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Opinión 2 de marzo de 2017

La dialéctica de Trump

por Raquel Pozzi

Desde la llegada de D. Trump a la Casa Blanca los intentos por analizar el hermético narcisismo de su personalidad nos convoca a hurgar en teorías filosóficas que puedan enmarcar teóricamente los discursos del presidente de los EEUU.

En este contexto, sobrevino el concepto de “dialéctica” como la técnica que permite dialogar y discutir alejado de los preceptos puros de la filosofía Hegeliana con respecto a “la dialéctica” como metodología para comprender y expresar la situación del mundo real en constante proceso de transformación y cambio.

Donald Trump ha exteriorizado a través de sus diferentes discursos desde la campaña electoral; la asunción a la presidencia e inauguración del Congreso de los EEUU hace días, las instancias que en la teoría hegeliana se exponen a través de la tesis-antítesis-síntesis.

Quizás es una grotesca aplicación de la misma, pero posiblemente referencial para comprender desde el conocimiento científico los mensajes, diálogos y discursos de Trump, que contienen por sí mismos la bipolaridad de la atracción y el rechazo, cooptando a una gran parte de la ciudadanía norteamericana.

¿Idealismo progresista o pragmatismo liberal?

Friedrich Hegel (1770-1831) intentaba resolver en el contexto de la Revolución Francesa, le tensión entre lo finito e infinito, la dialéctica según el filósofo alemán permitiría resolver ese dilema entre lo que es y lo que debe ser, a través de los tres momentos: tesis, antítesis y síntesis. Para comprender principios filosóficos la realidad nos expone constantemente al ejercicio de la aplicación de la teoría en la práctica.

Considerando la nueva fase de un orden o desorden mundial, la figura de D. Trump y el contexto interno del pensamiento ciudadano nos alienta y seduce a ser quizás hasta imprudente al utilizar la teoría hegeliana, teniendo en cuenta la enorme envergadura que tuvo la dialéctica hegeliana como base fundamental para la teoría marxista.

La tesis en los discursos de Trump se traducen en las políticas concretas propuestas en toda su campaña electoral, como la revocación del Obamacare, la reforma tributaria, la salida de la alianza Trans-pacifico, la reforma inmigratoria, aumento del presupuesto militar, aumento de puestos de trabajo, reducción de la inseguridad.

La antítesis (negación de la tesis) puede ejemplificarse a través de las promesas de la construcción de la muralla en la frontera con México como el aspecto más negativo y retrogrado de una solución que se cierne sobre resoluciones negativas y contradictorias lo que conlleva a inquirir si la muralla representa una verdadera reforma inmigratoria o una solución urgente a problemas que requieren importantes cambios estructurales y procesales en un contexto donde Trump adolece del tiempo político para pensar estructuralmente dichos cambios porque aborrece la política operando en la esfera de la pos-verdad al tildar a los políticos de maniqueos farsantes. Sus cambios perforan la matriz política y resuelve desbordado por la meritocracia empresarial. Crónica del relato estremecedor “México pagará por la muralla”

La síntesis

Según la filosofía hegeliana las ideas prevalentes (tesis) en los discursos de la campaña electoral de Trump no cambiarán a menos que sean desafiadas por ideas contradictorias (antítesis). Si así sucediera, esto crearía un conflicto buscando la conciliación con una tercera posición (síntesis).

El proceso se repite sólo si existe el conflicto. En la dialéctica discursiva de D. Trump, el conflicto se evidencia a través de las muestras de ataques constantes cual si fuera un gladiador romano donde su impronta gestual admite la idea de un luchador combativo. Reconoce los aspectos negativos alojadas en las entrañas de una gran parte de la ciudadanía norteamericana y ofrece soluciones sin crear realidades positivas. Sus reformas son sólo soluciones dislocadas, ubicado en la periferia del lugar que ocupa un político y más cerca de un visionario económico que cree en las confabulaciones.

La síntesis de la teoría hegeliana en esta disparatada idea de aplicar la teoría a una realidad concreta, será una de las más grandes ostentaciones que la nación estadounidense tendrá como deber trasnacional: derrotar los preceptos xenófobos y belicistas del presidente del estado más poderoso del mundo. La matriz del pensamiento americano no pendula, se menea en una línea finita entre los republicanos que crearon a Trump y los demócratas que sólo esperan lograr la mejor tajada política.

Por ahora no hay síntesis en la lógica hegeliana, el último discurso plagado de resonantes tonos graves, apeló a enorgullecer el espíritu de un púgil ególatra que promete salvar a los americanos con más presupuesto en defensa con “un mensaje al mundo en estos tiempos peligrosos de la fortaleza, la seguridad y la determinación de los EEUU”; con murallas que desbaraten la confraternidad; con provocaciones peligrosas a otros estados adeptos a la guerra y lejos de la paz. D. Trump capta el interés por su impredecibilidad, misterio y oscurantismo.

Trump es el Fauno de la mitología clásica romana, enamorado de las bellas melodías de las ninfas Sírinx y Pitis los dioses incitaron su desolación al convertirlas en caña y árbol conduciendo al Fauno a potenciar sus tácticas militares en una Guerra que se cimentó en la bella melodía de los pueblos (las ninfas) la creencia de ser todopoderoso (los dioses) y el desenlace menos esperado (la guerra).

(*): Profesora de Historia.



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