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El País 9 de abril de 2016

Gendarmería custodia una escribanía en Río Gallegos

En el marco de una jornada donde se efectuaron varios allanamientos, personal de Gendarmería vigila una escribanía en Río Gallegos donde se ocultaría documentación de gran importancia .

Una patrulla de Gendarmería Nacional sigue custodiando esta noche el frente de una escribanía de Río Gallegos que podría ser allanada por la Justicia en el marco de la investigación por lavado de dinero que involucra al empresario santacruceño Lázaro Báez y que también tiene como recientes imputados al ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Los efectivos de la fuerza de seguridad llegaron cerca de las 17 a la “Escribanía Albornoz”, situada en la calle Zapiola 184, en el centro de la capital de Santa Cruz, y cuyo titular, Ricardo Albornoz, tiene vinculaciones tanto con empresas de Báez como de la familia Kirchner, según señalaron a Télam fuentes allegadas al caso.
Los gendarmes se apostaron frente al edificio de tres plantas con un móvil y al cabo de varias horas llegaron otras camionetas con uniformados que descendieron como para dar inicio a la medida judicial, aunque luego se retiraron del lugar sin ingresar hasta el momento a las instalaciones.
Según fuentes extraoficiales, un requisito formal sería el motivo de la demora en el cumplimiento de la orden de la Justicia.
Por su parte, vecinos del lugar dijeron haber visto al escribano Albornoz salir del lugar momentos antes de la llegada de los gendarmes.
La escribanía funciona en el primer piso del edificio que tiene una planta superior con departamentos y una planta baja donde hay una empresa de servicios y logística para la industria del gas, el petróleo y la energía.
El eventual allanamiento es el corolario de una jornada repleta de versiones sobre otros procedimientos que podrían llevarse a cabo en Río Gallegos, a partir de la declaración que prestó ayer Leonardo Fariña en la causa conocida como “Ruta del dinero K”.
Las sedes de la empresa Austral Construcciones, propiedad de Báez, así como los domicilios particulares del empresario detenido en Buenos Aires, fueron los sitios que despertaron mayor atención ante la inminencia de las medidas judiciales que sin embargo todavía no se llevaron a cabo.