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Deportes 11 de agosto de 2020

“Era el momento de dar el salto”

Franco Pennacchiotti, el último refuerzo de Peñarol. El pivote de 2,05 metros llega con el antecedente de sus grandes números en la última Liga Argentina. Promedió 21 puntos y 13 rebotes en la gran campaña de Villa Mitre. "Llegar a la Liga es cumplir un sueño", confesó.

"No pienso en cómo me irá contra pivotes extranjeros. Lo primordial es armar una buena química de equipo", dijo Pennacchiotti, figura de la última Liga Argentina.

“Jugar la Liga y en un equipo tan grande como Peñarol, de alguna manera, es cumplir un sueño. Tengo muchas ilusiones y más ganas de comenzar”, afirmó el pivote Franco Pennacchiotti, la última contratación del equipo “milrayitas” de Liga Nacional de Básquetbol, que se suma a un plantel que cuenta además con Santiago Vaulet, Diego Gerbaudo, Rodrigo Acuña y un interesante grupo de juveniles que en la próxima temporada tendrá la gran oportunidad para desarrollarse.

Pennacchiotti llega a Peñarol después de “romperla” en la última Liga Argentina jugando para Villa Mitre de Bahía Blanca. Sus números, 21 puntos y 13 rebotes de promedio, llamaron la atención de muchos. Y no le pasaron inadvertidos a Carlos Romano, quien enfrentó tres veces al pivote de 2,05 metros cuando él dirigía a Atenas de Carmen de Patagones. “Tengo claro que lo de la última temporada me abrió muchas puertas”, le admitió el centro a LA CAPITAL.

Próximo a cumplir treinta años -nació el 24 de agosto de 1990-, después de haber jugado el Federal en El Chorrillero de San Luis, Santa Rita de Corrientes y Estudiantes de Olavarría, desde 2015 este bahiense, formado en Villa Mitre, por elección no se movía de su ciudad, donde jugó además para Bahiense del Norte (Torneo Federal) y Olimpo (TNA). Pero ahora entiende que está en una etapa distinta de su carrera y de su vida. “Este era el momento de dar el salto”, afirma convencido.

-¿Qué te provoca esta llegada a Peñarol?
-Ahora que está todo firmado y confirmado, es un poco un sueño cumplido. No hace mucho tiempo casi no tenía ilusiones de jugar la Liga, estaba enfocado en otra cosa.

-Coincidirás en que no es frecuente que un jugador llegue a casi a los 30 años a la Liga Nacional, ¿cómo lo explicarías?
-Debe ser un poco de suerte. Se dan un montón de cosas. Hace años que no me voy de Bahía Blanca. Prioricé estar cerca de mi familia y continuar mi carrera universitaria. Tuve muchas ofertas de equipos de TNA y las fui desechando. Pero cuando Villa Mitre ascendió del Federal a la Liga Argentina y me dieron los horarios, lo tomé con la mayor responsabilidad posible. Me sorprendió poder seguir haciendo en la Liga Argentina cosas que hacía en el Federal. Me tengo mucha confianza. Creo que la misma competencia me hará ver para qué estoy, me daré cuenta con el correr de los partidos y me apoyaré en los más grandes para que la adaptación a la categoría sea la mejor posible.

-Hace poco más de un mes estuviste a punto de fichar por Virtus Lumezzane, un equipo de la C de Italia, ¿qué ocurrió?
-Tuve mala suerte con el tema del coronavirus. Un trámite que te piden para fichar, que habitualmente se realiza en dos semanas, ahora tarda tres meses por merma de personal. Corría el riesgo de ir y estar cuatro meses parado, perdiéndome un par de meses de competencia. Y se terminó cayendo todo.

-¿Hablaste con Romano?, ¿qué te planteó?
-Me llamó por teléfono antes de que se confirmara la contratación. Me habló de la idea que tiene para el equipo, de lo bien que juegan los chicos del club y de que confiaba en que yo pueda andar bien. Me dio un par de ‘tips’ para seguir un plan de entrenamiento físico.

-¿Cómo te arreglaste durante este tiempo?
-Como puedo. Moviéndome en el patio de mi casa. Más físico que otra cosa. Tengo un patio chico y pelota y trabajo mecánica de tiro contra la pared. Lo justo para no molestar a los vecinos…

-¿Para un jugador de tu talla es más difícil mantenerse?
-Ni hablar, es vital mantener rodillas y articulaciones. Aunque alguno con la cuarentena puede tener problemas, como no soy pesado, a mí no me costó mantenerme.

-El Federal que vos conocés tanto no tiene. La Liga Argentina tiene algunos. En esta temporada te vas a tener que fajar todos los partidos con extranjeros. ¿Cómo pensás que te puede ir?
-Creo que bien. Pero, después de jugar el Federal, no me preocupa la cuestión de fajarme. Es una constante en ese torneo. La diferencia creo que estará en el talento, en la potencia física y en la capacidad atlética. Veré cómo me arreglo cuando me toque, imagino que trataré de llevar a los extranjeros a mis ventajas e intentaré que no me lleven a las suyas. Pero no pienso en los rivales. Lo primordial es hacer una buena química de equipo y entender con quienes jugás. Para eso sirven las pretemporadas y estoy ansioso para comenzar.

-Estás en quinto año de Economía, ¿cómo vas a continuar tu carrera pese a salir de Bahía Blanca?
-No habrá problemas. Terminé de cursar hace poco. Aproveché la pandemia para anotarme en un par de materias más. Me fue bien, no tuve tiempo de aburrirme. Ahora me quedan finales. Pero voy a priorizar esta chance de Peñarol.

-Alguna vez me comentaron que el torneo local de Bahía Blanca puede ser atractivo para muchos jugadores. Es una buena competencia y los jugadores ganan un dinero que les permite continuar con sus carreras. ¿Es así? ¿Fue tu caso?
-Sí. Tuve la suerte de estar suerte de nacer en Bahía Blanca y de llevar adelante una carrera en una Universidad que tiene un nivel bárbaro. A mí me tiraba estar cerca de mi familia. Pero ahora es un momento distinto para mí. Me quedan sólo finales para recibirme, armé mi familia, nació mi hijo. Mi panorama está más claro y que Peñarol confíe en mi me da mucha confianza. Si tuviera dudas, ni movería de Bahía Blanca. Definitivamente, para mí, este era el momento de dar el salto y de demostrarme si puedo jugar en la Liga.