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Cultura 25 de septiembre de 2018

Grandes libros, pequeños lectores

Las marcas de la mentira, de Andrea Ferrari/Carlus Rodríguez, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2015.

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por Ayelén Bayerque

Las marcas de la mentira es una novela de Andrea Ferrari que sucede a La velocidad de la música. Ambas forman parte de “Sol de noche”, saga en la que Sol, una adolescente fanática de los misterios y noticias policiales investiga diversos crímenes. Hija de un editor de un diario importante, en esta entrega, la protagonista comienza narrando el accidente de auto que termina con la vida de Fermín Brusco, tranquilo y amable dueño de una inmobiliaria porteña.

El deceso sucede en Neuquén, lugar en el que Brusco no tendría razón aparente para estar. El devenir del caso se entrelaza con la historia personal de Sol que viaja a Londres a visitar a la familia de su madre, fallecida unos años antes. La investigación del caso Brusco se teje con el renovado interés de Sol por cómo muere su mamá y por los sucesos que conducen a su muerte.

Para sus investigaciones, Sol no está sola. Por un lado, recibe mails de un remitente desconocido, que se hace llamar A.L. Timón. Este sujeto le envía mensajes dándole datos acerca de los casos y hace las veces de Watson virtual. Por otra parte, Sol convence a su padre de que la deje hacer de pasante en la sección de policiales. Allí se vincula con Viñas, un jefe de sección en apuros porque tiene poco personal, y con Juárez, otro periodista.

En la trama, entonces, se conjuga el policial con la búsqueda de la identidad de una joven mujer. También se explora el mundo del periodismo y el funcionamiento de un medio gráfico en un mundo actual, donde los portales digitales se imponen cada vez más. En esta novela, Ferrari vuelve a conjugar el policial con la vida de una persona que está entre la adolescencia y la adultez. En una trama atrapante, Las marcas de la mentira, nos recuerda que la “verdad” suele tener diferentes aristas.

(*): Integrante de la ong Jitanjáfora



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