otras actividades en La Armonía, como el Proyecto Crecer en Armonía que también debe demandar un gran trabajo de organización.
¿Cuántos alumnos hay hoy y cuáles son los mayores desafíos?
–El primer desafío es el fin mismo del Programa: brindar a los chicos la posibilidad de que se asomen de veras a la belleza. Incipientemente al principio y vayan creciendo en esta dimensión tan importante para sus vidas.
Son más de 130 chicos y jóvenes provenientes de la zona rural en un radio de aproximadamente 50 kms. Abarca desde barrios del 2 de Abril, Camet, El Sosiego, El Casal, hasta Vivoratá y Colonia Barragán. Otro gran desafío es el traslado de los chicos ya que es muy elevado el costo del transporte. Gracias a Dios un obispado de Alemania y después una organización Suiza nos donaron el dinero para dos transportes lo cual nos ayudó a poder seguir adelante. El Programa también es costoso por la cantidad de profesores que se requieren y el costo también de los instrumentos y alimentos. Estos años hemos podido implementarlo gracias también a Alemania a través de la violinista y pedagoga Ulrike Fleming que creó una Fundación para sostener Creciendo en Armonía.

-EB. La actividad del campus cuenta con el reconocimiento del ámbito musical –de hecho fue galardonada por la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina- , ¿goza en la actualidad de algún tipo de apoyo privado o público, exenciones impositivas o algún otro beneficio para llevar adelante su actividad?
–Lamentablemente no contamos con apoyo público. Sí fue un estímulo grande el reconocimiento por parte de la Asociación de Críticos Musicales de la Ciudad de Buenos Aires, que sin duda nos ayudó a “no bajar los brazos”. La Fundación tiene la exención propia de las entidades culturales sin fines de lucro pero son difíciles en estos tiempos los apoyos económicos para estas tareas.

–¿Cuáles fueron las dificultades mayores y las épocas más difíciles a lo largo de estos casi treinta años y cuáles las gratificaciones más grandes?
–Las épocas difíciles coincidieron con las turbulencias económicas del país. No pueden ser altos los aranceles (que incluyen desde mantenimiento y afinación de pianos, vivienda, comidas etc.) ya que de otro modo serían muy pocos los que estuvieran en condiciones de acceder y nuestro interés es brindar la sabiduría del maestro Mora a la mayor cantidad posible de jóvenes y profesionales de la música.
La mayor gratificación es la continuidad que hemos podido lograr en los Campus y la adhesión y valoración por parte de los participantes que vuelven durante varios años; hay una generación de jóvenes talentos que son hijos de la primera generación de músicos de la primera hora.

–¿Cuáles son las mayores expectativas para el futuro del Campus y de toda la actividad musical?
–Nuestro propósito es llegar a la mayor cantidad de músicos participantes para que puedan acceder a la fenomenología del estudio musical y el abordaje que realiza el Maestro Jordi Mora a fin de brindar elementos para un crecimiento espiritual, estético y sensorial que según críticos musicales que han participado de los Campus y clases del Maestro Mora: “es admirable, asombroso” (Cfr.”un maestro …para las nuevas generaciones” R.V.V febrero 2008 )
Y, desde el punto de vista operativo la colaboración a nivel estatal o promoción empresarial, como por ejemplo a través de alguna línea aérea para el pago de los viajes o esponsores de los Campus.
(La página web del Campus Musical de la Armonía es
www.campusmusical.org.ar/