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Arte y Espectáculos 23 de marzo de 2016

La experiencia del grupo Negro Misterio, un teatro que busca gestar conciencia crítica

La obra "La niña de la muñeca de trapo", sobre el maltrato a la mujer, cobró notoriedad a partir del Estrella de Mar como mejor unipersonal dramático. Otras cuatro piezas nacieron de este grupo que lidera Atahualpa Pintos. Búsquedas y definiciones de un joven grupo teatral.

No importa si el escenario está en Alemania o Barcelona, Miramar o Mar del Plata. No importa si la sala desborda de espectadores o sólo tiene dos, como les paso este verano. “Dejamos todo”, dicen Atahualpa Pintos y Rocío Villarreal, director y actriz del grupo Negro Misterio. Apasionado, el dueto irrumpió con fuerza en la escena independiente marplatense a partir de la obra “La niña de la muñeca de trapo”, que se llevó un Estrella de Mar en la temporada última.
Pero esa no fue la única propuesta: otras cuatro obras teatrales (todas dirigidas por Pintos) fueron parte de la programación de diversas salas: “Locas”, “El incidente”, “Teatrópata” e “Intensas”.
Con tonos diferentes, bajo registros diversos, Pintos y Villarreal y la veintena de actores que trabajan en este grupo buscan crear conciencia respecto de temas de la agenda social argentina. “En el grupo no todos pensamos igual, y eso es enriquecedor -dispara Villarreal-, tomamos el teatro como herramienta de concientización”. Y Pintos confirma: “Hacemos teatro para comunicar y manifestar una lucha constructiva, creemos en lo que estamos haciendo y diciendo”.
En “La niña…”, por ejemplo, un unipersonal actuado por Villarreal, el grupo indagó en el maltrato laboral y en la violencia hacia la mujer. Lo hizo a través de textos propios y ajenos: se inspiraron en el famoso Lobo estepario de Herman Hesse y en un escrito del dramaturgo Fabián Politis. Y buscaron que los conceptos que se vierten sobre el escenario tuvieran el respaldo de especialistas en el tema. Lo mismo hizo Pintos en “Teatrópata”, una obra en la que también actúa Damián Blanco y que define como “un delirio”, que indagó a partir del humor.
Justamente, estas dos piezas (“La niña…” y “Teatrópata”) llegarán a Europa, en una gira que realizarán a fin de septiembre y principio de octubre. Pisarán escenarios de Barcelona y Madrid, en España, y de Alemania y Bélgica, en el seno de comunidades latinas. Y antes de esa fecha, “La niña…” tiene chances de salir de gira por La Pampa y Bahía Blanca.
Pese al contenido de cada obra, los actores afirman que no se regodean en el dolor. “No somos sádicos”, más bien buscan plasmar la problemática con sentido crítico. “No nos gusta gozar con el dolor ajeno, a veces vamos más al palo, pero eso no significa que el público la pase mal”.
Pintos habla de dos palabras que, a su entender, son claves en el proceso de búsqueda teatral: “Honestidad y complicidad”. “Cómplices entre nosotros, con el espectador, honestos en la autocrítica para que nos haga crecer”, define, cual máximas.
Gran parte de esas búsquedas estéticas empezarán a plasmarse en el espacio ETC, que abrió en La Rioja 2442. Se trata de una suerte de taller donde probar y probarse, un lugar para el entrenamiento actoral para ellos, para otros grupos y para ofrecer talleres actorales. “Estaremos con Lola Moss”, anticipa Pintos y elogia al enorme movimiento teatral independiente de Mar del Plata, que los impulsa a seguir viendo, construyendo y discutiendo teatro.