Peñarol celebra la más feliz de sus coincidencias
Aniversario de dos títulos muy queridos para los "milrayitas". El 31 de mayo recuerda las conquistas de las Ligas Nacionales de 1994, la primera, y de 2012, la del tricampeonato.
El champagne en manos de Leo Gutiérrez y la explosión del tricampeonato. El júbilo de Marcelo Richotti y el corte de redes en General Pico.
Por Sebastián Arana
Por caprichos del destino, Peñarol celebra este domingo aniversarios por partida doble. De los cinco títulos que consiguió en la Liga Nacional, dos los conquistó en sendos 31 de mayo. Y ambos fueron muy significativos: el primero de todos, en 1994, el que aguardaba buena parte de una ciudad que quería de salir de perdedora en el orden deportivo, y el segundo aseguró el tricampeonato, un logro que en 2012 era inédito para la competencia, hoy dejado atrás por las cuatro coronaciones consecutivas de San Lorenzo.
La fecha reúne imaginariamente en una misma mesa a todos los próceres y a todas las épocas de la aventura “milrayitas” en la Liga Nacional. Por un lado, Víctor Ochoa, Luis Selezen, Néstor García, Marcelo Richotti, Diego Maggi, Esteban De la Fuente, Ariel Bernardini, Sam Ivy y Wallace Bryant, por mencionar sólo a algunos; por el otro, Domingo Robles, Alfredo Miño, Sergio Hernández, Leonardo Gutiérrez, Facundo Campazzo, Martín Leiva, Marcos Mata, Kyle Lamonte, Selem Safar, Alejandro Diez y Franco Giorgetti, entre otros.
Pocos logros marplatenses provocaron la ola de fervor que rodeó al primer título peñarolense. Los deportes colectivos de la ciudad, sobre todo el fútbol, arrastraban una larga cadena de frustraciones y Peñarol las suyas propias en la Liga Nacional. Usualmente había apostado muy fuerte con resultados magros. Pero la popularidad del equipo no dejaba de crecer, tanto como el deseo de festejar algo de una buena vez. De ahí que miles de personas salieran a las calles a recibir a los campeones que volvían de General Pico. Incluso, en la puerta del club Quilmes, un símbolo “tricolor” como Eduardo Dominé, acompañado por el inolvidable directivo Jorge “Polo” Arango, salieron a felicitar a sus acérrimos rivales.
La repercusión popular del título de 1994 aún no tiene “contra”. Como tampoco el prestigio deportivo que le dio a Peñarol alcanzar el tricampeonato de 2012. No había podido Ferro, ni Boca, ni Estudiantes de Olavarría, ni el poderoso Atenas de Córdoba, el equipo más ganador en la historia de la Liga.
La búsqueda de los tres títulos consecutivos, en casi treinta años de competencia, se había convertido en una especie de quimera. Y fue la tropa que guiaba Sergio Hernández desde el banco y que empujaba incansablemente Leonardo Gutiérrez dentro de la cancha la primera que tuvo éxito en esa especie de Misión Imposible. Sin dudas, una proeza que comparte el podio con los dos títulos de la Liga de las Américas. Con el aditamento de la dificultad que entraña mantenerse arriba de todos tres años consecutivos en una Liga tan competitiva como la nuestra.
El recuerdo de estos dos equipos inolvidables demuestra otra cosa. No hay una única fórmula para llegar a las grandes conquistas. El equipo de 1994 tenía grandes jugadores y resiste a pie firme la comparación técnica con el plantel de 2012, que tenía a un fuera de serie como Facundo Campazzo y a Leo Gutiérrez, el jugador más importante en la historia de la Liga Nacional. Pero por entonces no había más plan que el de poner y poner dinero. El básquetbol profesional prácticamente no articulaba con el amateur, los planteles se cambiaban enteros año a año y no había casi temporada en la que no se echara al entrenador. Néstor García puso un poco de orden en ese lío y logró que le repitieran -algo inédito- tres jugadores de la temporada anterior: Marcelo Richotti, Ariel Bernardini y Diego Maggi.
Sin embargo, en aquella campaña pasaron nueve extranjeros (incluyendo en la nómina a Alvin Frederick y Clifford Morgan, que no llegaron a debutar) por el plantel y se tomó la decisión de despedir a uno que rendía a satisfacción, Randy Henry, en el mejor momento del equipo. Eso era Peñarol. Un dato tan cierto como la astucia con la que Néstor García resolvía situaciones sobre la marcha o la enorme calidad técnica que tenía ese plantel para sobreponerse a las turbulencias del entorno.
