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Policiales 11 de enero de 2020

Incertidumbre económica y “cuento del tío”: estafas durante las crisis

Las maniobras se repiten y las principales víctimas son jubilados engañados por llamados a teléfonos fijos. Cambios de billetes que salen de circulación y amenaza de corralito, algunas de las excusas.

El estafador llama a números fijos que saca de la guía telefónica y espera a que la voz del otro lado le parezca de una persona de la tercera edad. Cuando logra entrar en confianza con la víctima, suele aclarar que tiene la voz “tomada” por alguna angina e inventa algún pretexto para pedirle dinero, dinero que la víctima debe entregarle a otra persona para que el engaño pueda concretarse.

Las estafas llamadas “cuento del tío” generan un enorme perjuicio en las víctimas y no sólo económico por entregar todos los ahorros, sino también un daño personal por sentirse engañada.

En Mar del Plata, en lo que va del 2020 se han registrado numerosas denuncias de intentos de estafas telefónicas, pero que no llegaron a concretarse.

La nueva excusa de los delincuentes es que saldrá de circulación el billete de 5 pesos con la cara del general José de San Martín -algo real, que ocurrirá desde el 31 de enero- y, junto con él, dejarán de poder usarse los billetes con los “animales”, como el de 200, 500 y 1.000 pesos.

Desde la Fiscalía de Delitos Económicos explicaron que los estafadores hacen eco de ciertos rumores que hay en las calles y, sobre todo, del miedo a la inestabilidad económica en esta Argentina en crisis.

“Usan de excusa la devaluación. Los cambios económicos suelen generar rumores y entonces piden a la víctima que vaya al banco a cambiar los billetes. Estos anuncios económicos le generan miedo a la gente mayor”, dijo el fiscal David Bruna al ser consultado por LA CAPITAL.

En estos casos las víctimas suelen ser adultos mayores, que son quienes tienen teléfono fijo en la casa y figuran en la guía telefónica.

Desde la Fiscalía de Delitos Económicos reconocen que las investigaciones en estos casos tienen una complejidad mayor, ya que las llamadas a teléfonos fijos son difíciles de rastrear y, el dinero lo suelen entregar las víctimas en persona, por lo que no queda bancarizado ningún movimiento.

Una banda de gitanos

El 16 de diciembre, la fiscal de Delitos Económicos logró uno de los pocos éxitos contra estafadores que emplean el “cuento del tío” como técnica.

En Balcarce, una mujer se hizo pasar por la nieta de una jubilada, quien inmediatamente se dio cuenta de que querían estafarla porque ella no tenía ninguna nieta.

Entonces la jubilada se comunicó con la Sub DDI de Balcarce y les siguió el “juego” a los estafadores, que le pidieron dinero en efectivo que debía ser entregado a un hombre.

En pocos minutos, el personal policial organizó un operativo para dar con los estafadores.

La mujer salió de su casa con una bolsa de papel madera, que simulaba tener dinero y se la entregó a un hombre, que se presentó como amigo de la supuesta nieta.

Cuando el hombre se iba fue interceptado por cuatro policías que se encontraban de civil. El estafador intentó escapar y en medio de la tensión sacó un arma de fuego de su morral.

El personal policial no dudó ni esperó a que el estafador accionara su arma de fuego y le dispararon. Una bala impactó en una pierna, le atravesó un hueso y lo derrumbó al suelo. Momento que aprovecharon para reducirlo y detenerlo.

Paralelamente, un Volkswagen Gol colorado salió a toda velocidad del lugar. Ante la sospecha, un móvil policial lo persiguió por las calles de Balcarce, pero lo perdió, no sin antes anotar la patente.

En el Gol iban otros hombres, que abandonaron el auto en un almacén y pidieron un remís para ir hasta Lobería.

El detenido fue identificado como un hombre de la comunidad gitana, oriundo del Chaco y con una condena por venta de estupefacientes. Desde ese 16 de diciembre que se encuentra internado en el Hospital Interzonal y detenido.

La policía halló el Volkswagen Gol en el que se trasladaba el resto de la banda y, por el registro del vehículo, pudieron detener a otro hombre, también de la comunidad gitana, que fue reconocido por testigos como partícipe del hecho.

Este segundo hombre también fue detenido, pero al presentarse a declarar pidió la eximición de prisión, la cual fue otorgada porque no contaba con antecedentes.