Informe especial: estadísticas y modalidades de robos en viviendas durante 2022 en Mar del Plata
Las cifras en torno a los casos denunciados e investigados por la fiscalía especializada que encabeza Mariano Moyano no se han modificado respecto de 2021: se calcula que existen alrededor de 30 asaltos por mes en hogares habitados. Cuáles son sus características y de qué forma se puede intentar prevenirlos.
Personas mayores que no tienen en cuenta o tal vez directamente olvidan los riesgos a los que están expuestas. Hombres y mujeres que se confían y hablan de más ante extraños sobre sus operaciones financieras. Jóvenes clientes que contratan servicios sexuales y caen en la trampa. Todos ellos fueron algunos de los tipos de víctimas escogidas por delincuentes para cometer asaltos en casas en Mar del Plata y alrededores en 2022.
A la hora de esbozar una especie de síntesis de los casos de robos resonantes en la ciudad durante los últimos 12 meses, lo que hay que decir es que la situación no cambió demasiado respecto de los años anteriores. Desde que se creó la fiscalía especializada en investigar este tipo de hechos y varias bandas con criminales organizados fueron desarticuladas, entre 2015 y 2016, las fuentes judiciales y policiales coinciden en que en general la estadística de denuncias es casi igual siempre.
Claro que hablar de cifras cuando se analiza un escenario de inseguridad resulta frío y hasta abstracto. Pero como en cualquier ámbito, los especialistas abrevan en ellas para lograr trazar un panorama al respecto, aunque también analizan las modalidades.
Entonces, como también lo había especificado LA CAPITAL en su informe de enero de 2022, se sabe que en promedio existen últimamente 30 casos mensuales de robos en viviendas. O sea, de denuncias formales en comisarías o ante la Justicia, de este tipo de hechos puntuales.
Es menester remarcar que la fiscalía que tiene a su cargo Mariano Moyano sólo investiga entonces asaltos violentos dentro de propiedades habitadas, y no instruye en “escruches”, como se conoce a los robos en inmuebles deshabitadas o en las que no se encuentra nadie al momento del hecho; ni tampoco en episodios que se producen en la calle contra las personas. Más precisamente, este informe es sobre lo que la gente llama “entraderas”.
Distintas variantes, blancos y víctimas
Contrariamente a lo que suele pensarse, los casos que originaron el término “entradera” hoy no son recurrentes. Según las fuentes consultadas por este medio para realizar esta nota, resultan minoría los hechos cometidos por delincuentes cuando, a forma de ejemplo, las víctimas ingresan en sus domicilios o egresan de los mismos, ya sea con o sin automóviles.
En general, los asaltos se llevan a cabo con premeditación pero con escasos recursos: existen ladrones que saltan paredones y aguardan escondidos en patios o sectores traseros de propiedades a que en algún momento los moradores abran las puertas y allí sorprenderlos. Otros directamente irrumpen en los hogares al violentar los accesos.
Fiscal Mariano Moyano.
En su mayoría, las víctimas son personas de la tercera edad pero, como se explicó al comienzo de este texto, en otras oportunidades el blanco lo constituyen hombres y mujeres que recibieron dinero reciente de determinada operación o que poseen ahorros en sus casas.
Otro de los modus operandi de los delincuentes que se repite es el de hacerse pasar por carteros o mandaderos que llegan para entregar documentación y después de abierta la puerta por parte del damnificado revelan sus verdaderas intenciones.
Recursos, organización y formas de prevención
Las bandas delictivas organizadas que el fiscal Moyano junto con los investigadores de la DDI desarticularon en el pasado contaban con recursos y preparación para cometer este tipo de asaltos. Eran grupos de varios ladrones, poseían vehículos, armas de fuego, y elementos para comunicarse: no sólo telefonía celular sino también equipos de handys que servían para escuchar la frecuencia policial, encriptada posteriormente en el marco de las tareas tendientes a eliminar su accionar.
Hoy en día, lo que parecen concluir los pesquisas al examinar los casos que se producen es que la situación es distinta. En general los asaltantes de viviendas ahora se movilizan en automóviles robados poco antes y que luego descartan, y lo mismo sucede con las armas que utilizan. Es decir, existe una menor preparación del golpe.
Lo más parecido a una organización delictiva que se detectó en 2022 lo constituyó un grupo de cuatro ladrones entre los que hubo una mujer que ofrecía sus servicios sexuales a través de una página web y que, una vez contratada, facilitaba la entrada de sus cómplices a las viviendas de las víctimas. Fueron dos sus víctimas -al menos las que lo denunciaron- entre fines de julio y principios de agosto en el centro y en la zona del puerto, y por ambos hechos ella y uno de los hombres fueron detenidos, mientras que los restantes siguen sin ser identificados.
Por otra parte, otro rasgo de las investigaciones muestra que los detenidos por este tipo de hechos suelen ser “reincidentes”. O sea, personas que tienen antecedentes penales por asaltos similares, que inclusive tal vez ya cumplieron condena.
Respecto de las formas de prevención, el escenario también cambió a comparación del pasado, debido a que actualmente existen numerosos elementos que sirven para garantizar la seguridad en las viviendas, lo que complica al asaltante a la hora de accionar en este contexto: sistemas de alarmas monitoreadas, alarmas vecinales, circuitos cerrados de cámaras de seguridad, custodia privada nocturna, perros especialmente entrenados para la defensa, etcétera.