La conquista de 2012, por el contrario, fue la culminación de un proceso que se pensó mucho tiempo antes. El básquetbol profesional y el formativo ya iban de la mano. Los buenos proyectos de inferiores (Facundo Campazzo, Marcos Mata, Nicolás Lauría) tenían su lugar en el equipo -visto en retrospectiva, hoy parece una locura que Fernando Rodríguez no haya integrado el plantel del primer campeón-, el dinero grueso se gastaba en tres o cuatro fichas importantes, a los extranjeros se los “bancaba” razonablemente y se mantenía una estructura base con algunos retoques mínimos, por lo general en la rotación. El equipo no sólo tenía calidad y personalidad; además, funcionaba casi de memoria. La vigencia no fue casualidad.
Al éxito se llega por los más variados caminos. El combustible, eso sí, jamás cambió. La más genuina pasión “milrayitas” empujó a los que encararon la Liga Nacional a fuerza de impulsos y a quienes lo hicieron con más cabeza. La mesa de los festejos, por la más feliz de las coincidencias, el 31 de mayo los reúne a todos.
La primera gran alegría
Independiente (General Pico) 70 – Peñarol 84
Independiente: F.Sucatzky 14, P.Lamare 8 (x), H.Trentini 2 (x), M.Johnson 27 y A.Falasconi 8 (FI); J.Zulberti 6, A.Yódice 2 y G.Ghione 3. DT: Mario Guzmán.
Peñarol: M.Richotti 13, E.De la Fuente 19, S.Ivy 21, D.Maggi 16 y W.Bryant 10 (FI); M.Vildoza 5 y P.Simoni 0. DT: Néstor García.
Estadio: “Gigante de la Avenida” de General Pico.
Arbitros: Eduardo Alagastino-Darío Rodríguez.
Primer tiempo: 31-38.
Plantel 1993/1994
Marcelo Richotti, Esteban De la Fuente, Ariel Bernardini, Marcelo Vildoza, Diego Maggi, Patricio Simoni, Martín Fernández, Sam Ivy, Wallace Bryant, Guillermo Roldán, Eudardo Tabbia, Gustavo Nóbile, Randy Henry, Kenneth Johnson, Willie Simms, Ed Horton y Lee Campbell. DT: Néstor García.
El primero
El destacado: Esteban De la Fuente (17,1 pts., 6,0 reb. y 2,2 asist.)
Más presencias: Esteban De la Fuente, 56 partidos.
Serie final: 4-1 vs. Independiente (General Pico).
Campaña: 41-16.
El dato: Entre la decimosexta fecha de la primera fase y la segunda de la A1, el equipo hilvanó una racha de 17 triunfos consecutivos. Sigue siendo récord de la Liga Nacional.
La inolvidable noche del tricampeonato
Peñarol 75 – Obras Sanitarias 56
Peñarol: F.Campazzo 12, D.Jackson 23, M.Mata 11, L.Gutiérrez 17 y M.Leiva 2 (FI); P.Barrios 5, S.Safar 4 y A.Reinick 1 (x). DT: Sergio Hernández.
Obras: M.Osimani 8, J.Mázzaro 0 (x), D.Washam 4, D.Fells 2 y J.Gutiérrez 21 (FI); A.Konsztadt 13, P.Espinoza 9, T.Field 0 y A.Elsener 0. DT: Julio Lamas.
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.
Arbitros: Pablo Estévez-Juan Fernández-Alejandro Ramallo.
Parciales: 10-21, 31-33 y 48-42.
Plantel 2011/2012
Leonardo Gutiérrez, Facundo Campazzo, Martín Leiva, Selem Safar, Kyle Lamonte, Marcos Mata, Pablo Barrios, Matías Ibarra, Franco Giorgetti, Nicolás Lauría, Alejandro Reinick, Mariano Castets, Andrés Nocioni, Derrick Roland, David Jackson, Salvador Giletto y Julián Morales. DT: Sergio Hernández.
El tricampeonato
El destacado: Facundo Campazzo (14,2 pts., 4,3 reb., 5,9 asist. y 2,3 rob.)
Más presencias: Leonardo Gutiérrez, Facundo Campazzo y Martín Leiva, 59 partidos.
Serie final: 4-2 vs. Obras Sanitarias.
Campaña: 40-19.
El dato: En play-offs, de los diez triunfos que consiguió el equipo, cuatro los obtuvo en condición de visitante. Era casi tan peligroso afuera como adentro.
