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Cultura 16 de abril de 2023

La gente anda leyendo: Viaje a la filosofía

En esta oportunidad, alguien encuentra un libro que la lleva a recorrer la historia de la filosofía occidental.

Jostein Gaarder, autor de "El mundo de Sofía"

 

Por Dante Galdona

Muchos años después, Milena había de agarrar de la biblioteca de su madre un libro que yo mismo le había prestado. Pequeña siembra de tinta y papel que dio sus frutos, un árbol que creció.
Pensándolo bien, no era raro que el libro cayera en las manos de Milena. Ella filosofaba prácticamente desde que empezó a hablar.

El libro que creía perdido (extraña consideración, los libros solo se pierden cuando no se pueden leer) es “El mundo de Sofía”, de Jostein Gaarder, un escritor noruego que hizo una tarea impecable al resumir la historia de la filosofía en un libro para adolescentes y combinarla con un relato epistolar donde la frontera entre personajes y realidad se vuelve difusa. Una especie de Merlí antes de Merlí.

La filosofía occidental desde los presocráticos hasta el existencialismo de Jean Paul Sartre, toda condensada en una novela tan entretenida como instructiva.

“¿Quién eres?” es la pregunta que abre las páginas del libro, una pregunta simple pero ilimitada. Cabe extender la pregunta: ¿cuándo dejamos de preguntarnos quiénes somos? ¿en qué parte del pasado dejamos de hacernos esa pregunta que, cuando chicos, nos resulta tan natural?

La fantasía y la relación lúdica con el entorno y las preguntas con respuestas que recuestionan deben perderse más o menos al mismo tiempo. Al fin, luego llega la etapa en la que uno vuelve a preguntarse pero ha perdido entrenamiento. Este libro es para no perderlo.

Hay quien puede decir que es un libro básico, como si fuera un defecto, en resumen de un prejuicio intelectual contra las cosas simples.

No, “El mundo de Sofía” no es un libro para principiantes, quien llegó a él ya era filósofo aunque no hubiera leído filosofía. La costumbre de preguntarse quiénes somos no es territorio de anacoretas ni intelectuales de bibliotecas llenas y herrumbradas. Es el punto de partida desde el que el ser humano se precipita a la vida.

Y quizá encontremos un Platón o Spinoza, Berkeley o Heideger, Nietzche o Sartre, San Agustín o Aristóteles discutiendo sus propias preguntas, para descubrir que no eran tan distintos a un nosotros que se pregunta, que nos pregunta.



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