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La Ciudad 29 de julio de 2018

Huertas comunitarias: las iniciativas que ya funcionan en Mar del Plata

Existen numerosas huertas orgánicas y vecinales, generadas en distintos terrenos libres, gestionadas por los vecinos del lugar y, otros casos, por organizaciones sociales y políticas.

La Vía Orgánica funciona desde 2009 en el predio comprendido en la vía entre Garay y Castelli.

En la esquina de Vértiz y Savio funciona desde hace años una huerta comunitaria gestionada por los propios vecinos.

Una de las participantes destacó: “Además del trabajo en grupo, que potencia el sentido de pertenencia, se trabaja con la educación ambiental y en la toma de conciencia sobre la soberanía alimentaria”.

Allí, todos los vecinos participan y son parte de los beneficios que produce la tierra por ellos trabajada y hasta se mostraron “dispuestos” a participar en caso de ser convocados por el intendente municipal.

Una situación similar viven en “La Vía Orgánica”, una huerta comunitaria que funciona desde 2009 en el sector comprendido por la vía entre Garay y Castelli. Allí, se manejan con el “calendario estacional”, cosechando las distintas especies de acuerdo a la época del año, tal como los asesoraron desde el programa ProHuerta.

La intención que los guía es “poder plantar otro tipo de producción agroecológica, sin agroquímicos ni fertilizantes” y están relacionados tanto con los vecinos como con la Universidad Nacional de Mar del Plata, a través de distintos proyectos de extensión.

El asesoramiento técnico corre por cuenta del INTA a través del programa ProHuerta que desarrollan desde hace 25 años en la ciudad junto al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

“Nosotros proyectamos desde la soberanía alimentaria, con la siembra de productos de estación y también trabajamos con plantines en el invernadero”, explicó uno de los integrantes, Maximiliano.

Hoy, en el sector, se puede observar la producción de arvejas, acelga, habas, rúculas y ya están preparando los plantines para agosto.

Ninguno de los productos se comercializan, sino que son “para abastecer el consumo en el espacio y el excedente es para los trabajadores voluntarios, ya que se lo llevan los vecinos que trabajaron”. Lo que sí se comercializan son los plantines generados en el invernáculo.

El espacio está abierto a toda la comunidad y las reuniones se realizan los sábados a las 10 en el sitio mencionado.

Unión ciudadana

Ante el anuncio del intendente, a los participantes les surgieron “muchos cuestionamientos, porque el memorándum salió de un día para otro, sin consultar a ninguno de los proyectos que ya están funcionando y no tiene objetivos ni fundamentación”, especificó Maximiliano.

“No se habla de ecología -añadió-, ni de soberanía alimentaria, principios básicos de muchas organizaciones de este tipo, para saber lo que llevamos a nuestro plato, como tampoco se habla de trabajo sino de voluntariado en una ciudad que es la capital de la desocupación”.

Otra de las cuestiones que les llamó la atención fue el tiempo impuesto para poner la iniciativa en marcha: “Una huerta es un proceso, nada germina en 15 días”, aseveró uno de los vecinos que trabaja la tierra en la huerta de Vértiz y Savio.

Por su parte, el Movimiento Atahualpa “hace años” que trabaja con las huertas comunitarias y también arma canchitas de fútbol en “las barriadas populares”.

Hoy, más de cien militantes trabajan en las huertas ubicadas en San Salvador y 228, Padre Dutto y 59, Brandsen 10576 y Bahía San Blas al 3500.

Uno de los referentes del movimiento, Pablo Puche, señaló que el intendente municipal “quiere dar respuestas con ideas que ya están en marcha”. “Le tiene miedo al reclamo por el hambre y la miseria y arma un circo para decir que está haciendo algo por este tema”, sostuvo.

Asimismo, el dirigente se quejó porque “muchas veces recorremos los pasillos de los entes municipales descentralizados y del Palacio Municipal para pedir que se nos ayude con máquinas y camiones para mejorar la limpieza de los terrenos pero nunca nos dan ni respuesta ni las herramientas adecuadas”.

A pesar de las negativas, el militante sostuvo que todos hacen “igual el trabajo, a mano” y reclamó que “los escuchen”. “Las organizaciones populares hacemos el trabajo y el gobierno nos debería otorgar las herramientas necesarias”, dijo.