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La Ciudad 15 de noviembre de 2018

“Los tripulantes siempre van a ser recordados con honor y respeto”

El jefe de la Base Naval de Mar del Plata, Gabriel Attis, recordó con dolor la desaparición del submarino. Aseguró que la nave estaba en condiciones, descartó la posibilidad de un ataque y defendió el rol de la Fuerza: "La Armada no tiene motivos para mentir".

Gabriel Attis no puede evitar emocionarse al recordar al ARA San Juan. Sentado en su despacho, el jefe de la Base Naval de Mar del Plata recuerda el primer aniversario de la desaparición del submarino y brinda todo su conocimiento para intentar poner luz a una tragedia que conmovió al mundo. Attis, uno de los integrantes de la Armada que más conoce de submarinos, aseguró que la nave estaba en condiciones, descartó por completo la posibilidad de un ataque, explicó la misión que tenía el submarino y defendió el rol de la Armada.

Su semblante cambió por completo al momento de recordar su historia personal con el submarino y al hablar de los tripulantes.

“El ARA San Juan, fue mi primer destino operativo. Es muy doloroso. No sólo por el barco donde uno estuvo sino porque se han ido alumnos y amigos”, señala con la voz entrecortada.

Y agrega: “Siempre recuerdo guardias con el suboficial Sánchez, o con Coronel”. “He compartido horas de guardia con ellos, mojándonos y hablando de nuestras familias Y es algo que a uno le sigue resonando en la cabeza”.

-¿Cómo cree que serán recordados los tripulantes?

– Los tripulantes siempre van a ser recordados con honor y respeto por todos. Ellos son el ejemplo de lo que uno jura. Algún 20 de junio, cuando empezamos esta carrera, todos decimos “Sí, juro”. Y la pregunta es: “¿Juráis a la patria seguir constantemente su bandera y defenderla hasta perder la vida?”. Bueno, ellos lo hicieron.

-¿Cuál es la sensación a un año de la desaparición?

-Pasado un año, es un momento de profundo dolor, de recogimiento y de evaluación. De ver cómo estamos y cómo seguimos. Lo que no ha cambiado en ningún momento es el apoyo a las familias que han sido siempre nuestra prioridad. Aquellos que llevamos en el pecho el “fierro”, como decimos nosotros (se toca la insignia en su camisa), sabemos que pudo haber sido cualquiera de nosotros.

-¿Genera más dolor no saber qué pasó?

-Es cierto. Si hay dos datos importantes son que no sabemos dónde está y no sabemos qué pasó. Podemos conjeturar. Cada submarinista va a tener su conjetura. De hecho, el Ministerio tiene un grupo de tres submarinistas prestigiosos que han elaborado en base a información técnica, un informe de lo que ellos creen que pudo haber ocurrido. Evidentemente, lo que pasó ha sido una sucesión de hechos inesperados que, concatenados, terminaron con el naufragio del barco.

Y con respecto a dónde está, en el primer contacto que tuve con los familiares les dije: “Esto va ser largo y va ser difícil”. Las mismas estadísticas lo dicen: de los últimos diez submarinos que se han hundido, sólo dos fueron encontrados. No me extraña que sea muy difícil encontrarlo. La clave va a ser persistencia en la búsqueda y tiempo. Pero las expectativas y las esperanzas siempre están en alto. Si no, dejaríamos de buscarlo.

-¿Cuál es su conjetura de lo que pasó?

-Yo tengo mi opinión como submarinista, pero estando la Comisión Bicameral, la Investigadora, y habiendo declarado en Caleta Olivia, aventurar mi conjetura sería por demás osado. No dista mucho de las conclusiones que pueden arribar los tres submarinistas. El submarino tuvo una avería que no fue controlada tras una sucesión de hechos y motivó el naufragio del barco. Y posiblemente, hizo una implosión, que es muy distinta de la explosión.

-Se habló mucho del estado del submarino. ¿Estaba en buenas condiciones?