Casos resonantes
Por su desenlace fatal, el caso tal vez más resonante de un asalto violento en una vivienda ocurrido en 2022 se registró hace pocas semanas, cuando al menos dos delincuentes ingresaron al domicilio de Germán Román, lo mataron y luego le robaron.
El hecho fue descubierto el lunes 12 de diciembre a la mañana pero se supone que ocurrió en horas de la noche del domingo previo. Además de tratarse de un homicidio en ocasión de robo en una casa, que se ubica en Moreno, entre Funes y Olazábal, se trata de un episodio de resonancia porque la persona asaltada fue también la víctima de edad más avanzada conforme surge del análisis de la totalidad de las denuncias: Román tenía 94 años y fue salvajemente agredido, de acuerdo a los resultados que arrojó la autopsia al cadáver. En septiembre, un episodio similar se había producido en el barrio Las Américas, con un jubilado de 90 años al que le rompieron una costilla y le sustrajeron 19 mil pesos, pero logró sobrevivir.
La investigación del caso Román fue llevada a cabo por el fiscal Ramiro Anchou y no por Moyano, ya que en esta oportunidad se produjo un homicidio. La causa avanzó en forma veloz y con efectos positivos: solamente cuatro días después, los dos principales sospechosos de haber cometido el asalto y el crimen fueron detenidos en distintos allanamientos.
En tanto, existió un caso resonante a mediados de año porque, según los investigadores, de los denunciados se constituyó como el de mayor monto de dinero en efectivo robado.
El hecho se produjo el 16 de junio en una vivienda de la zona de Buenos Aires y Castelli, cuando tres hombres se hicieron pasar por empleados de correo y, una vez que uno de los miembros del matrimonio que allí vivía abrió la puerta, lo golpearon y amenazaron con un cuchillo para luego sustraerles más de 14 mil dólares, los cuales eran los ahorros de toda su vida.
Mientras todo esto sucedía otros dos cómplices permanecían en el exterior como “campana”, para asegurar el perímetro y facilitar la fuga. Cuando los asaltantes salieron escaparon en grupos: quienes vigilaban la zona subieron a un taxi y los otros tres se fueron caminando del lugar.
La denuncia realizada en la comisaría segunda quedó radicada en la fiscalía de Moyano que delegó en la DDI Mar del Plata la investigación. El análisis de cámaras de seguridad contribuyó no solo a definir la fisonomía de uno los delincuentes que no ingresó a la casa y también seguir al taxi.
Una semana después, policías se desplegaron por la zona de Strobel y 180, donde irrumpieron en una casa y detuvieron a uno de los autores del hecho. Se trata de un hombre de 63 años, camionero y sin antecedentes penales. En su vivienda se secuestró una parte del dinero robado y un arma de fuego.
Otro caso que investigó Moyano se registró en el mismo sector del anterior el 25 de agosto: fue en una casa de Rawson al 2300 cuando cuatro delincuentes ingresaron por la puerta principal como si fueron los verdaderos moradores. En verdad, usaron la llave original que habían sustraído poco antes del interior de un automóvil en circunstancias por demás audaces.
Cerca de las 10.30 de ese día, la víctima, un hombre de 77 años, salió del domicilio en su vehículo Citroën y se dirigió a una carnicería de la zona. Lo que no advirtió el automovilista es que los cuatro delincuentes lo observaban desde una camioneta Peugeot Partner en el momento en que dejaba su casa y que lo seguían.
Una vez que el hombre estacionó el Citroën activó la alarma, pero el mecanismo fue inhibido por los asaltantes, uno de los cuales se introdujo segundos después en el habitáculo y se llevó las llaves de la casa.
Los delincuentes regresaron a la vivienda de calle Rawson y no tuvieron ningún impedimento en entrar, aunque no se imaginaban que en el interior dormía el hijo del hombre de 77 años. Ante esa inesperada situación, los ladrones ataron a la víctima, de 50 años, y le exigieron la entrega de dinero. Finalmente se apoderaron de 100 mil pesos, un teléfono celular y algunas joyas.
En el momento de la retirada, los asaltantes fueron vistos ascender a la camioneta, la que fue fotografiada por un transeúnte al notar sospechosa la acción.
Tras tomar conocimiento del hecho por medio de la denuncia policial, el fiscal Moyano ordenó a la DDI iniciar la investigación con el dato relevante de la camioneta y también con el hallazgo de un juego de llaves con inhibidor de alarmas que los delincuentes habían olvidado en la escena del crimen.
En las semanas que siguieron se intentó ubicar la camioneta hasta que finalmente pudieron hacerlo y determinar que era estacionada en una casa de la zona de Arturo Alió e Ituzaingó.
Con la autorización del Juzgado de Garantías, el fiscal Moyano notificó del allanamiento a la DDI Mar del Plata y el jueves 27 de octubre se irrumpió en ese domicilio, donde estaba la camioneta. Un hombre, que vivía en el lugar, fue aprehendido y al mismo tiempo la policía confirmó de una manera sencilla una prueba incriminatoria: al probar en una puerta la llave olvidada por los delincuentes durante el robo se estableció que funcionaba. También secuestraron en su poder medio kilo de marihuana.
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