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Arte y Espectáculos 9 de abril de 2021

La artista de los corazones que le pone color a las ciudades rotas

"Busco transformar los lugares", asegura la artista, que expone en Cuatro Elementos algunas de sus obras. Es autora de un proyecto artístico mucho más abarcativo: interviene azulejos y maderas rotas y las pega en rincones de Mar del Plata, siempre pinta con colores furiosos.

Como si sus manos fueran dos licuadoras, ella extrae el jugo artístico de cada objeto que recibe. Llaves, maderas, trozos de azulejos, lajas, chapitas que habitan en olvidados cajones, fragmentos de relojería, cadenas, paredes, puertas y otras cosas son materia prima para la obra de Nicoletta, la artista radicada en Mar del Plata que también convirtió a su propia familia en parte de su proyecto creativo.

Una parte de su arte explosivo de color ya se puede conocer en una muestra que se realiza en Cuatro Elementos (Alberti 2746). Y la otra parte está diseminada por paredes y equinas de Mar del Plata y de otras ciudades de Europa por donde anduvo.

 


 

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Al aire libre, entre muros descascarados y grafitis, la mujer de 47 años desarrolla la propuesta “Ciudades rotas”: una suerte de intervención callejera con piezas pintadas por ella a partir de un objeto que encontró tirado al azar. Por lo general, son pedacitos de azulejos. Ella los pinta, su compañero Felipe -titiritero y artista de circo- los pega. “Es un arte efímero”, define Nicoletta, que también es psicóloga.

“Tu basura es mi tesoro” es el lema con el que también se nutre de objetos que la mayoría tira o bien nadie sabe qué hacer con ellas. Algunas de las obras callejeras están combinadas con una aplicación que, a través del teléfono celular, permite ver cómo de la pieza emergen corazones, una lluvia de corazones de colores.

“Quiero llenar de corazones la ciudad”, explica y cuenta a LA CAPITAL que todas esas ideas que se le ocurren parten de una intimidad: “Me aburro fácil, se me ocurren cosas todo el tiempo”.

Los corazones nacieron mientras pintaba un mural en el sector de oncología del Hospital Materno Infantil. También ese mural salpica corazones si se acerca un teléfono móvil a la pared.

“Busco transformar los lugares. Así que, después del mural del hospital, fueron colocadas varias obras de corazones en la ciudad, pretendiendo salir del hospital a la ciudad entera. Incluso se extendió a otros países, ya que amigues artistas que viajaban afuera a festivales, se ofrecieron a llevar estos corazones y hoy se los puede encontrar en el Muro de Berlín, en Londres, España, Croacia, Japón”, narra.

Hija de padres psicoanalistas, se crió en una familia de siete hermanos y hermanas. Vivió en España, donde nació su prole que también colabora en su universo artístico.

“Proyecto artístico y proyecto familiar han ido siempre juntos, desde el principio, desde que conocí a Felipe trabajamos siempre juntos, y la verdad que ahora con hijes, todo lo que hago es absolutamente compatible con mi vida familiar, llevo a mis hijes donde vaya, acompaño con propuestas artísticas a mi compañero, no sabría decir donde termina una vida y comienza la otra, es todo junto, todo el tiempo”, agrega.

 


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-¿Por qué en cada obra optás por el estallido de color?

-Mi estilo es bastante fácil de reconocer, es un estilo de líneas sencillas, casi dibujo infantil, colorido que, aunque a simple vista parezca ingenuo o superficial, hay en cada serie un trabajo previo referido a mi propia historia. Opto por los colores porque me fascinan, me atraen, me maravillan. También me inspira muchísimo estar restringida a la hora de crear, contar con un solo color, con un solo material y hacer algo con eso. Además, he notado cómo los colores pueden cambiar el estado de ánimo de la gente. Me encanta la invasión de los colores, me encanta exagerar, ir un poco mas allá.

-¿Por qué los colores saturados?

-Justamente porque soy exagerada. Me gusta hacer muchas cosas a la vez, no me gusta a hacer cosas muy tibias. Si voy a pintar colores vivos, intensos, entonces voy con todo. Cuando estoy exponiendo y colgando las obras no puedo dejar de pensar en cómo transformaría todo lo que voy viendo a mi alrededor, estoy colgando y pienso “pintaría las paredes, las lámparas, el piso, el piano”. No me conformo fácilmente.

-Necesariamente se asocia tu imagen a la infancia, ¿lo buscás?

-Es verdad, incluso lo he notado aún más en cuarentena y los jardines de infantes y colegios que me llamaron pidiéndome permiso para trabajar mis obras con los niños y niñas. Pienso que en principio se ven atractivas y sencillas a la hora de transmitir. Podría pensarse incluso que hay niños que “me copian” muy bien incluso mejor que yo…pero lo interesante es que esta obra tiene un trabajo previo de recorrido introspectivo desde mi infancia hasta el día de hoy. No me molesta que me asocien con los niños y niñas, todo lo contrario, aunque pretendo llegar con mis obras a todo el público. Y si mi dibujo es considerado infantil, me halaga, ya que no hay nada más sincero que el dibujo en la infancia.