-Yo respaldo siempre la autoridad de comando. Nosotros los submarinistas nos caracterizamos por ser demasiado minuciosos en nuestros chequeos. Tan minuciosos somos que tenemos una planilla. Se llaman pruebas de 48 horas, que están en un manual. La prueba la hace la tripulación. Los cabos y los oficiales prueban los mecanismos, le dan el parte firmado al suboficial de cargo, él se lo entrega al jefe de cargo que vuelve a probar el material y una vez que eso ocurrió, se le presenta la planilla al segundo comandante. Cuando este tiene todas las planillas, recién ahí le da el “listo a zarpar” al comandante. Me cuesta imaginar que alguien crea que hay 40 inconscientes que digan, “el submarino no está bien, pero salgo igual”. O “el submarino no está bien, pero me lo ordenan y salgo”. Eso, dentro del ámbito de la fuerza, no existe. No somos un grupo de inconscientes que nos hacemos a la mar con un submarino en mal estado. Puede funcionar mal algún sistema que no sea imprescindible para la navegación o afecte la seguridad.
Cuando hablan de que el submarino no estaba en condiciones estamos dudando del profesionalismo del personal de a bordo. Y yo no estoy de acuerdo con eso.

-Otro de los temas polémicos fue la misión del submarino. ¿Cuál era su objetivo?

-Hemos visto en los medios trascender cosas que tenían el sello de reservado, confidencial y secreto; y eso afecta a la seguridad nacional. Es un tema que no todos conocen.
El submarino estaba cumpliendo un adiestramiento de una etapa de flota. Durante el año, al adiestramiento se divide en etapas individuales, de grupo y de conjunto. Estaba haciendo el de conjunto, con la flota del mar. Son, en definitiva, juego de guerra. Esa era la primera parte de la orden de operaciones. En la segunda, el submarino debía volver a Mar del Plata pero haciendo patrullas por las 200 millas.
El submarino es muy práctico para detectar cosas muy particulares dentro de lo que es la pesca ilegal. Obviamente no va a capturar un pesquero pero sí puede obtener información de los pesqueros infractores. Esa es una de las cosas que estaba haciendo.

-¿Se descarta por completo la hipótesis de que haya recibido un ataque?

-Si el submarino es atacado y explota, deja manchas u objetos flotando. Hace un año que estamos buscando y en algún momento debimos encontrar algo. Eso por el lado de la práctica. Además, en el mundo de hoy, no existe el “hundimos un submarino porque se nos ocurre”. Es muy descabellado pensar que una nación hunda un submarino de otra bandera porque sí.

-¿Le duele que se haya puesto en duda la palabra de la Armada?

-No genera una situación cómoda, pero la Armada ha mantenido la seriedad a través de su vocero (Enrique Balbi). Ante estas situaciones, la Armada transmite la información oficial a través del vocero. A partir de ahí está en quien la recibe, creerla o cuestionarla. La Armada no debe entrar en cuestionamientos con nadie.
No tengo dudas de lo que dice la Armada. La Armada no tiene motivos para mentir. Por eso estoy seguro, que la Armada no miente.

-¿Considera que la dirigencia política ha estado a la altura de las circunstancias?

-No me corresponde dar esa opinión. Pero hemos tenido en forma permanente al Ministerio de Defensa con su preocupación y dándonos el apoyo necesario.

-¿Qué mensaje puede dejar esta tragedia?

-La enseñanza es que tenemos que seguir adiestrándonos y capacitándonos. Nosotros estamos reviendo técnicas y procedimientos para ver si hay algo para cambiar, Seria muy absurdo que no reveamos nuestra rutina y nuestros procedimientos para ver si hay algo en lo que nos hemos equivocado.
Además, es una muestra para la sociedad. Nos dejó puestos en la vidriera de cuál es nuestra tarea y con la abnegación con que se la hace.

Agradecimiento

Gabriel Attis resaltó el manejo de la información de LA CAPITAL desde del momento en que desapareció el ARA San Juan.

“Quiero agradecerle a su cabeza, al señor Aldrey y a todos los periodistas del multimedios, la paciencia, la cautela y la prudencia con la que siempre han manejado la información. Porque la información sensacionalista, que podía afectar a los familiares, LA CAPITAL siempre la ha tratado con especial cautela. Y lo quiero remarcar. La CAPITAL es un multimedios que marca tendencia. Y a veces, una palabra fuera de lugar puede ocasionar un daño en las familias. LA CAPITAL eso no lo ha hecho. Nos acompañó silenciosamente informando bien”, destacó.



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