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Deportes 10 de febrero de 2018

La Selección, en el “barro” de la historia

Arriesgó el futuro pero ganó la Copa de Oro. En una situación inédita, Argentina se enfrentó con Boca, River, Newell's y Aldosivi en un estadio San Martín que desbordó. Menotti vs. Lorenzo, duelo alimentado por el "morbo" y aquellos tiempos oscuros.

Pistone no resiste al remate de Bertoni. El gol que definió la Copa de Oro para la Selección ante Boca.

Por Vito Amalfitano
@vitomundial

Debe haber pocos antecedentes en la historia, y quizá ninguno, de una selección de relieve que a un año de ser campeona del mundo se mezcla en un torneo de verano, pero todos contra todos por los puntos, con equipos de su propio país.

El Fútbol de Verano de Mar del Plata lo hizo posible y la Selección Argentina jugó la ya tradicional Copa de Oro nada menos que contra Boca y River, además de Newell´s y Aldosivi de esta ciudad.

Fue en la temporada del 77, en el viejo y querido estadio San Martín. Más allá de la dificultad de encontrar precedentes en el mundo, nunca en Argentina, ni antes ni después, se dio este fenómeno. La Selección puso en riesgo su prestigio y su estado de ánimo a un año y medio del Mundial metiéndose en el “barro” de la disputa interna. Para colmo, estaba ya instalada la polémica de los entrenadores y se decía que desde la Junta Militar querían sacar a Menotti y poner a Juan Carlos Lorenzo, justamente el técnico exitoso de Boca, que venía de ser campeón del Metropolitano del 76. Aun así Menotti y la Selección aceptaron jugar ese pentagonal y con Boca de rival. Y si bien en el juego quedaron muchas dudas, salió airoso en el resultado. La Selección ganó esa Copa de Oro, todos contra todos, y en el último partido, para alimentar más el morbo, le costó mucho pero venció justamente al Boca de Lorenzo por 1 a 0, con gol de Daniel Bertoni en un San Martín que desbordaba.

La Selección en el San Martín. Un hecho inédito: se mezcló con los grandes del fútbol argentino y hasta enfrentó a Aldosivi.

La Selección en el San Martín. Un hecho inédito

“Lo que es la vida, no lo podíamos creer, la cancha llena y la mayoría gritando por Boca, parecía que estábamos en otro país”, recuerda hoy Jorge Mario Olguín, el marplatense por adopción de esa Selección, que un año después se consagraría campeona del mundo. “No podíamos creer las cosas que pasamos para lograr algo tan importante, fue duro”, agrega.

Argentina ganó ese partido nomás y antes, también con lo justo, a Aldosivi, por 1 a 0, con tanto de Darío Felman (jugador de Boca) de penal. Los otros dos encuentros el equipo de Menotti los empató, con Newell´s 2 a 2 (Villa y Bertoni para la Selección, Moyano e Yrigoyen para el conjunto rosarino) y por el mismo resultado con River (Bertoni y Ardiles, Marchetti y Artico), que curiosamente terminó invicto pero con tres empates y solo una victoria, sobre Aldosivi, 4 a 2.

La Selección, entonces, sumó 6 puntos, Boca y River 5, Newell´s quedó con 4 y Aldosivi sin unidades. Aquel partido con Boca, entonces, fue “la primera final” que debió afrontar el equipo de Menotti antes del lejano desafío del Mundial, no tanto en el tiempo como en las esperanzas.

Lo contrafactual no cabe en la historia, salvo para la especulación. Pero el destino quizá hubiera sido otro muy distinto si la Selección no ganaba ese encuentro ante Boca y la Copa de Oro le quedaba justamente al equipo de Lorenzo.

Eso no ocurrió, a mitad de año la Selección disputó una serie internacional en la cancha de Boca en la que mejoró sustancialmente el rendimiento y bajaron recién entonces las presiones de la dictadura cívico militar para sacar a Menotti. Esa es la historia menos contada. La Junta no quería al entrenador comunista que llegó a firmar solicitadas por los desaparecidos. Pero esta vez el fútbol pudo más y “el Flaco” continuó al frente del equipo que un año después se consagró campeón del mundo.

La Copa de Oro de Mar del Plata, al cabo, no fue un festejo pero sí un alivio. Le dio aire para seguir. La Selección estaba obligada a ganarla, y la ganó. Ya desde aquel tiempo no eran “amistosos”. No había margen para el error.



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