El Comité Hospitalario de Ética del Hospital Privado de Comunidad (HPC) se pronunció a raíz del incremento sostenido de casos de coronavirus en Mar del Plata y advirtió que frente a la actual situación epidemiológica, “es cosa de todos” extremar los cuidados para reducir los contagios y amortiguar el impacto económico de la pandemia.

A través de un  comunicado, expresaron que si bien al principio el virus afectó a quienes venían de afuera y luego a los más ancianos y al personal de salud, luego “se expandió” en la comunidad a tal punto de que “todos estamos acechados”.

“Al virus se lo está conociendo, no hay remedio ni vacuna y ahora se sabe que tampoco es, como otro tipo de virus, estacional”, aclararon.

Los profesionales que integran este comité repararon en el incremento de los contagios que se registró en agosto y advirtieron que el Covid sigue teniendo un fuerte impacto en los primeros días de septiembre. “Hay transmisión comunitaria y no se puede conocer cuántas personas asintomáticas conviven entre nosotros”, alertaron.

Asimismo, marcaron que Mar del Plata tiene una estructura poblacional en la que el 14,2% de la gente supera los 65 años, la cifra más alta en toda la provincia de Buenos Aires, lo que implica que a nivel local “hay un elevado porcentaje de personas con riesgo de contraer la enfermedad y sufrir consecuencias graves”.

También señalaron que buena parte de la sociedad marplatense se basa en el sector de servicios, en particular aquellos vinculados al turismo, “por eso ante la parálisis generalizada que mantiene el presente en suspenso, la economía también está en riesgo”.

“Resulta claro entonces que es imperioso extremar los cuidados para atenuar la cantidad de casos y poder así equilibrar los riesgos de salud de la población, de la economía que garantiza el sustento y de los recursos con los que se cuenta”, remarcaron desde el Comité Hospitalario de Ética del HPC.

“Pronto no podremos absorber a los pacientes críticos”, alertan médicos de terapia intensiva

Seguido, plantearon que el confinamiento obligatorio “ha traído consecuencias de estrés social y económico, intensificándose problemas de salud mental, violencia, desempleo, intolerancia, incertidumbre y aumento de lo que podría llamarse disconfort relacional, llevando incluso al suicidio”.

Frente a todo esto, destacaron que “la empatía entre la ciudadanía ha dado paso a importantes muestras de solidaridad” pero también a “una singular actitud insolidaria que pone en peligro el delicado equilibrio de la subsistencia”.

“Lo que no se advierte -agregaron- es la consideración al agotamiento de que quienes nos cuidan, los que por vocación se enfrentan a la enfermedad y están literalmente en la trinchera, ellos no pueden permitirse bajar los brazos aunque sientan que están llegando al límite de sus fuerzas”.

En ese sentido, valoraron las advertencias pronunciadas recientemente por la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva ante el aumento de contagios y el insuficiente recurso humano, a raíz de las cuales el comité pidió “evitar estar en lugares cerrados, acudir a sitios concurridos y no tener contacto cercano”, además de “lavarnos las manos y usar correctamente el barbijo cubriéndonos nariz y boca” para contribuir a “cambiar la amenazante realidad” y así poder, como comunidad, “pensar a largo plazo”.