por Roberto L. Elissalde

Se cumplen dos siglos y medio del nacimiento de Belgrano, enfermo y postrado en su lecho pasó su últimos cumpleaños, en que debía celebrar el medio siglo de vida. Estaba en la vieja casa familiar de la calle que hoy lleva su nombre, al número 430 de la numeración actual. Diecisiete días después entraba en la inmortalidad.

La feliz iniciativa del diario La Prensa lograron instalar en la opinión pública la necesidad de proclamar este año 2020 como el del general Manuel Belgrano. Cuando todas las puertas parecían cerradas y olvidaban los méritos del prócer, cuando los poderes públicos poco permeables no escuchaban las propuestas de destacadas instituciones y reconocidos historiadores, la campaña comenzada por La Prensa logró sus frutos y el primer día hábil de este año el decreto 2/2020 lo dedicó este año al prócer.

Muchas provincias adhirieron, y las del Norte especialmente ya antes hablaban de este tema, porque desde Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy resuena su nombre. También lo hicieron motu propio muchas municipalidades de la provincia o departamentos, y hasta Mendoza donde Belgrano jamás estuvo el prócer pero que lo honra acabadamente su Junta de Estudios Históricos y la Asociación de Magistrados con un ciclo de conferencias por medios digitales, y donde la profesora Adriana Micale utiliza los textos de La Prensa como la profesora Mónica Olivera de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca; o la Academia Nacional de Ciencias que prepara un volumen al igual que la Academia Nacional de la Historia; o el Rotary Club de Rosario en al persona del doctor Fernando Chao (h) y de Caballito con Carlos Príncipe, entre otros que nos han contactado.

Buenos Aires de la que Belgrano es su hijo dilecto lo ha olvidado, pero parece suceder que como hace dos siglos su muerte pasó desapercibido en medio de otras preocupaciones de los políticos. Por ello este diario porteño ha decidido honrarlo con un suplemento especial con el valioso aporte de destacados historiadores y figuras prominentes en sus lugares de origen, de Bolivia el doctor Eduardo Trigo O’Connor d’Arlach, Alejandro Damianovich de Santa Fe y Leandro Plaza Navamuel de Salta, con el prólogo introductorio de Manuel Belgrano que desde la presidencia del Instituto Nacional Belgraniano, hace honor a las tradiciones y al imperativo mandato de su sangre.

Además de continuar con nuestras notas sabatinas, los lectores podrán tener en sus manos otro suplemento especial el 20 de junio en el bicentenario de uno de los Padres de la Patria.

(*): Historiador y vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación.