Silbatos, bocinas, sirenas, estruendos, son sonidos propios de la actividad portuaria, sonidos que se repiten cada día, en las calles del puerto, en la banquina, en el mar. De esos sonidos, de los rituales y de la “postal” paradigmática: las lanchitas amarillas, se nutrió el artista Martín Virgili para idear “San Antonino”, una singular obra que moviliza a varias embarcaciones, automóviles, músicos y músicas y un centenar de personas, no solo para convertir en arte la identidad portuaria, sino para llamar la atención sobre sus problemáticas y rendir homenaje a quienes, llevando adelante la actividad pesquera, salieron al mar y no volvieron.

Por tercera vez desde su estreno en diciembre de 2018, este domingo, a las 11, se volvió a representar esta emotiva puesta. Esta vez fue en el marco de “Destino. Del balneario al cosmos – Modos de habitar”, la muestra con la que el Museo MAR participa de la Bienalsur.

Embarcaciones turísticas, lanchas pesqueras, automóviles y artistas ubicados estratégicamente en las escolleras Norte y Sur, formaron parte de esta obra musical y coreográfica que concluyó con el saludo final de una avioneta que circuló sobre la zona de la representación. Un centenar de personas se sumó a esta iniciativa, colaborando con los artistas que recitaron la “Proclama a las lanchas amarillas” y el “Poema a las Familias italianas” y cantaron “Il pescatori que va (Canzoni Triestine)”, con el apoyo de silbatos, cornetas, sirenas, pañuelos y banderas rojos, naranjas y amarillos al viento.

Es que no solo se trata de una pieza de valor estético, sino que está anclada en el pulso del conjunto de actividades portuenses, especialmente en la de las lanchitas amarillas, que están en riesgo de desaparecer.

El momento cúlmine de la obra llegó cuando desde cada punto fijo y móvil, se sumaron bengalas al ensamble de sonidos y colores los participantes dejaron ofrendas florales en el mar.

Imágenes drone: Maximiliano Gutierrez Canción Madonnina del Mare: Ingrid Bretschneider (Creciente)

De esta representación participaron la subsecretaria de Políticas Culturales de la Provincia de Buenos Aires Victoria Onetto, el director del Museo MAR Daniel Besoytaorube y una de las curadoras de Bienalsur, Liliana Piñeiro.
Virgili, junto a Leopoldo Juanes, Mario Gemin y Manuel Morilla, coordinó una vez más la realización de la obra que generó un espacio audible de 640.000 metros cuadrados.

Las voces principales fueron las de Ingrid Bretschneider y Camila Suero, mientras que los directores de cada ensamble fueron Facundo Passeri (Escollera Norte), Martín Virgili (Escollera Sur), Leopoldo Juanes (embarcación Luisito), Javier Bustos (Anamora, donde hubo también un ensamble de niños y niñas), Mariano Losi (Leonardo Da Vinci), Lucía Drocchi (Tropea Mare), Rafael del Moro (Escollera Sur II) y Luciana Cabezas (automóviles).

La obra fue posible gracias a la intervención de Negra40, UTN – MdP, Untref, Museo de Arte Contemporáneo MAR, Consorcio Portuario, Escuela Nacional de Pesca “Luis Piedra Buena”, Astillero SPI, Anamora, Leonardo Da Vinci, Escuela de vuelo Aeroclub Mar del Plata y el grupo musical Creciente.