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El Mundo 28 de enero de 2022

Nuevo episodio de conflicto de poderes entre Bolsonaro y Corte Suprema

El presidente de Brasil no se presentó a declarar en una investigación sustanciada por el Supremo Tribunal Federal (STF) por la divulgación de documentos secretos.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, no se presentó a declarar en una investigación sustanciada por el Supremo Tribunal Federal.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, no se presentó a declarar en una investigación sustanciada por el Supremo Tribunal Federal (STF) por la divulgación de documentos secretos al tiempo que dejó trascender que es víctima de una persecución por parte de la Corte.

La Abogacía General de la Unión, representando al presidente, interpuso una acción para evitar la indagación prevista, pero el recurso fue rechazado por el juez Alexandre de Moraes, del STF, dando lugar a un nuevo episodio de conflicto entre los poderes Ejecutivo y Judicial.

En la mañana Bolsonaro dijo ante ministros en el Palacio del Planalto, en aparente referencia al juez Moraes, que “hemos enfrentado las más variadas interferencias en el Poder Ejecutivo”.

De ese modo retomó el mismo argumento que ha empleado cada vez que el STF inició alguna investigación relativa al gobierno o la familia de Bolsonaro.

Paralelamente, en un portal de noticias publicó que el presidente dijo reservadamente a sus allegados sentirse víctima una persecución por parte del magistrado Moraes.

El jefe de Estado comentó ante colaboradores que se siente tratado peor que un “traficante de drogas” al ser citado a declarar en persona ante la Superintendencia de la Policía Federal, ubicada en la zona sur de Brasilia.

La causa que desató este nuevo roce entre poderes se sustanció el año pasado luego de que el mandatario divulgó un expediente secreto de la Policía Federal.

El informe policial trataba sobre los ataques realizados por “hackers” a las urnas electrónicas.

Según Bolsonaro, tales invasiones de piratas informáticos demostraban la vulnerabilidad de las urnas electrónicas y a partir de allí denunció un supuesto plan para impedir que venza en los comicios de octubre de este año, cuando buscará un segundo mandato.

Con la denuncia del supuesto fraude, Bolsonaro lanzó una campaña contra las urnas electrónicas, exigió el retorno del voto impreso y organizó dos movilizaciones multitudinarias el 7 de setiembre en Brasilia y San Pablo.

En aquellos dos mítines, que la oposición calificó como “golpistas”, Bolsonaro insultó a jueces del STF y anunció que no habría de acatar fallos en su contra proferidos por la alta Corte.

Los sondeos de intención de voto parecen contradecir al mandatario, puesto que cada vez marcan una diferencia más marcada en favor del expresidente y líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, quien incluso podría ganarle a Bolsonaro en primera vuelta si finalmente se postura para un tercer período en el Planalto, liderando una coalición de partidos.