Los distintos sectores del radicalismo bonaerense alcanzaron un acuerdo de unidad, en un esquema que divide en tercios la distribución de poder en la estructura partidaria, y que colocará al vicegobernador Daniel Salvador al frente del estratégico Comité Provincia por los próximo dos años. Los otros dos lugares en importancia de la mesa de conducción partidaria serán ocupados por el alfonsinista Carlos Fernández y el sanzista, Maximiliano Abad, quienes en las últimas horas habían declinado, en reserva, sus respectivas candidaturas a presidir la UCR en pos de la “unidad del partido”.

El marplatense Abad sostuvo que el consenso logrado es un “aporte del radicalismo al fortalecimiento de Cambiemos” y agregó, que de ahora en más, entre otros, su partido tiene el desafío de “encarar una proceso de modernización que lo ponga nuevamente en valor de cara a la sociedad”.

De esta manera, Salvador tendrá la doble condición de cumplir un rol institucional como número dos de la gobernadora María Eugenia Vidal y, a la vez, ser el titular del partido en reemplazo a Ricardo Alfonsín, algo que en un primer momento fue resistido por sus adversarios, por considerar que con ello el macrismo lograría tener “atado de pies y manos” al radicalismo, sobre todo, cuando se discuta el armado electoral de Cambiemos para las legislativas del año próximo.

Sin embargo, a grandes rasgos el poder en el partido quedó dividido en tercios lo que obligará a Salvador a negociar con sus correligionarios el perfil que pretenderá tener de ahora en más el radicalismo en la alianza gobernante y su estrategia electoral.
El acuerdo con que se evitó la interna prevista para el próximo 23 de octubre, estaba casi sellado el lunes pasado, pero la distribución de cargos en la mesa de conducción partidaria postergó su conclusión, aunque aún resta definir la “letra chica” del entendimiento.

Ricardo Alfonsín será el primer delegado al Comité Nacional y de los tres lugares restantes, uno será ocupado por el sector de Salvador, otro por el sanzismo, mientras que el cuarto está reservado para una mujer, mientras los 74 representantes a la Convención Nacional se divide en tres partes.
Los cargos a la Convención provincial, en cambio, serán designados por elección interna o por consenso en cada uno de los 135 distritos de la provincia. Según pudo saberse, ahora la discusión está centrada en cuántos de los 24 lugares de la Mesa de Conducción partidaria corresponderá para cada facción.
Salvador pretende que su sector se quede con nueve lugares y el sanzismo y el alfonsinismo con siete cada uno, y reservar un único lugar al Foro de Intendentes Radicales, pero la ahora oposición partidaria aspira a que los asientos se repartan por igual y que los intendentes estén incluidos entre los representantes de cada grupo.

Los radicales, siempre propensos a enérgicas compulsas internas, esta vez prefirieron poner todos sus esfuerzos en buscar la unidad y evitar colocar al partido como la piedra en el zapato de Cambiemos, sobre todo, en momentos en que empieza a discutirse el armado para las legislativas de 2017.