Juan Carlos Romagnoli, recordado delantero de varios equipos de esta ciudad durante las décadas de 1970 y 1980, falleció el último jueves a causa de una insuficiencia cardíaca que lo afectaba hace algunos años.

El “Colorado” estaba internado desde el último martes a la espera de una intervención quirúrgica, pero su cuadro se complicó y ni siquiera puedo ser operado.

Romagnoli, uno de los muchos buenos jugadores surgido en la barriada de El Martillo, apareció en primera división en el fútbol de la B defendiendo la camiseta de San José.

A fuerza de goles en las tardes de los sábados concitó el interés de Alvarado, que lo llevó para integrar un equipo inolvidable, el que consiguió en 1977 su primer título en la primera división de la Liga Marplatense.

Romagnoli, segundo desde la izquierda entre los agachados, fue uno de los goleadores del Alvarado campeón ’77.

Romagnoli pasó a San Lorenzo en 1978 para seguir con sus costumbre de marcar goles y dar vueltas olímpicas. En el club “santo” se consagró en 1979 y 1980 y jugó el Nacional de este último año.

Identificado con San Lorenzo, el “Colorado” también se puso la de Kimberley en el Naconal de 1983.

No fue su única incursión en los viejos Nacionales. También jugó ese torneo para Kimberley en 1983.

La carrera del “Colorado”, en los años ’80, transcurrió entre incursiones en el fútbol zonal (Racing, Ferro y Amigos Unidos de Balcarce, Argentinos de 25 de Mayo y Liniers de Bahía Blanca) y en el ascenso marplatense.

Dejó otra gran marca en Atlético Mar del Plata con dos pasos recordados: el primero en 1982 y el segundo, con muchos goles, ascenso y título incluido, en 1984. Y en la ciudad, también con varios tantos, su último club fue General Urquiza.

Gol de Romagnoli para el Atlético campeón de 1984.

Romagnoli, para quienes lo conocieron, además de sus condiciones como futbolista fue todo un personaje. Según escribió para homenajearlo en su muro de Facebook su ex compañero Claudio Giovanoni (hoy presidente de Atlético Mar del Plata), solía decir “Los abrazos en efectivo” cada vez que algún dirigente aparecía en el vestuario para saludar luego de un triunfo.

Pícaro y nochero, otra historia lo describe a la perfección. “Cuenta la leyenda -escribe Giovanoni- que su técnico lo encuentra un viernes a la noche en el boliche del ‘Gato’ Mignini y el ‘Gordo’ Bilancieri. ‘¿Usted qué hace acá?’, le preguntó. ‘Iba para el lado de mi casa’, fue su respuesta. ‘¿Cómo para el lado de su casa si usted vive en El Martillo?’, insistió. Y el Colorado cerró el interrogatorio diciendo: ‘Quedate tranquilo que mañana hago dos goles’. Al otro día cumplió”.

Ese era Juan Carlos Romagnoli. Un puntero con mucho gol y mucha calle.