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La Ciudad 13 de junio de 2018

“Es una locura que salgan al mar barcos de 70 años”

Lo sostiene Rodolfo Muñoz, quien rescató del mar el cadáver de su colega Salvador Taliercio tras la desaparición del pesquero Rigel en Chubut,

El capitán de barco Rodolfo Muñoz, quien rescató del mar el cadáver de su colega Salvador Taliercio tras la desaparición del pesquero Rigel en Chubut, advirtió ayer que “es una locura” que puedan salir al mar “barcos de 70 años” para enfrentar situaciones como la del viernes cuando “el temporal fue terrible”.

En ese marco, reclamó que la flota argentina de barcos pesqueros sea renovada de manera “urgente”.
Muñoz, capitán del barco José Américo, quien conocía a Taliercio desde niño, relató su estupor porque fue el encargado de reconocer su cuerpo cuando fue recuperado del mar el último sábado, a unos 200 kilómetros al sudeste de la localidad chubutense de Rawson.

“A mí, directamente me destruyó encontrarlo. Me mató verlo y reconocerlo, me puso muy mal. Pero yo tenía que buscarlo. Lo reconocí inmediatamente, cuando lo estaban subiendo con la grúa”, señaló Muñoz en el cuarto día del operativo de búsqueda del buque siniestrado y los ocho tripulantes.

Muñoz definió a Taliercio como “una excelente persona, muy amable, un profesional y un capitán intachable”.
Tras recordarlo por su sobrenombre, señaló que “Toti no era bueno: era recontra bueno. No he visto dos tipos que tengan la bondad y la sinceridad que tenía él. Te daba todo lo que podía”.

El José Américo, un buque congelador de 47 metros de largo, navegaba a unos 130 kilómetros al sur de la última posición del Rigel cuando se reportó la emergencia en medio de un mar embravecido. “Estaba muy feo. Me quedé capeando el temporal y después arranqué para Mar del Plata. Y cuando pasó esto, nos sumamos a la búsqueda”, explicó.

Relató además que cerca de las 13.45 de ese día, otro pesquero en el área de búsqueda comunicó el hallazgo del cuerpo flotando entre canastos, cajones, frutas y maderas, pero ante la imposibilidad de rescatarlo avisó al José Américo, que navegaba a unos 300 metros. “Como yo tengo más capacidad de maniobra, le digo ‘bueno, dejame a mí’. Tiraron un salvavidas circular, paré, esperé que el viento me arrimara al cuerpo y lo enganchamos”, detalló.

“Cuando lo terminé de levantar eran las 14. Estaba en remera y sin pantalones, seguramente porque se salen en el agua por el peso. Lo mismo me acuerdo que pasó con los muchachos de El Repunte”, recordó Muñoz, quien un año atrás comandaba el María Liliana, buque que rescató vivo a uno de los 12 tripulantes de ese pesquero hundido.

La hipótesis de este capitán es que el temporal “no les dio tiempo absolutamente a nada” a los marineros del Rigel.
En cuanto al estado del buque siniestrado, Muñoz dijo que Taliercio era “dueño del barco con el padre, y no va a salir con algo que no está en condiciones, no se va a suicidar, lo que pasa es que fue terrible el estado del mar”.