“Miedo al futuro y a la soledad” es el sentimiento que representa a los jóvenes marplatenses y quedó expuesto como conclusión del programa Scholas Ciudadanía.

Durante ocho días, más de 350 jóvenes de 36 escuelas públicas, privadas, laicas y confesionales de la ciudad protagonizaron una nueva edición del programa que se llevó a cabo en el Teatro Colón, la Biblioteca Municipal Leopoldo Marechal y las instalaciones de la Municipalidad de General Pueyrredon.

Las conclusiones fueron presentadas ayer en un acto en el Teatro Colón con la presencia del intendente Guillermo Montenegro, el director mundial de Scholas Ocurrentes José Marías del Corral, legisladores, empresarios, sindicalistas y referentes de la sociedad civil.

La resultante fue que a los jóvenes los une el miedo al futuro y a la soledad, lo que llamó la atención de los organizadores ya que “es algo inédito que haya miedo en los jóvenes”.

El trabajo también sirvió para identificar los siguientes problemas específicos:

– La presión social que generan en los jóvenes los adultos ya sean familiares o docentes en relación a aquello que van a realizar al terminar el colegio, y la exigencia para rendir en el mismo.

– La desigualdad de oportunidades que existen entre los jóvenes debido a la realidad social y económica que los atraviesa y que cada vez se ve más marcada. Sumado también a la incertidumbre que está presente en el discurso cotidiano de los adultos y medios de comunicación.

– Las consecuencias psicológicas que lo anteriormente mencionado genera en la salud mental de los adolescentes y jóvenes que terminan creyendo que no van a ser capaces de realizar aquellos objetivos que se plantean para su vida. A su vez el hecho de sentir que no van a ser nadie, si no logran tener un título o terminar los estudios formales.

Segunda etapa

En la segunda etapa llamada “semana de inmersión”, trabajaron a partir de diferentes dinámicas para profundizar las temáticas. Se dividieron en pequeños grupos, donde se pudo deconstruir la problemática para reconocer en diferentes ámbitos, con sus respectivos actores sociales.

Luego, desde la empatía y la escucha pudieron “comprender la manera de actuar, sentir y pensar”, indicaron. Y agregaron: “Habiéndonos demorado en nuestros dolores personales, así como también en los de los otros, pudimos identificar cuáles son los que nos incomodan e interpelan más de cerca, para dar respuesta creando iniciativas que permitan un verdadero cambio”.

Durante la experiencia se escucharon y compartieron las realidades que los afectan. “Logramos identificar que necesitamos una renovación profunda que permita crear lazos reales y genuinos. A su vez pudimos generar un pensamiento crítico sobre las problemáticas, entendiendo las mismas como un problema multicausal, y motivando la empatía con las miradas de los diferentes actores sociales que se ven involucrados en el problema”, destacaron en el balance y señalaron: “Entendemos que vivimos en una educación desactualizada que no se acopla a nuestra manera de pensar y por eso vemos la necesidad de crear espacios que nos permitan llegar a nuevas reflexiones”.

Tras plantear la situación, presentaron una iniciativa que consiste en la creación de espacios de expresión artística y de escucha en los colegios. “La solución a la que llegamos después de la semana de trabajo es crear espacios dentro y fuera de las escuelas, que salgan de lo rutinario; espacios de expresión y creación, en los que los jóvenes tengan la oportunidad de expresarse de diferentes maneras y a través  de diversos lenguajes: talleres de arte y deporte, espacios de escucha y grupos de apoyo”, afirmaron.

El programa

Scholas Ciudadanía es un programa educativo para la formación de estudiantes del nivel secundario, que está orientado a reconocer y reflexionar sobre su realidad más próxima, a través de un esquema que rescate la importancia de la participación y del compromiso social, cívico y político. El mismo busca acercarlos a su comunidad desde una perspectiva constructiva, donde el joven se vuelve creador y protagonista de proyectos que dan respuesta a las problemáticas que los interpelan y que dan lugar a un cambio.

El programa cuenta con dos etapas: una selección de problemáticas, en la cual a partir de compartir experiencias e inquietudes personales, se pueden identificar que muchas de ellas pueden ser abordadas como problemas comunitarios. Esto permitió votar entre los participantes y con otros actores de la sociedad, para luego elegir entre todos una de ellas para comenzar a profundizar.